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Sobre este blog

Arsenio Escolar es periodista y escritor. Con sus 'Crónicas lingüísticas del poder' –información, análisis y opinión de primera mano–, entrará semanalmente en elDiario.es en los detalles del poder político, económico, social... y de sus protagonistas. Con especial atención al lenguaje y al léxico de la política.

Castilla y León, Andalucía ¿y después Comunitat Valenciana?

Fernández Mañueco en un acto electoral con jóvenes en Segovia.

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A ya menos de una semana para las elecciones en Castilla y León, todo apunta a un resultado bastante más apretado de lo que indicaban las encuestas cuando el 20 de diciembre pasado Alfonso Fernández Mañueco (PP) rompió su coalición de Gobierno regional con Ciudadanos, disolvió las Cortes y convocó elecciones anticipadas para el 13 de febrero. Sus gurús demoscópicos le decían al PP en diciembre que tenía a su alcance o la mayoría absoluta (41 escaños en las Cortes, que tienen en total 81) o una victoria tan aplastante que podría gobernar solo, con el apoyo parlamentario ocasional o estable de varias pequeñas formaciones. Hasta sus expertos demoscópicos afines le dicen hoy al PP que ganará con poca ventaja sobre el PSOE y que se quedará tan lejos de la mayoría absoluta que para gobernar necesitará incorporar al Ejecutivo a Vox, convertida en pujante tercera fuerza.

Hay incluso una encuesta de este mismo lunes último de campaña que da al PSOE ganador y con más posibilidades de gobernar que el PP. Es la encuesta del CIS, el instituto público demoscópico de ámbito nacional. Dirigido desde la llegada del PSOE a la Moncloa en 2018 por su polémico militante y exdirigente José Félix Tezanos, el CIS no ha estado muy atinado en sus últimos sondeos. En el preelectoral de las autonómicas de la Comunidad de Madrid de mayo pasado dio opciones a los socialistas hasta el último minuto y no vio venir el aplastante triunfo del PP de Isabel Díaz Ayuso. En descargo y reivindicación de Tezanos, en el PSOE se recuerda estos días que en las últimas elecciones autonómicas de Castilla y León, en mayo de 2019, el CIS acertó casi de pleno, y que al PSOE incluso le pronosticó un resultado inferior al que realmente tuvo. 

En aquel estudio preelectoral de 2019, el CIS le daba al PSOE ganador, con 28-29 escaños, y en las elecciones se Impuso de forma holgada y sacó bastantes más actas de procurador: 35. Al PP le pronosticaba 28-29, y sacó 28. A Ciudadanos le daba 10-13, y sacó 12. A Vox, 0-1, y sacó 1. A Podemos —que concurría solo, sin IU— le pronosticó 8, y sacó 2. En resumen: el CIS acertó plenamente en la derecha, y en la izquierda se equivocó en parte al infravalorar al PSOE y sobreponderar a Podemos. 

Con esos antecedentes, hay que concederle algún crédito al estudio de hoy del CIS. Es un estudio muy amplio, de casi 4.000 encuestas. Y dice que el PSOE ganará -por muy poco- en votos y que logrará entre 29 y 34 escaños. Al PP le pronostica entre 24 y 30; a Ciudadanos, entre 2 y 5; a Unidas Podemos (con IU ahora incluida), entre 2 y 4; a Vox, entre 8 y 9. Tres formaciones localistas lograrían entrar también en las Cortes, según el CIS: Unión del Pueblo Leonés, con entre 2 y 3 escaños; Por Ávila, con 1-2; y Soria Ya, con 2-3. La enorme atomización del parlamento autonómico, con ocho formaciones diferentes representadas, y la horquilla tan amplia que da el CIS a los dos mayores partidos abre un gran abanico de posibilidades de formar Gobierno. Pero la certeza en la derecha de hace unos días de un Ejecutivo monocolor del PP parece que se disipa... hasta en la misma derecha.

Hay otro dato relevante en el estudio del CIS. El trabajo de campo se hizo hace muy pocos días: entre el 27 de enero y el 2 de febrero. El 23% de los encuestados declaraba esos días que aún no sabía a quién votar. El resultado final, por tanto, está aún muy abierto. Es más probable que gobierne el PP con Vox, con los riesgos que esa alianza conlleva para el PP y para el sistema político en general en los próximos años, pero también es posible que gobierne el PSOE con el apoyo de varios partidos localistas y de su entorno ideológico.  

Si al PP le va bien el próximo domingo en Castilla y León, la dirección nacional de Pablo Casado intentará seguir con su estrategia de desgaste al Gobierno central y a su presidente Pedro Sánchez adelantando otras elecciones: las de Andalucía, en la que gobierna en coalición con Ciudadanos y en la que aspira a fortalecerse en el poder... sin depender de Vox (cosa por lo que se ve difícil). Serían entre la Feria de Abril y el verano. Ante tal posibilidad, en la dirección federal del PSOE hay quien propugna contestarle a Casado con la misma moneda: convenciendo a Ximo Puig para que rompa su coalición con Compromís y Unides Podem en la Comunitat Valenciana, convoque elecciones para otoño… y las gane, claro. El recado le debe de haber llegado al propio Puig, que hace pocos días descartaba el adelanto electoral. Pero también Mañueco lo descartaba —que Madrid se lo pidiera y que fuera a convocar— la víspera del día en que lo hizo. 

En estos tiempos de pugna descarnada por el poder, la política autonómica se está convirtiendo en parte de la estrategia de la política estatal, de las direcciones nacionales de los partidos, y muchas piezas se mueven o se intentan mover pensando en las próximas elecciones generales, aunque aun falten casi dos años para que en teoría se celebren.

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Arsenio Escolar es periodista y escritor. Con sus 'Crónicas lingüísticas del poder' –información, análisis y opinión de primera mano–, entrará semanalmente en elDiario.es en los detalles del poder político, económico, social... y de sus protagonistas. Con especial atención al lenguaje y al léxico de la política.

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