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La recaudación tributaria crece en Aragón, pero lejos de las previsiones del Ejecutivo anterior

El consejero de Hacienda, Fernando Gimeno.

Eduardo Bayona

Zaragoza —

Los datos de los ingresos tributarios del Gobierno de Aragón restan intensidad al tono verde de los brotes que, supuestamente, comienzan a verse en la economía aragonesa. La aportación de los impuestos a las arcas autonómicas indican que se está produciendo una animación de la actividad económica, aunque esta queda muy lejos de los niveles anteriores a la crisis y se sitúa por debajo de las previsiones que contemplaban los criticados últimos presupuestos del Ejecutivo autonómico PP-PAR.

Tiende al alza la recaudación de los dos principales impuestos: el IVA, que grava de manera indiscriminada la adquisición de bienes de consumo y de servicios, pasó de 441,3 millones de euros a 493,8 del primer semestre del año pasado al del actual; mientras el IRPF, el que se aplica de manera progresiva a las rentas declaradas, creció  de 533,8 a 562,3.

Los tributos que gravan la actividad inmobiliaria han tenido un comportamiento desigual. El Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP), que supone un 7 % del valor escriturado de los inmuebles que se venden, pasa de 38 a 51,2; aunque sigue lejos de la previsión de 152,4. Mientras tanto, el de Actos Jurídicos Documentados, que se aplica al acto de escriturar, queda congelado en 17,9; menos de la tercera parte de los 56 consignados en el capítulo de ingresos de las cuentas autonómicas.

Más ingresos por el ladrillo

La evolución del PIB lleva unos meses poniendo de manifiesto el incremento de la actividad en el sector inmobiliario y en el financiero, lo que ha hecho saltar las alarmas sobre el riesgo de que la economía aragonesa esté generando una nueva burbuja inmobiliaria como la que provocó el inicio de la crisis en 2008.

También ofrecen un comportamiento contradictorio dos de los impuestos que suelen tomarse como indicadores de la tendencia de las actividades industrial y comercial. El que grava el consumo de electricidad cae de 35,5 a 31, mientras el que se aplica al gasto de hidrocarburos sube de 132,5 a 147,6. En ambos casos se sitúa ligeramente por encima de las previsiones anuales, que se situaban en 60,6 y 288,3, respectivamente.

Los ingresos generados por varios impuestos siguen claramente por debajo tanto de las previsiones como de los datos del año anterior, según se desprende de las respuestas de la Consejería de Hacienda a una batería de preguntas parlamentarias del diputado autonómico Antonio Suárez (PP), que se interesó por la evolución de la recaudación en el primer semestre de este año.

Retroceso en los ingresos por algunos impuestos

El Impuesto de Sucesiones, que grava las herencias, generó de enero a junio 37,9 millones, muy por debajo, pese a haber generado derechos por casi 17 más, de los 168,9 presupuestados y de los 58 ingresados el año anterior.

Y también resulta destacable la caída de otro que actúa como indicador del consumo, el impuesto del tabaco, que se desplomó algo más del 13 % al pasar de 71,2 a 61,9 en los primeros seis meses del año en comparación con el mismo periodo del año anterior. El tributo sobre las bebidas alcohólicas se mantiene estable en 7,3 millones –aunque con un ligero descenso desde los 7,5 de 2014- mientras el de la cerveza repunta ligeramente al pasar de 2,24 a 2,46.

La leve animación de la actividad económica ha tenido, no obstante, efectos balsámicos para las estrecheces financieras de las arcas autonómicas. Las cuatro principales fuentes tributarias de ingresos (IVA, IRPF, Transmisiones e Hidrocarburos) aportaron en el primer semestre de este año 109 millones más que en el mismo periodo de ejercicio anterior. Sin embargo, el retroceso en el Impuesto de Sucesiones y en los que gravan los consumos de electricidad y de tabaco suman, en su conjunto, una merma de casi 34 sobre las previsiones presupuestarias.

El Gobierno de Aragón ha llevado a las Cortes una reforma tributaria con la que pretende aumentar los ingresos de la Comunidad en algo más de 100 millones al año. Su tramitación podrá a prueba la capacidad negociadora del Ejecutivo PSOE-CHA, ya que el centro-derecha –PP, PAR y Ciudadanos- la rechaza por su intensidad, mientras, por la izquierda, tanto Podemos como IU le ponen reparos por su baja magnitud.

 

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