El Ministerio de Cultura pujará por los Murillos de Abengoa si salen al mercado para que se queden en Sevilla

Miquel Iceta recorre las obras en los tejados de la Fábrica de Artillería de Sevilla.

Antonio Morente

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“No es descartable”. Con esta afirmación del ministro de Cultura, Miquel Iceta, ha quedado abierta la puerta para que su departamento intente hacerse con los dos cuadros de Bartolomé Esteban Murillo de Abengoa que pueden salir al mercado como consecuencia de la crisis de la multinacional. Las dos obras pueden verse hoy en el Centro Velázquez que gestiona la Fundación Focus, que nació como obra cultural de la empresa tecnológica, y si el Gobierno central da el paso de hacerse con ellas será precisamente para que continúen en la capital hispalense.

“Si se plantea la venta”, el Ministerio “con sus fondos” podría intentar “comprarlas no para que se vayan a Madrid sino para que se queden en Sevilla”. Una de las obras, el San Pedro penitente de Los Venerables (1675), inició en verano los trámites para ser declarado Bien de Interés Cultural (BIC), lo que le convierte en “inexportable”, mientras que para la segunda (Santa Catalina de Alejandría, de 1650) la Consejería de Cultura andaluza ya ha iniciado el expediente para protegerla también como BIC.

Iceta hacía estas declaraciones durante una visita a la Fábrica de Artillería de Sevilla, en la que incidía en que “no queremos que se disperse el patrimonio”, de ahí que el Ministerio de Cultura esté “muy atento” a qué ocurre con estas dos obras. “Ha costado mucho tener el patrimonio que tenemos y si nos despistamos costará muy poco que se deshaga”, apostilló, de ahí su convencimiento de que “esto no va a pasar”.

La consideración como BIC no sólo blinda la obra para que no salga de España, sino que confiere a cualquier entidad cultural española (como los museos) la posibilidad de ejercer un derecho de tanteo si finalmente se ponen en el mercado. De hecho, es el propio Ministerio de Cultura (a través de su Junta de Calificación) el que supervisa una operación de este tipo, en la que la obra quedará en manos privadas sólo si el pretendiente público no alcanza el precio que reclama el vendedor. Asimismo, en estos casos no son extrañas las negociaciones entre una administración, como en este caso el Ministerio de Cultura, y el propietario para que la pieza pase a manos públicas antes incluso de salir a subasta.

De vuelta a Sevilla a los dos siglos del expolio

El San Pedro es propiedad de la propia Abengoa, ya que el estallido de la crisis de la empresa se produjo antes de que la cediera a la Fundación Focus, por lo que la obra es uno de los bienes incluidos en el concurso de acreedores. La Santa Catalina sí es de la fundación, que baraja sacarla al mercado para obtener fondos con los que paliar los ingresos que ya no le transfiere su matriz. Ambas obras, pintadas por Murillo para espacios significativos de Sevilla como el hospital de Los Venerables y la iglesia de Santa Catalina, salieron de la ciudad durante la invasión francesa (1810-1812) y volvieron a ella a los dos siglos del expolio.

El ministro reconoció que en el caso del San Pedro ya se tuvo en su momento “la percepción” de un “riesgo”, lo que llevó a que “se declaró no exportable”. Por ello, y si finalmente Abengoa da el paso definitivo de sacar al mercado las obras, deja la puerta abierta a pujar por ellas, un escenario en todo caso en el que “en este momento no estamos ahí”.

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