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Las alcaldías, palanca del PSOE en Castilla y León

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A menos de cuatro semanas de las elecciones en Castilla y León, la suerte no parece estar aún echada. El PP confía en acercarse a la mayoría absoluta -como le auguran algunas encuestas- y en disponer de varias opciones de investidura, no sólo apoyándose en Vox, y el PSOE considera que aún “hay partido” y que puede repetir el triunfo que alcanzó en los anteriores comicios, en 2019, y tener incluso posibilidades de gobernar. 

Desde el anuncio del adelanto electoral, el 20 de diciembre pasado, el PP ha logrado que prácticamente todo el debate de la precampaña haya girado en torno a las declaraciones del ministro Alberto Garzón sobre la ganadería intensiva. En ello parece que va a intentar seguir la formación de Pablo Casado y de Alfonso Fernández Mañueco en los próximos días, hasta el mismo 13 de febrero. Y en un eje más, que ya se ha apuntado este fin de semana pasado: en el antisanchismo; en invitar al electorado castellano y leonés a castigar en las urnas regionales del 13F al presidente del Gobierno central, Pedro Sánchez, lo que sería tanto como apoyar al palentino-abulense Casado en su camino a la Moncloa.

Aunque las elecciones son autonómicas, de Castilla y León, el PSOE no va a rehuir el debate sobre la gestión del Ejecutivo central. Incluso va a sacar pecho en lo que éste ha hecho por la región. Luis Tudanca, el candidato socialista, lidera un proyecto autonómico que habla de reindustrialización, lucha contra la despoblación, mejora de la sanidad pública, plan de oportunidades para los jóvenes... Pero estos días está también recordando en entrevistas y mítines que 600.000 jubilados castellanos y leoneses a los que el PP bajó sus pensiones las han visto ahora revalorizadas gracias al Gobierno de coalición y que 140.000 trabajadores del territorio se han beneficiado durante la pandemia de los ERTE impulsados por ese mismo Gobierno. El propio Sánchez, que el pasado 9 de enero estuvo en Palencia en la presentación de la candidatura de Tudanca, estará muy activo en la campaña. Participará en actos en León, Valladolid, Soria y Zamora.

Para el PSOE, tres serán las claves principales de su campaña. Uno: trasladar al electorado ese proyecto alternativo “al fracaso del PP, que lleva 35 años gobernando la región”; exhibir capacidad de gestión y de transformación, por su experiencia en muchas de las principales ciudades de la región; y lograr así movilizar a su electorado.

El PSOE tiene actualmente las alcaldías de 8 de los 16 municipios de más de 20.000 habitantes que hay en la región: Valladolid, Burgos, León, Ponferrada, Segovia, Soria, Miranda de Ebro y San Andrés del Rabanedo. El PP tiene 3 (Salamanca, Aranda de Duero y Medina del Campo), Ciudadanos tiene una (Palencia), IU tiene también una (Zamora), y las otras tres (Ávila, Laguna de Duero y Arroyo de la Encomienda) están en manos de partidos locales o de independientes. Los principales alcaldes socialistas estarán muy activos en la campaña. El objetivo, lograr que este febrero vayan a las urnas al menos los mismos partidarios que en mayo de 2019 le dieron al PSOE la victoria, con tres puntos porcentuales largos y seis escaños más que al PP (34,84% a 31,50%, y 35 a 29), y disputarle además a este algunos de los muchísimos votos de Ciudadanos de los anteriores comicios. En 2019, el partido naranja logró 12 escaños, lo que le permitió entrar en el Gobierno, en coalición con el PP. Las encuestas le dan ahora a Ciudadanos un escaño -por Valladolid, la mayor circunscripción- o ninguno.

El objetivo socialista está complicado. A su izquierda, Unidas Podemos cree que puede mejorar los dos escaños con que hasta ahora contaba. En 2019, Podemos e IU concurrieron por separado. Ahora van juntos, en coalición, lo que aumenta sus posibilidades de lograr votos -a costa del PSOE, la mayoría- y escaños, estos especialmente en las provincias que más reparten. 

También en la derecha hay disputa. En las Cortes salientes, Vox tenía solo un escaño. Lo logró en Valladolid, con el 6,85% de los votos. Si la formación de Abascal logra trasladar a la región los apoyos porcentuales que las encuestas le dan en el conjunto de España, es muy probable que entre en muchas de las nueve circunscripciones. ¿A costa del PP? 

¿Y qué lograrán las plataformas de la España Vaciada, nuevas en esta arena electoral? ¿Y los otros partidos localistas (UPL, ProÁvila), que ya estaban en las Cortes salientes? Hay partido, sí parece. Pero a casi cuatro semanas de las urnas, es imprevisible por dónde irá. 

A menos de cuatro semanas de las elecciones en Castilla y León, la suerte no parece estar aún echada. El PP confía en acercarse a la mayoría absoluta -como le auguran algunas encuestas- y en disponer de varias opciones de investidura, no sólo apoyándose en Vox, y el PSOE considera que aún “hay partido” y que puede repetir el triunfo que alcanzó en los anteriores comicios, en 2019, y tener incluso posibilidades de gobernar. 

Desde el anuncio del adelanto electoral, el 20 de diciembre pasado, el PP ha logrado que prácticamente todo el debate de la precampaña haya girado en torno a las declaraciones del ministro Alberto Garzón sobre la ganadería intensiva. En ello parece que va a intentar seguir la formación de Pablo Casado y de Alfonso Fernández Mañueco en los próximos días, hasta el mismo 13 de febrero. Y en un eje más, que ya se ha apuntado este fin de semana pasado: en el antisanchismo; en invitar al electorado castellano y leonés a castigar en las urnas regionales del 13F al presidente del Gobierno central, Pedro Sánchez, lo que sería tanto como apoyar al palentino-abulense Casado en su camino a la Moncloa.