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Tomás Guitarte, diputado por Teruel Existe y autor de la frase “frente al centralismo, teruelismo”

Teruel Existe pone en valor que un movimiento social llega al Parlamento

Plácido Diez

Zaragoza —

La semilla se puso de una manera desorganizada el 14 de agosto de 1977 en Miravete de la Sierra, un pueblo de la comarca del Maestrazgo de menos de 40 habitantes que, posteriormente, sería bautizado en una campaña publicitaria como “el pueblo en el que nunca pasa nada”.

Allí, por iniciativa del entonces alcalde, Aquilino Ariño, y de un periodista nacido en ese municipio, Vicente Calvo, director de una revista de línea carlista, Esfuerzo Común, se reunieron alrededor de 2.500 personas -se contabilizaron 520 turismos y cuatro autocares- bajo el lema ¡Salvemos Teruel! y con una gran pancarta en la que se leía “Teruel olvidado, Aragón expoliado”

No pudo celebrarse una misa baturra porque la prohibió el párroco ni pudo llegar José Antonio Labordeta, pero acudieron otros cantautores como Joaquín Carbonell, Tomás Bosque, Paco Medina, Mariano Abad, y algunos políticos como Emilio Gastón, fundador del Partido Socialista de Aragón (PSA), firmante de los Pactos de La Moncloa y Justicia de Aragón; un senador de la UCD, José Luis Figuerola, y un periodista de referencia de Heraldo de Aragón, Alfonso Zapater.

También dos empresarios, Alloza y Guallar, que se comprometieron a desembolsar un millón de pesetas de los de entonces para empezar a salvar a Teruel y organizaciones políticas de la izquierda como el Partido del Trabajo de España (PTE), Convención Republicana, y ciudadanas como el Centro de Iniciativas Turísticas del Alto Guadalope, Defensa de los Intereses del Bajo Aragón Turolense (Deibate), la Asociación Cultural Teruel, la Asamblea de Emigrantes Aragoneses en Cataluña. Las reivindicaciones: las deficiencias en las comunicaciones por carretera y por ferrocarril, y en la red telefónica, la carencia de centros y de personal sanitario y el expolio de las materias primas.

Por entonces el recién elegido diputado por Teruel Existe, Tomás Guitarte, tendría dieciséis años y ya hacía seis años que su familia había emigrado desde Cutanda a Valencia. Hasta los 10 años pudo disfrutar en ese pueblo de una infancia de juegos en la calle, de partidos de fútbol en las eras y de contacto diario con el campo y la naturaleza. En 1971, Cutanda pasaría a ser un barrio de Calamocha.

Ese mismo año sus padres emigrarían a Valencia donde después de graduarse como arquitecto en la Universidad Politécnica dio clases durante un tiempo para posteriormente abrir despacho hasta que decidió vincularse profesionalmente también con la provincia de Teruel abriendo oficinas en la capital y en Calamocha para atender a la extensa comarca del Jiloca.

El 5 de diciembre de 1999, una concentración silenciosa reunió entre 15.000 y 20.000 personas en la provincia. Fue el arranque de Teruel Existe para expresar la indignación y la rabia por la carencia de medios sanitarios. El desencadenante: no hubo ambulancia para atender a un joven de Cella que falleció tras sufrir un accidente de tráfico pero sí hubo un helicóptero medicalizado para transportar los órganos que donó.

Según los datos del Instituto Nacional de Estadística, ese año la provincia de Teruel contaba con 138.000 habitantes que, 20 años más tarde, en 2018, ya solo eran 134.572, 3.500 menos, a pesar de la importante llegada de inmigrantes de principios de los años dos mil. Todavía faltaban diez años para que Teruel estuviera conectada por autovía con Zaragoza, la comunicación en autobús con Madrid era muy limitada y la ferroviaria sencillamente ni existía ni existe y con la capital aragonesa era una larga aventura, que no bajaba de las dos horas y media, con averías y sobresaltos continuos.

Desde entonces, han sido muchas movilizaciones para que calara cual lluvia fina por todos los pueblos de la provincia, y en especial del Bajo Aragón, una marca y unas reivindicaciones que inicialmente trasladaban un acento capitalino -en los resultados del pasado domingo, que convirtieron por primera vez a una agrupación electoral en primera fuerza política en una provincia, todavía se aprecia una notable diferencia entre el resultado de la capital, un 42,57 por ciento de los votos, con la media de la circunscripción, un 26,7 por ciento-. No era ajena a esta percepción la presencia de muchos empleados públicos residentes en la capital, también profesionales, en el núcleo que tomaba las decisiones.

Teruel Existe, que siempre ha tenido imaginación y agilidad para marcar tendencia, ha sabido convertirse en una seña de identidad para todo el asociacionismo rural de la provincia, en una emoción transversal, por encima de los colores políticos, que ha seducido a los medios de comunicación nacionales, también internacionales, a la mayoría de las provincias de la España despoblada y también a alguna multinacional del mueble desmontable que ha utilizado la marca en sus campañas de publicidad.

Tomás Guitarte, pasada la página de su militancia en Chunta Aragonesista en cuyas listas concurrió a las Cortes de Aragón en dos ocasiones, 1987 y 1991, puso su empeño profesional y personal, corría el año 2000, para que el trazado del AVE Madrid-Cuenca-Valencia se desplazase hacia el norte para incorporar a Teruel con solo alargar el trayecto unos minutos pero no consiguieron convencer a los ministros de Fomento de Aznar.

También lo puso, en este caso con más probabilidades de éxito por la implicación de los puertos de Valencia y Bilbao, en el corredor ferroviario Mediterráneo-Cantábrico, en una línea electrificada y con doble vía para mercancías y pasajeros. El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) ya ha invertido 740.000 euros en mejoras en la vía entre Teruel y Zaragoza en los últimos meses y acaba de adjudicar la electrificación de las áreas de Villafranca del Campo y de Cariñena por 23,5 millones de euros y un plazo de ejecución de 15 meses. Además, el Gobierno en funciones consiguió incluir el corredor dentro del mecanismo europeo “Conecta” que le garantiza, si se presentan a tiempo los proyectos, hasta el 50 por ciento de financiación europea.

Otra iniciativa frustrada, esta personal, fue Jiloca Laqua 2014 que pretendía dar un uso turístico alternativo al embalse de Lechago, una inversión de alrededor de 30 millones de euros atascada por el desacuerdo de los regantes del Bajo Jiloca por el coste de las tarifas. Un macroproyecto, Jiloca Laqua, que llegó fuera de tiempo cuando ya habían entrado en crisis el modelo mediterráneo de parques temáticos y macroproyectos.

Guitarte está en la junta directiva del Centro de Estudios del Jiloca (CEJ), una asociación financiada por casi 800 socios que investiga, publica y hace divulgación local, además de gestionar el Museo del Jamón, y tiene un contacto permanente con Cutanda donde una asociación de la que forma parte ha promovido recreaciones y un centro de interpretación, que se quiere inaugurar el próximo año, sobre la batalla de Cutanda, una batalla de principios del siglo XII en la que el rey Alfonso I el Batallador, apoyado por el duque de Aquitania, derrotó a un poderoso ejército almorávide facilitando la reconquista de Zaragoza y del valle del Ebro. Batalla que, por su crueldad, popularizó la expresión “Peor fue la de Cutanda”.

La jornada de reflexión la pasó el pasado sábado celebrando en Berge el “Día del chopo cabecero”, una iniciativa del CEJ para valorar estos singulares árboles que crecen en las orillas de los ríos y que forman parte del paisaje de Teruel.

Un programa “sin ideología”

Suya es la expresión “frente al centralismo, teruelismo” y su apuesta por un programa “sin ideología” que incluye una fiscalidad diferenciada; el impulso a las autovías Zaragoza-Alcañiz-Vinaroz, a la de Teruel-Cuenca y a la de Monreal del Campo-Alcolea del Pinar para mejorar la comunicación con Madrid por carretera; la banda ancha para toda la provincia; y una transición ecológica justa ante el cierre de la térmica de Andorra el próximo año.

Ha sido uno de los impulsores del trabajo en red de hasta 120 plataformas ciudadanas de 23 provincias de la España interior, uno de los organizadores de la manifestación en Madrid de la España vaciada y uno de los interlocutores con el Congreso de los Diputados y con el presidente en funciones, Pedro Sánchez, sobre la despoblación. Ha contribuido a que la despoblación esté en la agenda pública y en la agenda del Gobierno, y algo tiene que ver con el anuncio de Sánchez en campaña de la creación de un ministerio de la Despoblación y el Reto Demográfico.

Ahora le toca desembarcar en el Congreso de los Diputados y también a otros dos compañeros en el Senado, Joaquín Egea y Beatriz Martín, como primera agrupación electoral en España. Tienen el aval de casi siete mil firmas y de casi 20.000 votos, y el desafío de contribuir modestamente a la gobernabilidad de este país organizándose para tomar las decisiones colectivamente.

Con un 26,70 por ciento de los votos para su lista, la representación de la provincia la tendrá que compartir con un diputado socialista, Herminio Sancho, agricultor, ganadero, exsecretario provincial de la UAGA y alcalde de Mezquita de Jarque, cuya lista alcanzó el 25,46 por ciento de los apoyos, y un diputado del PP, Alberto Herrero, ingeniero industrial de Calanda cuya lista recibió el 23,69 por ciento de los votos.

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