A los reyes no se les pide la República
A los Reyes, que el jueves visitaron Málaga, unos les pidieron la República y otros les hicieron un regalo. Mari Carmen tenía dos faldas de flamenca para las hijas de Felipe VI y Doña Letizia. Cerca estaba Juan García Chacón, 79 años, que llevaba una bandera comunista enrollada y otra republicana escondida. Mari Carmen cumplió su objetivo a medias: entregó a los agentes de seguridad el paquete con la ropa de fiesta. Juan no consiguió desplegar sus banderas, porque fue alejado de allí e identificado por siete policías. No se lo explicaba: “Yo no he hecho nada en mi vida y he tenido que dar mi DNI como si fuera un terrorista”. Así que hubo faldas de flamenca, pero no banderas republicanas para los Reyes y unas 200 personas recibieron a la pareja real.
El identificado Juan García Chacón y cuatro compañeros habían intentado unirse a las protestas en la calle Madre de Dios, pero les cortaron el paso. Cuando volvían por la calle Gómez Pallete al lateral del Teatro Cervantes, donde estaban al principio, la policía les dio el alto. Republicano declarado, el hombre decía antes del incidente que el no sería rey aunque naciera heredero de la corona. Los cinco se habían quitado sus insignias para intentar pasar desapercibidos pero Juan llevaba una bandera roja enrollada y otra republicana bajo la chaqueta. “Nos han dicho que presuponen que íbamos a hacer un altercado”, contó luego Ana Gómez, que le acompañaba. “Yo no tengo nada, ¿cómo pueden presuponer eso? Sólo queremos sacar la bandera”.
La policía les cortó el paso y ahí quedó el intento. Después del incidente, Juan y otro compañero aseguraban que habían recibido amenazas (“te vas a ir calentito”, “si no te gusta, vete a Cuba”). Este medio observó el incidente pero no escuchó el diálogo.
En Málaga no se reprodujo el alboroto de la entrega de los últimos Premio Príncipe de Asturias, aunque sí se escucharon los gritos de protesta en la calle Madre de Dios. “¿Qué imagen estamos dando?”, renegaba una señora que no entendía que se protestase contra la monarquía precisamente en presencia de los monarcas.
Un regalo para los Reyes
También hubo regalo para las hijas de los Reyes. “Un regalito para dos princesas que ocupan nuestro corazón”, había escrito improvisadamente Mari Carmen en una tarjeta. Ella antes era contable y ahora diseña y cose sus propios modelos de vestidos de flamenca. Un miembro del equipo de seguridad palpó el paquete (“No es porque haya una bomba, es que puede haber cualquier cosa desagradable”) y dio su visto bueno, de modo que el plan se puso en marcha. Una periodista de televisión se afanaba para coordinar con el público una invocación extraña (“Letizia, ra ra ra, un regalo te dará”) y a Mari Carmen se la comían los nervios. “Si yo ya volvía a casa…”, repetía.
Todo estaba preparado, pero los Reyes llegaron con retraso “por un atasco”. Entraron al teatro y el regalo se lo quedó ese miembro de seguridad, para chasco de Mari Carmen y la periodista. Cuando salieron para saludar, hora y media después, Mari Carmen ya no estaba allí. “Me da pena que no haya podido dárselo ella, pero el Rey iba con prisa. Y si ve que hay follón o anda por ahí el Mocito Feliz no se acerca”, explicó el guardaespaldas.
Hubo quien habló de las “fuerzas vivas” y allí estuvieron casi todas: la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, el alcalde Francisco de la Torre, casi todos los concejales del equipo de gobierno y parte de los de la oposición. Los Reyes habían venido a presidir la entrega de los Premios Nacionales de Innovación y Diseño 2015 y Felipe VI habló de la innovación y el “liderazgo en los mercados”, según las crónicas de agencia. Dijo que la innovación y el diseño son cruciales para “casi toda” la actividad económica y Susana Díaz aseguró que aunque “queda tarea” para converger con las regiones punteras, “la Andalucía del siglo XXI es una tierra que investiga, innova y emprende”.
Fuera del teatro, cinco muchachas gritaron “¡Viva el Rey, que nos va a dar trabajo!” y una chica quiso atravesar la plaza y se dio la vuelta cuando vio que aquello estaba cortado: “¡Joder, ¿qué pasa?, ¿viene el Rey hoy o qué?”.