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EDUCACIÓN
Un profesor recrimina a la Universidad de Sevilla que aparte “el debate político” de las aulas

Clase de Antropología Política en el exterior de la Facultad de Historia en Sevilla

Sara Rojas

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La última clase de Antropología Política que se imparte cada jueves en la Facultad de Geografía e Historia de la Hispalense se ha trasladado al exterior del edificio de la antigua fábrica de tabacos por las convicciones de un profesor. Félix Talego había organizado una mesa redonda en su horario de docencia (de 11 a 13 horas) con el objetivo de promover el debate en torno a la minería extractiva. Lo había montado en el marco del Contrasalón Minero que diferentes entidades ecologistas de todo el panorama ibérico han organizado como contrapunto al Salón Internacional de la Minería (Mining and Mineral Hall, MMH), celebrado del 18 al 20 de octubre en la capital andaluza con respaldo empresarial e institucional.

Para ello, con un mes de antelación, solicitó un aula de mayor aforo ante el previsible “aumento de la audiencia para escuchar a los invitados”. Si bien en un inicio el Decanato se la concedió, finalmente reconsideró la petición y optó por desestimarla, alegando confusión en torno a la convocatoria. Por eso, cuando los diferentes participantes y asistentes acudieron a la sede del Rectorado en la fecha señalada, se encontraron el aula cerrada y una orden en secretaría de no proporcionar la llave. Así las cosas, Félix Talego decidió seguir adelante con la actividad, pero en lugar de celebrarla “en el aula prevista para su docencia” (como sugirió la vicedecana en uno de los correos a los que ha tenido acceso este periódico, pero que el docente encontraba insuficiente), optó por llevarla a cabo en el exterior de la Real Fábrica de Tabacos, sede principal de la Universidad de Sevilla, en señal de protesta.

“Es entre indignante y grotesco que no pueda hacer uso del aula para una mesa en mi hora de clase”, denuncia este profesor, que reconoce que en sus clases aborda el enfoque de la ecología política. Al respecto, fuentes de la Hispalense consultadas por este periódico aseguran que no se trataba de ninguna actividad docente, ni de un acto académico, y no había detrás ningún docente de la Universidad que lo respaldara. Asimismo, las fuentes añaden que les llegó una petición en el mismo sentido del SAT y que el Decanato no lo vio claro. “No se plantearon bien las cosas desde el principio”, concluyen respecto a este caso.

“Disparidad de criterios”

De acuerdo con el testimonio del docente, el día 23 de septiembre solicitó por escrito un espacio “de mayor cabida” y, tres días después, recibió contestación favorable de Decanato, que le asignaba el aula Diego Angulo. Sin embargo, días antes del jueves 20 de octubre, recibió un correo electrónico en el que se le denegaba el permiso, arguyendo “que la actividad que se va a desarrollar no se ajusta a la solicitud enviada” e instando al organizador del evento a retirar la cartelería que había difundido para promocionar el acto, donde figuraba la facultad en cuestión, pero no el nombre del profesor. Al hilo, Félix Talego defiende que ningún estatuto universitario establece como requisito tener que precisar el contenido de una actividad que cumple con los principios docentes.

Tras lo sucedido, este profesor de Antropología Política - que se confiesa sensibilizado con la causa ecologista - lamenta que un acto en pro de fomentar el debate y espíritu crítico entre los alumnos, contando con la participación de investigadores y académicos, se haya tenido que realizar fuera del recinto universitario. Según su propia lectura de los hechos, el equipo decanal “ha actuado con precipitación dejándose llevar por prejuicios” y por una “desafortunada interpretación de lo que debe ser la enseñanza de ramas del conocimiento como las ciencias sociales” que, a su parecer, debería promover la reflexión y el intercambio de ideas.

Con todo, asegura “no tener nada en contra del Decanato” y lo achaca a una “disparidad de criterios” y a una decisión de desvincularse de los “debates de corte político”. A su juicio, desde la Universidad se deberían formular cuestiones que parecen incomodar a instituciones como es la de la extracción minera, según sugiere Talego. En estos momentos, el organizador de la actividad sostiene que está estudiando si emprender algún tipo de acción. Y por lo pronto, apuesta por aprovechar lo ocurrido para “retomar el debate sobre qué actores de la sociedad civil deben entrar en la universidad y para qué fines”.

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