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Biscarrués: del pantano derrotado a la puesta en marcha de una comunidad energética local

Protesta en Zaragoza contra el pantano en 2017

Miguel Barluenga

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Biscarrués, el pueblo de Huesca que echó abajo el proyecto de un pantano que amenazaba con su ruina, ha comenzado a dar pasos firmes para la puesta en marcha de una comunidad energética local, la primera de la provincia. Esta consistirá en varias instalaciones de energía solar fotovoltaica repartidas en diferentes ubicaciones y destinadas para autoconsumo compartido entre los edificios municipales y los vecinos de la localidad. Serán propiedad y estarán controladas por los socios, que verán así reducidas sus facturas de electricidad a la vez que fomentan su autosuficiencia energética y reducen su impacto en el cambio climático al estar generando su propia energía renovable de forma local.

El proceso participativo ya ha comenzado. Está coordinado por la organización independiente Ecodes e impulsado por el ayuntamiento de Biscarrués. Las comunidades energéticas suponen una nueva figura en el escenario de la transición energética reconocida por la Unión Europea. Su papel reside en facilitar la participación proactiva de los amplios sectores de la sociedad sobre la cadena de valor de la energía, siempre desde una posición local en cuanto al territorio donde operan y en cuanto al beneficio socioeconómico que generan.

Esta iniciativa se enmarca dentro del programa Energía Común de Ecodes, cuyo objetivo es “fomentar la participación ciudadana en el cambio de modelo energético hacia uno renovable, flexible y distribuido en manos de las personas y sin dejar a nadie atrás”, señalan desde la entidad. El alcalde de Biscarrués, José María Giménez, explica que “la comunidad energética de Biscarrués consistirá en varias instalaciones de energía solar fotovoltaica repartidas en diferentes ubicaciones y destinadas para autoconsumo compartido entre los edificios municipales y los vecinos y vecinas de la localidad”.

Estas instalaciones “serán propiedad y estarán controladas por los socios y socias de esta nueva Comunidad, que verán reducidas sus facturas de electricidad a la vez que fomentan su autosuficiencia energética y reducen su impacto en el cambio climático al estar generando su propia energía renovable de forma local”. Giménez pertenece a Chunta, cuyo presidente, Joaquín Palacín, visitó recientemente la localidad y destacó allí “el compromiso inquebrantable de Chunta Aragonesista para impulsar un cambio de modelo energético hacia uno renovable, flexible y distribuido en manos de las personas y sin dejar a nadie, ni a ningún territorio, atrás”.

Entre los beneficios que se pueden encontrar en las comunidades energéticas, de las que en España hay algo más de 30, se halla su influencia en el medio ambiente y el cambio climático haciendo un mayor uso de la energía renovable. La Unión Europea estima que gran parte del aumento de producción de energía renovables será a nivel local. Y se calcula que las comunidades energéticas locales representarán el 17% de toda la producción de energía eólica y el 21% de la producción total de energía para 2030. También se espera que la mitad de los hogares europeos produzcan energía renovable para 2050, según la plataforma Inarquia.

Reducción de emisiones contaminantes

Como consecuencia de esto, las emisiones contaminantes se verán reducidas y dado que su producción se lleva a cabo en áreas que ya están afectadas por la actividad humana, la necesidad de invadir los ecosistemas naturales también será menor. Los beneficios de las comunidades energéticas locales también se producen de manera económica y social. Cuando un mayor número de particulares y agentes trabajan en conjunto, su viabilidad económica aumenta.

Estudios demuestran que las comunidades que participan en el establecimiento de proyectos de energía renovable tienen más probabilidades de tener una visión positiva de generación eólica y solar en su área local. Al compartir la energía a nivel local, los consumidores tienen la seguridad de que su electricidad proviene de fuentes renovables y la propiedad compartida les permite tener mayor influencia a la hora de tomar decisiones. Asimismo, se reflejan mejoras en los sistemas de energía gracias al equilibrio de la producción y el consumo.

Las instalaciones serán propiedad y estarán controladas por los socios y socias de esta nueva Comunidad

La comunidades energéticas pueden reducir la tensión de su red en el momento en que el consumo sea máximo y la producción de electricidad alta. Esto permite que el uso de la red energética se desarrolle de manera eficiente y evita el uso de una mayor inversión. También pueden funcionar como una alternativa rentable a las inversiones tradicionales en redes de energía lo que se traduce en repercusiones económicas positivas.

Otros beneficios son la mayor posibilidad de innovación por parte de los consumidores de energía o las menores pérdidas de transmisión cuando se produce energía localmente. Además, las comunidades energéticas locales ofrecen a sus participantes una mejor comprensión de sus sistemas de energía. El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ya está buscando iniciativas para favorecer la creación de comunidades energéticas locales en España con el objetivo de reactivar la economía.

En 2020, el Tribunal Supremo ratificó con su sentencia el descarte del embalse de Biscarrués después de tres décadas de lucha de la zona conocida de la Galliguera. La Coordinadora Biscarrués-Mallos de Riglos ha aglutinado más de 33 años de reivindicaciones y ha alzado la voz allí donde se le ha querido escuchar. Los recursos presentados por las poblaciones afectadas y grupos ecologistas ante la Audiencia Nacional llevó a esta en 2017 a anular el anteproyecto de construcción y la declaración de impacto ambiental. Tres años después, el Tribunal Supremo corroboró la sentencia.

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