Un rato sin ley
Sí, todo va bien en parte a ratos, por zonas. El Boletín Oficial del Estado, el BOE, dejó un rato sin cobertura a la Constitución y otras leyes, luego lo corrigieron, claro. Pero técnicamente es un golpe de Estado, levísimo, teórico, casi metafísico, o sea, grave pero sin culpables ni delito. Puntual, esotérico, hermético, quizá para un negociado que ya no existe. Quizá sí haya una figura punible, pero todo se sobresee siempre con el famoso “error informático”, que ahora ya podrá imputarse alegremente a cualquier máquina IA.
Quitar la Constitución y un montón de leyes en el BOE es bastante estrafalario, pero ya había ocurrido alguna vez más. Es un FAIL que podría adjudicarse al chat GPT ese tan famoso por su fraseo. Ahora un jefe de Google que ha aportado tanto a la IA se retira o se va de la empresa a sus 75 y dice al NYT que le asusta la IA que él tanto contribuyó a crear. No como aquel al que echaron de Google porque dijo que la IA tenía sentimientos, emociones… esa conexión con la máquina. Son casos de la nueva era prodigiosa. Pero el BOE, que se sepa, aun va a mano.
El BOE, que aun es de gestión humana o semihumana, que sepamos, ha sacado a España de la Constitución y de otras leyes de cabecera, así que por unos minutos u horas el país y sus regiones y pueblos vacíos o llenos ha estado off off, fuera de la ley, o sin ley, digamos al margen de la civilización o en una vía muerta de la historia.
Si aquellos secesionistas Cat de salón y paripé lo hubieran sabido podían haber culminado su plan ficticio, al menos por unos minutos u horas, pues mientras no existe el país legal, jurídico, cualquier territorio con sus leyes intactas podría haberse independizado sin mucho gasto y salir en los medios del mundo. Si los secesionistas hubieran aprovechado esta ocasión (o la anterior), estarían fuera del kit España y la Unión Europea hubiera tenido que estudiar el caso.
Por el mismo FAIL del BOE España, al dejar de existir legalmente, se salió por un rato de la OTAN y otros organismos menores, como la misma Unión Europea, la FIFA, la UEFA y, lo que es más intolerable, del Festival de Eurovisión. Quizá el FAIL no fue tanto un error como una prueba, un ensayo para ver qué pasa y qué podría hacerse. Imaginemos que este lapsus legis ocurre durante unas elecciones y que se tarda en corregir y los perdedores las impugnan.
Además de derogar la Constitución el BOE derogó también La Ley de Enjuiciamiento Civil, el Código Penal, el Código Civil, el texto refundido del Estatuto de los Trabajadores, la Ley General de la Seguridad Social, la Ley reguladora de la jurisdicción social, el texto refundido de la Ley Concursal y la Ley de Régimen Jurídico del Sector Público. En Confilegal están los pantallazos.
Ya era la segunda vez, así que se ha establecido una rutina o inercia, un mecanismo FAIL que podríamos llamar “Dispositivo derogador o derogante”, que es la voz (“Disposición derogada”) que utiliza el BOE para deshacer milenios o siglos de laboriosa gestación de un estado y sus naciones y comunidades, diputaciones provinciales, etc.
Aunque el mecanismo FAIL actúe de nuevo no pasará nada en la práctica porque ninguna de esas leyes derogadas funciona ni sirve para gran cosa, y además se están parcheando cada día con apósitos y cláusulas igualmente inservibles, ilegibles. Por eso no pasará nada y todo sigue, como siempre, bien.
Mientras no elimine las leyes que sirven para extraer rentas al populacho y rescatar bancos todo está ok. Y la ley Mordaza, que es el puntal del sistema, ni por error se toca.
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