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'Zarrada': Huesca dice adiós a la Oficina de Lengua Aragonesa

Presentación de uno de los carteles de bienvenida a la ciudad con la grafía "Uesca", ya retirados.

Miguel Barluenga

Huesca —

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En la página web de la Oficina de Lengua Aragonesa de Huesca aparece su declaración de intenciones: “Se crea con el deseo de fomentar la normalización, el uso y la presencia del aragonés en todos los ámbitos de la vida social y cultural de la ciudad”. A partir de mayo dejará de buscar estos objetivos. El Ayuntamiento de la capital oscense cerrará esta puerta a la promoción de la lengua después de impulsarla durante la pasada legislatura. Un servicio municipal externalizado cuya concesión expira en mayo y que no se va a renovar tras cuatro años en marcha y con iniciativas tan mediáticas como la colocación de los carteles de bienvenida en varios puntos de la ciudad.

Estos fueron retirados el pasado mes de octubre después de que saliese adelante una moción del Partido Popular apoyada por Ciudadanos y Vox. La oposición municipal se bastó para arrancarlos de sus bases al sumar 13 de los 25 votos necesarios en el pleno municipal frente al PSOE, que gobierna en solitario con diez concejales, y los dos de Con Huesca (Podemos y Equo). Ahora, el equipo de gobierno ha tomado esta determinación porque “tenemos que priorizar otros servicios y además ya se cuenta con otros canales para difundir y preservar el aragonés”, según fuentes municipales.

Una decisión que cuenta con el beneplácito de PP, Ciudadanos y Vox y la oposición de la plataforma de izquierdas, que acusa al alcalde, Luis Felipe, de plegarse al dictamen de los partidos de derechas y empobrecer el acervo cultural de la ciudad. Del mismo modo se acusó al PSOE en su momento de que con la apertura de la Oficina de Lengua Aragonesa se trataba de contentar a uno de los socios con lo que formó coalición entre 2015 y 2019, Aragón Sí Puede. Mary Romero, una de las dos ediles de esta formación, se puso al frente de la recién creada concejalía de Lengua Aragonesa y, como director de la Oficina, a Chusé Raúl Usón.

“Entendemos esta labor normalizadora como algo que no ha de permanecer ajeno a las propuestas de los distintos sectores sociales, culturales, económicos, deportivos… de este municipio y entendemos también que la lengua aragonesa forma parte de nuestro patrimonio cultural y de nuestra historia”, señalan de nuevo en la web. En estos cuatro años, su funcionamiento ha costado al Ayuntamiento de Huesca unos 100.000 euros.

Se licitó como una asesoría externa en 2016 por 21.780 euros al año, con la posibilidad de prórroga por otros 12 meses. A mediados de 2018 se adjudicó de nuevo por 35.250 euros más IVA y dos años de plazo, más otros dos de prórroga con la fórmula de uno a uno. Hay que añadir en el área de Lengua Aragonesa 5.000 euros para publicidad y cartelería y otros 2.000 para la convocatoria del Premio Pedro Lafuente. Los últimos agraciados se dieron a conocer el pasado año, en el que el cartel anunciador de las fiestas de San Lorenzo todavía fue bilingüe, como también el del reciente Carnaval, o Carnestuliendas.

La “cuota ideológica” de PP, Cs y Vox

Desde la Oficina se emplaza a más adelante para desarrollar un balance del trabajo realizado y se agradece el impulso dado por la formación política Aragón Sí Puede, que no concurrió a las elecciones municipales del pasado mes de mayo, para su puesta en marcha. Destacan el impulso dado al aragonés con la creación del Premio Lafuente y una mayor presencia en las calles de la capital oscense con la cartelería, además de atender a los interesados en su oficina ubicada en el Centro Cultural Manuel Benito Moliner. Una labor que defienden frente a la “cuota ideológica” que le achacan PP, Ciudadanos y Vox.

También se han debido proteger del fuego amigo. Extinguida la Oficina, quedará la labor de asociaciones como el Consello d’a Fabla Aragonesa, instituido en 1976, y que dio un pequeño tirón de orejas a aquella a raíz de los carteles de bienvenida. El motivo, algunas inexactitudes en el uso del lenguaje: en lugar de los términos ‘Bienvenius’ y ‘Ziudat’ eran partidarios de emplear ‘Bienvenitos’ o ‘Bienplegatos’ además de cuestionar el uso de la t al final del segundo término, como por otro lado se propone desde la Dirección de Política Lingüística del Gobierno de Aragón. En este sentido, el Consello lamentaba que no le hubiese consultado al respecto. Fricciones al margen, sin carteles ni Oficina de la Lengua Aragonesa, esta lengua busca nuevas vías de supervivencia en Huesca.

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