“¡Pues yo ya estoy cansado del bicho, seño!”, exclamó enérgicamente Amin, de 9 años, mientras mostraba su dibujo sobre cómo se siente a raíz de todo lo vivido durante esta crisis sanitaria. El próximo 16 de marzo se cumple un año del cierre de colegios e institutos en Andalucía debido a la llegada de una pandemia mundial provocada por un entonces desconocido virus llamado COVID-19.
Desde el equipo de Educación de Málaga Acoge hemos sido testigos en este año tan atípico de las múltiples dificultades con las que los niños, niñas y adolescentes han tenido que lidiar desde el confinamiento en sus hogares o en la vuelta a la llamada nueva normalidad.
Con actividades tan simples en apariencia como realizar un dibujo se pueden extraer grandes conclusiones sobre el estado emocional por el que están pasando los menores. Ellos y ellas necesitan expresar sus sentimientos, sus emociones...incluso su enfado, llegando a sentirse en algunos momentos desorientados. A pesar de haber mostrado su cara más responsable y comprensiva durante esta situación, siguen siendo niños y niñas: quieren jugar libremente, abrazarse, ver la cara de sus compañeros y compañeras sin mascarilla y crecer en una normalidad total.
Pero a pesar de estos breves y necesarios momentos de enfado o incomprensión, enseguida vuelven a sacar su lado más responsable, más solidario ...se colocan correctamente la mascarilla y siguen dibujando.
Los niños, niñas y adolescentes no pueden convertirse en los grandes olvidados en esta pandemia, tienen mucho que expresar y que decir y, en esta ocasión, lo hacen mediante dibujos que representan a la perfección cómo se sienten y qué esperan en un futuro próximo.
Desde el inicio de esta terrible situación de pandemia mundial este ha sido sin duda uno de los colectivos vulnerables y, a veces, desprotegidos ante las terribles consecuencias de esta crisis sociosanitaria. No solo hablamos de las ocasionadas por los cierres de sus colegios e institutos, sino por las dificultades socioeconómicas y emocionales que viven junto con sus familias, alterando en muchos casos su propio desarrollo.
Es necesario tenerlos en consideración como ciudadanía de pleno derecho, escucharles, darles su propia voz, así como proteger sus legítimos derecho. En definitiva, que puedan seguir siendo niños y niñas.
Desde el equipo de educación de Málaga Acoge apostamos por revalorizar todas aquellas iniciativas y proyectos que nacen con el objetivo de proteger y cuidar a nuestros niños, niñas y adolescentes como el que venimos desarrollando en nuestra entidad mediante el programa CaixaProinfancia- Fundación la “Caixa”. A través de este programa, todas y todos los que participamos en él, con la inestimable ayuda del equipo de voluntariado, intentamos cada día poner nuestro granito de arena para paliar las dificultades con las que se encuentran estos menores.
Esta crisis ha supuesto un riesgo muy importante en términos de protección a la infancia y en el cumplimiento de sus derechos más básicos. No todos los niños, niñas y adolescentes han tenido la misma percepción de lo que ha supuesto y aún supone la pandemia mundial, ni sus experiencias en estos meses han sido iguales. Lo que para unos ha sido estar más tiempo en familia, siguiendo conectados a su centro escolar, para muchos otros ha sido mucho más complejo.
Muchos de ellos y de ellas han vivido muy de cerca la enfermedad, en sí mismos o en su entorno familiar; algunos y algunas han estado muy solos porque sus padres no podían faltar a sus trabajos; otros han pasado mucho tiempo encerrados en infraviviendas sin apenas espacio; han sufrido con los despidos de sus padres y madres, sin medios telemáticos para continuar adecuadamente con sus estudios...
Es por todo ello que todos y todas las que conformamos este equipo de Educación, los que formamos parte de esta gran familia que es Málaga Acoge, pedimos fervientemente a la sociedad un serio compromiso y una clara apuesta por la protección, la responsabilidad y el respeto por nuestra infancia.
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