Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
La confesión de la pareja de Ayuso desmonta las mentiras de la Comunidad de Madrid
El plan del Gobierno para indemnizar a las víctimas de abusos agita la Iglesia
Opinión - El pueblo es quien más ordena todavía. Por Rosa María Artal
Sobre este blog

Arsenio Escolar es periodista y escritor. Con sus 'Crónicas lingüísticas del poder' –información, análisis y opinión de primera mano–, entrará semanalmente en elDiario.es en los detalles del poder político, económico, social... y de sus protagonistas. Con especial atención al lenguaje y al léxico de la política.

Ayuso amaga con “fórmulas creativas”

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero

14

Aunque venía de mucho antes, fue en la crisis global de 2008 cuando se popularizó la expresión de “contabilidad creativa”. Pese a que el término “creatividad” tiene por lo general connotaciones positivas, en esa ocasión no engañó a casi nadie. La inmensa mayoría de los que la escucharon entendieron que la contabilidad creativa no era otra cosa que la manipulación de la contabilidad para falsear una realidad económica, por lo general desastrosa. Sorprende que años después, este pasado domingo, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, abogue por “fórmulas intermedias creativas” para no cumplir con el que debería ser su principal desempeño en estas semanas terribles: evitar que la pandemia de COVID-19 se siga extendiendo por su territorio, frenar los nuevos contagios, salvar vidas, evitar más muertes.

Las “fórmulas intermedias creativas” que Díaz Ayuso pide para no tener que hacer frente a sus responsabilidades no van a generar una “verdad alternativa” (otra expresión reciente, antesala de las ‘fake news’) ni van a cambiar mucho la contabilidad de la pandemia en la Comunidad de Madrid. Los datos son tozudos, se están ensañando con todos nosotros. Los de este lunes, 28 de septiembre, eran estos:

- Incidencia acumulada (casos y diagnosticados con síntomas por 100.000 habitantes en 14 días). Media estatal: 290. Mínimas: Comunidad Valenciana, 101. Canarias, 110. Galicia, 114. Asturias, 120. Máximas: Castilla-La Mancha, 403. La Rioja, 449. Navarra, 683. Comunidad de Madrid, 775.

- Positivos acumulados durante toda la pandemia. Total España, 748.266. Comunidad de Madrid, 227.158 (el 30,35% del total pese a que la población de la comunidad madrileña sólo es el 14,1% del total nacional).

- Fallecidos durante la pandemia. Total España: 31.411. Comunidad de Madrid, 9.246 (el 29,43% del total pese a que la población de la comunidad madrileña sólo es el 14,1% del total).

Y tendencia al alza. Los datos de Madrid son ahora peores que una semana antes, cuando se tomaron las primeras -y tardías- medidas.

Es cierto de la Comunidad de Madrid tiene algunas circunstancias específicas que explican en parte la mayor incidencia de la pandemia: alta densidad de población, transporte público masivo, gran zona de paso con mucha afluencia de viajeros nacionales e internacionales... Razón de más para que las medidas para controlar el virus se hubieran tomado antes y con mayor firmeza.

Salvo a la desescalada, donde se le permitió pasar de fase sin estar preparada para ello (gran error del gobierno de Ayuso insistiendo y presionando, pese a no estar de acuerdo ni sus propios técnicos; y gran error del gobierno de Sánchez cediendo), Madrid ha llegado tarde y arrastrando los pies a todo. A reforzar la atención primaria, a contratar rastreadores, a obligar al uso de mascarillas, a los planes de vuelta al cole... Y siempre, por dos obcecaciones.

Una, anteponer la economía a la salud pública pese a que desde ya hace muchos meses todos los políticos y gestores saben que una decisión sanitaria forzada por una buena causa económica es en el fondo una mala decisión económica. (Dicen que lo barato es muchas veces caro. Lo precipitado suele ser carísimo). Dos, por la obsesión personal de Díaz Ayuso (empujada por su jefe y mentor político, Pablo Casado, que hasta hace pocas semanas la ponía como ejemplo de gestión del PP y de la que sería la suya si llega al Gobierno) de constituirse en una mezcla de icono antiGobierno “socialcomunista” y de dechado de virtudes ultraliberales.

Aún no es consciente, pese a la que está cayendo, de que la mano invisible del mercado no nos sacará ni de la crisis sanitaria ni de la crisis económica y social sobrevenida. Solo papá Estado lo hará. ¡Y pide Ayuso más medios y recursos al Gobierno central al mismo tiempo que anuncia bajada de impuestos y que si puede seguirá con su competencia desleal fiscal respecto al resto de comunidades, todas más pobres!

Si Ayuso mantiene el pulso al Gobierno central, a este no le quedará otro remedio que intervenir, por una vía o por otra, dada su insistencia y la de los datos en que la pandemia está fuera de control en Madrid. Todas las vías son técnicamente complicadas, y auguran enfrentamientos jurídicos y políticos. A las muchas crisis que ya nos han caído encima en apenas seis meses se puede añadir ahora una más, la institucional. Y mientras, seguirá el goteo de contagios y de muertes, de terribles tragedias personales en las que apenas repararán algunos políticos y que apenas se verán en los principales escaparates de los medios de comunicación.

Sobre este blog

Arsenio Escolar es periodista y escritor. Con sus 'Crónicas lingüísticas del poder' –información, análisis y opinión de primera mano–, entrará semanalmente en elDiario.es en los detalles del poder político, económico, social... y de sus protagonistas. Con especial atención al lenguaje y al léxico de la política.

stats