Los cambios en el Gobierno Sánchez serán en vísperas del 28 de mayo

Tras un proceso larguísimo y cuajado de nombres hipotéticos –Margarita Robles, Fernando Grande-Marlaska, Félix Bolaños, Pilar Llop, Mercedes González, Rafael Simancas, Luis García Montero, José Bono…–, el PSOE –y especialmente Pedro Sánchez– ha deshojado su margarita sobre su candidatura a la Alcaldía de Madrid para las elecciones del próximo 28 de mayo y anunció el lunes pasado su candidato. Finalmente, es candidata: Reyes Maroto, actual ministra de Industria, Comercio y Turismo. Actual, y para unos cuantos meses más. Varias fuentes cercanas al presidente confirman que este tiene la intención de mantener a Maroto en el Gobierno hasta casi el comienzo de la campaña electoral, a primeros de mayo. Se hará lo mismo, según estas mismas fuentes, con otros miembros del Gobierno que vayan de candidatos para las municipales o las autonómicas de mayo. La siguiente candidatura que probablemente se anuncie será la de Carolina Darias, ahora ministra de Sanidad, para la Alcaldía de Las Palmas. También Darias seguiría en Sanidad hasta las vísperas electorales. 

El asunto no es nuevo en un Gobierno Sánchez. A finales de diciembre de 2020 se decidió -en Madrid y en Barcelona- que Salvador Illa, entonces ministro de Sanidad, sería el candidato del PSC en las elecciones catalanas convocadas para mes y medio después, el 14 de febrero de 2021. Illa siguió de ministro hasta el 27 de enero, hasta dos días antes de que comenzara la campaña la electoral. Le fue bien. Su lista fue la más votada. En Moncloa creen que por muchos factores… incluido ese de estar al frente del Ministerio antipandemia hasta poquísimo antes de pasar por las urnas catalanas. 

La decisión sobre el calendario de Maroto y probablemente del de Darias lleva aparejada otra. Los cambios en el Gobierno, sean por motivos como este de las candidaturas socialistas al 28M o sean por otros motivos, se aplazan hasta bien entrada la primavera próxima. Grande-Marlaska, muy debilitado por los graves hechos de Melilla, debe de haber sentido un cierto alivio. Y quienes calientan en la banda para entrar en el Gobierno tendrán que esperar más de lo que inicialmente calculaban.

En otras culturas políticas, aquel que se sabe que es el periodo final de mandato de un alto cargo se considera un tiempo casi inútil, ineficaz, de parálisis en la institución correspondiente. Como los minutos basura del baloncesto. Como el tiempo del ‘pato cojo’, que así llaman los estadounidenses al de los meses finales de un presidente que se sabe que no va a repetir como candidato. Pero en lo que otros ven una dificultad, Sánchez ve una oportunidad. La visibilidad ante la opinión pública y las oportunidades de mejorar la reputación de un ministro, aunque sea ministro con fecha de caducidad, son muy superiores a los de un candidato municipal a secas, incluso aunque la Alcaldía a la que se aspira sea la de Madrid.

En el caso de Maroto, además, se da la circunstancia de que tiene entre manos en su Ministerio varios asuntos de especial lucimiento. Como en los casos anteriores en los que se ha labrado su perfil de gestora eficaz, están relacionados con fondos europeos y con primeras o segundas partes de algunos PERTE de su competencia que llevan aparejados anuncios de inversión española y/o extrajera muy cuantiosa y con gran impacto en el empleo. Por ejemplo, la segunda parte del PERTE del Vehículo Eléctrico y Conectado; y el PERTE del sector agroalimentario. El encargo de Sánchez a su ministra habría sido, así, que remate esos proyectos en los próximos cuatro o cinco meses y los convierta en su mejor tarjeta de presentación para las municipales de Madrid.

Aunque antes, por cierto, Maroto tiene que ganar las primarias internas. El periodo de presentación de candidaturas concluye el próximo lunes, día 21. ¿Habrá otros candidatos? “En Madrid todo es posible, pero yo diría que no parece”, cuenta un dirigente socialista madrileño.