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Javier García Campayo, psiquiatra: “La mayor parte del sufrimiento nos lo generamos nosotros mismos”

Javier García Campayo

María Bosque Senero

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Javier García Campayo nació en Zaragoza, es médico psiquiatra en el Hospital Universitario Miguel Servet y Profesor Titular en la Facultad de Medicina de la Universidad de Zaragoza. Asegura sentirse asombrado por la cantidad de sufrimiento que hay en el mundo, sobre todo entre los jóvenes. La frustración, las altas expectativas ante la vida, y la falta de consciencia sobre la búsqueda de la felicidad real enferman a la sociedad más evolucionada de la historia.

Es usted coordinador del Máster que este año ha organizado la novena edición del Congreso Internacional de Mindfulness, celebrado del 15 al 17 de abril en la capital aragonesa. Zaragoza, junto con São Paulo (Brasil), es una de las ciudades referente en países de lengua hispana para el Mindfulness ¿por qué?

Este congreso se lleva celebrando desde el año 2014, coincidiendo con la puesta en marcha un año antes, en 2013, del Máster propio en Mindfulness de la Universidad de Zaragoza. Este es, además, el primer Máster de Mindfulness de una universidad española y eso, junto con la coorganización de este Congreso convierte a la capital aragonesa en referente, a nivel internacional, del Mindfulness.

 Como coordinador del Máster de mindfulness de la Universidad de Zaragoza ¿cuál es el perfil del alumnado y con qué objetivos se inscriben en él? 

El alumnado responde a un perfil muy variado de profesionales. Hay cien matrículas este curso, y aproximadamente un 25% son profesionales de la psicología, otro 25% profesionales sanitarios, y una parte importante son docentes. Pero también hay profesionales del trabajo-empresa, del mundo deportivo, de la ingeniería y del periodismo. Es un máster de dos años, con 62 créditos y formación semipresencial. Todos tienen formación universitaria, y siempre les recomiendo que sea una formación encaminada al crecimiento de uno mismo, para uso personal, aunque si pueden aplicarlo en su ámbito profesional, puede ser muy positivo para su entorno. 

¿Cómo llega usted al Mindfulness?

El Mindfulness lleva más de 40 años en los Estados Unidos y unos 15 años en Europa. En 1997 me formé en Canadá, por aquel entonces mis compañeros de profesión me decían que, al creer en esta práctica tan desconocida en Europa, iba a acabar con mi carrera. Afortunadamente, no ha sido así. El Mindfulness fue llegando poco a poco a Europa y actualmente es una práctica que ha demostrado ser beneficiosa en su aplicación en el mundo de la psiquiatría y la psicología, principalmente como trabajo de prevención de enfermedades. 

¿Cuál es entonces el maridaje entre medicina y mindfulness?

La medicina es fundamental, pero como he dicho, el Mindfulness es una herramienta de trabajo preventivo ante el estrés; uno de los mayores problemas en la sociedad actual. El estrés crónico, el que dura meses e incluso años, es letal porque altera el cortisol y lesiona todos los tejidos del organismo, incluido el cerebro. Reputados estudios han demostrado que el Mindfulness es la técnica más adecuada para prevenir depresiones, infartos, o la aceleración de procesos de cáncer. Además, alarga la vida. Personas que llevan diez años practicándolo media hora al día, junto con ejercicio y una dieta equilibrada, pueden aumentar entre dos y tres años su esperanza de vida.

Sin embargo, mucha gente se pregunta si el Mindfulness es una moda, un producto de la sociedad consumista e incluso el opio del pueblo del siglo XXI. ¿Qué opina de estas corrientes de opinión?

No estoy en absoluto de acuerdo con ellas. El querer tener menos estrés no tiene nada que ver con una menor movilización social, es más, está demostrado que las personas que practican Mindfulness son más conscientes de las necesidades sociales y del sufrimiento de su entorno, y por lo tanto unas de las que más se movilizan por el medioambiente o por los derechos sociales. Creo que esta práctica fomenta la solidaridad; es muy prosocial. En cuanto a si es un producto de moda, no lo creo. En Estados Unidos como ya he dicho, lleva 40 años implantado. Su fundamento se basa en la meditación, una técnica oriental ancestral, pero está despojada de cualquier tinte y creencia religiosa anterior, y se ha convertido solo en una herramienta para buscar la felicidad en nuestro interior, no en lo material o en lo que los demás piensen de nosotros.

El fundamento del Mindfulness está, como usted dice, en la meditación, y eso implica silencio y escucharse a uno mismo ¿por qué tenemos tanto miedo a realizar este ejercicio? 

Somos la sociedad más avanzada de la historia, pero necesitamos estímulos externos constantes y esto nos produce estrés continuado. Nuestros abuelos eran personas que querían ser felices y vivir el momento, tenían creencias espirituales que ayudaban sí, pero cuando nacían sabían que el mundo no iba a ser fácil y lo afrontaban. Las expectativas ante la vida eran más sencillas. Ahora nuestras expectativas son enormes, y basamos nuestra felicidad y nuestro éxito en cosas que están fuera de nosotros. Buscamos la aceptación del otro constantemente, y eso es agotador. Tengo pacientes de 17 años cuya causa de consulta es que no tienen suficientes seguidores en las redes sociales. Uno se asombra de la cantidad de sufrimiento que hay en el mundo, y de que la mayor parte de ese sufrimiento nos lo producimos nosotros mismos. 

¿Es un problema individual o colectivo?

Es un problema de educación en casa, y educación en sociedad. Las familias crían a sus hijos sobreprotegidos, para que nada malo les suceda, y esto no es la vida real. En la vida pasan cosas malas, difíciles, y no estar preparados para afrontarlas genera un gran sufrimiento. Por otra parte, la sociedad avanza a un ritmo frenético, lo que genera estrés, y no puntual que sí que puede ser beneficioso en ciertas situaciones, sino estrés continuo, y este genera más sufrimiento en las personas.  

¿Por qué la meditación y no otro medio?

El Mindfulness es una psicoterapia occidental que está basada en la meditación oriental. ¿Por qué esta técnica? Porque la psicología occidental no sabía cómo trabajar la atención, así que se importó la base de la meditación, liberada de cualquier connotación, para dar respuesta a una sociedad en la que la capacidad de atención cada vez es menor. En medicina, el Mindfulness tiene unas indicaciones y unos nichos muy concretos de actuación, pero a nivel social, ha entrado en la corriente principal porque se ha demostrado que es muy útil.

Y ¿cómo dar el primer paso para poner remedio a este sufrimiento que nos rodea y que nos generamos a nosotros mismos?

Lo principal es llevar una vida sana; hacer deporte, tener una dieta equilibrada, y practicar algo de meditación, yoga, o una práctica que nos acerque a nuestro yo interior. Hay cursos de formación breve sobre Mindfulness de dos horas a la semana, que se hacen en grupo. La ventaja de esta técnica, es que, una vez que sabes lo fundamental sobre ella, es muy individualista, puedes practicarla tú solo sin necesidad de alguien que te oriente desde fuera y sin un grupo. 

Sin embargo, hay muchas personas que no logran el silencio necesario en su interior para practicar la meditación ¿qué les recomendaría a las personas que no pueden liberarse de los pensamientos y que se procastinan constantemente?

Es una buena pregunta. Está demostrado que aproximadamente un 15% de la población procastinamos. En estos casos es aconsejable la terapia cognitiva, en la que es necesario el apoyo de un terapeuta que nos guíe. Las personas procastinadoras suelen ser más inteligentes que la media, y necesitan tener cierto control sobre lo que pasa a su alrededor porque no se manejan bien con la incertidumbre. Dejar de procastinar supone un esfuerzo titánico en estos casos, pero la terapia cognitiva puede ayudarles.  

Si alguien está verdaderamente interesado en probar el Mindfulness ¿a quién debe acudir? 

Si la persona padece alguna enfermedad, debe recurrir siempre a un profesional sanitario. Las pseudociencias están de moda, personas que se presentan como coach, pero que carecen de una formación específica demostrada. En el caso de que sea alguien que quiere poner solución a sus problemas de estrés continuo, siempre aconsejamos acudir a un profesional. 

¿Qué le ha aportado a Javier García Campayo la práctica de Mindfulness en su vida? 

Medito desde los 15 años. A los 16 años decidí estudiar medicina para especializarme en psiquiatría porque tenía muy claro que mi camino era ayudar a las personas. Cuando comencé a formarme en este campo, en el del Mindfulness, era muy raro que un psiquiatra meditara, estaba incluso mal visto. Había un gran desconocimiento. Sin embargo, para mí esta práctica ha supuesto dar un sentido a la vida. He ganado en calidad de vida, y en los últimos años he tenido la suerte de asociar mis dos pasiones que son la psiquiatría, ayudar a los demás, y la práctica de Mindfulness, como técnica de apoyo para conseguirlo. Me siento muy afortunado. 

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