Marchena: vía verde sin barreras
A media hora de carretera de Sevilla en dirección a Málaga, junto a un silo que marca el inicio de la carretera de acceso a Fuentes de Andalucía, se encuentra el inicio de la vía verde de Marchena, que no dejaría de ser una más de las muchas que existen en España si no fuera porque la puede recorrer cualquier persona, sin que los problemas de movilidad sean un impedimento para ello.
Esto es posible mediante una idea desarrollada por el Ayuntamiento y la empresa Bikelecing. A la concejala de Igualdad, Mercedes Abadía, se le metió en la cabeza hace casi dos años que la vía verde del pueblo tenía que ser accesible para cualquiera que la quisiera recorrer, y dos bicicletas adaptadas que se pueden usar sin coste alguno han hecho posible el milagro.
No ha sido fácil, pero Abadía asegura que ver la normalidad con la que cualquiera recorre ahora esa zona del pueblo compensa el trabajo realizado para no poner barreras a un recorrido de parte del antiguo trazado ferroviario Córdoba–Marchena, que dejó de funcionar en la década de los 70.
La vía verde atraviesa campos de girasoles y cultivos cerealistas entre olivares. En primavera es todo un espectáculo visual por el contraste de colores que ofrece este trazado, continuación de la Vía Verde de la Campiña en la provincia de Córdoba.
Después recorre parte de la provincia de Sevilla por los términos municipales de Écija, La Luisiana y Marchena.
La idea de convertir en adaptada la vía verde forma parte de la colaboración que para ello deben prestar los propios vecinos. Las bicis se prestan de forma temporal. No hay un tiempo estipulado, pero siempre se cuenta con que se devuelven en un plazo prudencial. Se pueden usar para dar un paseo en familia, como actividad escolar o por turistas que las pidan en el área municipal de Turismo.
La única diferencia será que la gente que no está empadronada en Marchena debe dejar una fianza al solicitarla, que le será devuelta al volver a llevar la bici a su emplazamiento en perfecto estado. Cuidarlas para que todo el mundo pueda usarlas es la base de la idea.
Víctor Puig, uno de los gerentes de Bikelecing, explica que no sólo había que diseñar una bicicleta “sino que hacer que contara con una rueda direccionable, y que la persona con movilidad fuese segura en todo momento, por lo que se fabricó un sillón homologado que cuenta con cinco puntos de seguridad”, de modo que en todo momento está fijada al mismo de forma segura.
Una vez cumplida la teoría, llegó el momento de la práctica. Para ello se contó con el alumnado del colegio Ángeles Cuesta. Con la alcaldesa del pueblo, María del Mar Romero, como testigo, las bicis echaron a andar. Junto a la edil estaba el director general de Personas con Discapacidad de la Consejería de Igualdad y Políticas Sociales, Gonzalo Rivas, y, sobre una de las bicis, el deportista paralímpico marchenero Rafael López, campeón de Europa de triatlón, junto con representantes de asociaciones de personas con discapacidad de distintas asociaciones de Córdoba y Málaga.
“La discapacidad no tienen por qué ser algo que limite. Si somos capaces de facilitar los medios y hacer del entorno algo accesible, resurgirán las capacidades de cada uno”, explica Gonzalo Rivas.
Mercedes Abadía recuerda el punto amargo que le hizo meter mano a la idea: “Se organizó una salida del alumnado del colegio Padre Marchena, pero un grupo de niños y niñas con diversidad funcional se quedó en el aula. Había que ponerse a trabajar para que esto no pasara más”.
En Marchena, todos los colegios de Primaria tienen cambiada la normativa para hacer de los centros edificios accesibles. Pero faltaba que los niños pudiesen ser parte activa de cualquier actividad sin importar sus problemas de movilidad. Ahora, al menos en la vía verde, es posible.
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