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Un espacio en el que está implicada toda la redacción de eldiario.es para rastrear y denunciar los machismos cotidianos y tantas veces normalizados, coordinado por Ana Requena. Puedes escribirnos a micromachismos@eldiario.es para contarnos tus experiencias de machismo cotidiano.

Laura Hojman, directora: “Llegué a un rodaje y me preguntaron si yo era la de peluquería y maquillaje”

Laura Hojman durante el rodaje de 'Los días azules'.

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Laura Hojman (Sevilla, 1981) es guionista, productora y directora de cine. En su documental A las mujeres de España. María Lejárraga, recuperó la memoria de una pionera del feminismo a la que, como a tantas otras, la Historia no ha dado el lugar que merece. Con él consiguió nominaciones a los premios Goya y Feroz, entre otros. Antes, con Los días azules, un documental sobre Antonio Machado, obtuvo seis premios ASECAN del cine andaluz y la nominación a mejor largometraje documental en los Forqué. A pesar de su trayectoria, Hojman se enfrenta a comentarios que cuestionan y desmerecen su trabajo, también a ese síndrome de la impostora que se alimenta, precisamente, de ellos.

Hay un comentario recurrente últimamente en conversaciones, columnas... que es que todas las mujeres escriben de lo mismo, hacen las mismas películas, los mismos libros. ¿Es algo que le han dicho o que ha percibido?

Sí, hay una tendencia a encasillar el cine realizado por mujeres como si fuéramos un género. Igual que hablamos de cine de terror, de comedia... pues cine de mujeres. A veces creo que sucede incluso sin mala intención, a veces desde la prensa, incluso, se hace como para resaltar que de pronto estamos alcanzando unos espacios que tradicionalmente no teníamos. Pero al final hay algo perverso en esto, porque va calando la idea de que somos un nicho. Y esto lo ves, por ejemplo, cuando muchos festivales de cine, así como para hacerse un lavado de imagen feminista, en lugar de programar más películas realizadas por mujeres en sus secciones oficiales, lo que hacen es que te ponen en la sección de la mujer o en la mesa de las mujeres directoras. Eso es un clásico. Y mira que yo he participado en muchas, pero llega un momento en que ya me tocan las narices porque a mis compañeros los invitan para hablar de cine en general, para hablar de guion, de dirección. Y a nosotras nos invitan para hablar de la situación de la mujer en el cine, para hablar de 'lo nuestro'. Además, en estas mesas o secciones especiales entre el público no se ve ni un solo hombre, al final es bastante absurdo. La idea que sobrevuela a todo esto es que los hombres son los poseedores del cine sin calificativos y nosotras, sin embargo, somos como un subgrupo y eso es perverso.

A mis compañeros los invitan para hablar de cine en general, para hablar de guion, de dirección. Y a nosotras nos invitan para hablar de la situación de la mujer en el cine, para hablar de 'lo nuestro'

¿Le ha pasado que la hayan nominado a algún premio o que lo haya ganado y le hayan dicho que es porque es mujer?

Sí, este comentario es permanente. Es algo de lo que siempre hablo porque soy consciente del daño que hace y, además, de lo normalizado que está. Recuerdo especialmente la primera vez, que fue con mi documental de Antonio Machado, Los días azules, que obtuvo bastantes premios en Andalucía y que tuvo muy buen recorrido. Nominaron el documental a los Forqué, y en los Asecan ganó seis premios, era la primera vez en la historia que un documental lograba esos galardones, la primera vez que una mujer ganaba el premio a dirección y a guion. Ahí es cuando empecé a escuchar todos estos comentarios de 'eh, bueno, claro, es que ahora las mujeres estáis de moda', 'es que te han votado porque eres una mujer y claro, eso influye', 'es que esto es lo que se lleva ahora'. Mucha gente me los hacía sin mala intención, no pretendía dañarme, sino que era algo que tenían tan interiorizado que pensaban que incluso me estaban haciendo un halago.

Y es tremendo porque, por una parte, es que es mentira. Si una se va a los datos, pues ve que no es cierto que ahora esté de moda que las mujeres ganen premios. En premios como los Goya, pues la mayoría los siguen ganando los hombres. Por otra parte, está lo que lleva implícito este comentario y es deslegitimar tu trabajo. Es decirte 'si consigues algún éxito profesional, si consigues algún reconocimiento, no es porque hayas hecho un buen trabajo, no es porque tengas talento, sino que es porque eres una cuota, porque estás de moda, porque es lo políticamente correcto'. Hay que tener la piel muy dura para que no te acabe afectando.

Siempre hablamos del síndrome de la impostora que tenemos muchas mujeres, pero es que cómo no lo vamos a tener si estamos escuchando constantemente esos comentarios que nos están diciendo, cada vez que conseguimos algo, 'no lo mereces'

Eso iba a preguntarle, si todos estos comentarios tienen efectos. ¿Agudizan el síndrome de la impostora?, ¿acaba sintiendo que está defendiendo todo el rato su trabajo?

Siempre hablamos del síndrome de la impostora que tenemos muchas mujeres, pero es que cómo no lo vamos a tener si estamos escuchando constantemente esos comentarios que nos están diciendo, cada vez que conseguimos algo, 'no lo mereces'. Es un machaque constante. ¿Cómo no te va a crear inseguridad? Hay una presión, que yo la siento siempre en mi trabajo, de buscar siempre la excelencia, de tener un miedo terrible a equivocarte, a hacer algo que no sea buenísimo, porque sientes que tienes que demostrar constantemente que mereces ese espacio, ese lugar, cuando no debería ser así. Yo siempre digo que tenemos derecho a la mediocridad y derecho a cagarla, a que nos salgan mal las cosas, a hacer una mala película o una película mediocre, igual que llevan haciendo nuestros compañeros hombres toda la vida, sin que esto signifique que se va a acabar tu carrera, que te van a hacer un escarnio público. Tenemos derechos a no estar siempre viviendo a prueba, porque esto es agotador.

¿Ha vivido comentarios sobre su aspecto físico, su forma de vestir, o de maquillarse?

Sí, muchas veces. Hay una frase que han dicho y que me siguen diciendo. Cuando vamos a un estreno, a una gala de premios, hay veces que me apetece ponerme un traje de chaqueta, otras un vestido de princesa... me apetece vestirme como me dé la gana. Y el comentario es siempre: 'ah, mira, ya te has disfrazado de actriz' o 'Laura, recuerda que tú eres directora'. Es horrible si te pones a pensar lo que lleva implícito esta frase. Que las actrices son las guapas y las tontas y por eso pueden ponerse vestidos, pero no las directoras. Las directoras son las listas y entonces tienen que ser las feas. O una directora tiene que ser como un director, asemejarse a un director hombre, ir sobria, ser un señor. Si quieres pertenecer al grupo tienes que asemejarte, vestir como nosotros y comportarte como nosotros.

Ves mujeres que han tenido que adoptar roles patriarcales para poder ser aceptadas y alcanzar un lugar en este mundo. Pero cuando intentas hacer las cosas desde otro lugar, cuando intentas romper esas reglas establecidas, te das de bruces contra un muro

¿Se espera de una directora que su comportamiento en el rodaje sea de una manera determinada?, ¿soporta el tópico de que una directora tiene 'más sensibilidad'?, ¿o por el contrario se espera que despliegue un comportamiento más típicamente masculino de autoridad?

Las dos cosas. Sobre todo al principio, cuando yo empecé a dirigir, siempre era 'cómo se nota que este documental lo ha hecho una mujer porque tiene tanta sensibilidad'. No, se nota que lo he hecho yo porque yo soy así, no es una característica por ser mujer. Yo empecé como guionista y cuando salté a la dirección fue un proceso terrible, muy difícil. Lo pasé muy mal, lloraba todos los días en mi primer rodaje porque tenía como ese miedo, ese síndrome de la impostora, pensaba 'se van a dar cuenta de que yo no doy la talla'.

Tenía, además, ese referente que tenemos de director que está absolutamente seguro de todo en cada momento, que sabe liderar a un grupo muy bien. Y bueno, al final aprendí a dirigir desde otro lugar, un lugar en el que existe la duda, en el que se puede llorar, en el que no tienes que estar segura absolutamente de todo. Pero me ha costado trabajo llegar ahí. A veces desconcierta porque no es el modelo al que mucha gente está acostumbrado, pero por suerte creo que poquito a poco eso está cambiando. Me gusta cuando me han llamado para dar talleres de guion o de dirección en los que hay muchas chicas jóvenes y entonces siempre cuento esto y me dicen que qué alivio que haya otra forma de hacer las cosas.

¿Le toman en serio los demás en un rodaje?, ¿es más cuestionada?

En un rodaje no lo he sentido tanto porque he aprendido a rodearme de un equipo con el que me entiendo muy bien. Para mí eso es muy importante. Me ha pasado sobre todo al principio, cuando era más jovencita, de llegar a un rodaje y que me dijeran '¿qué tal, tú eres la de peluquería y maquillaje, no?'. Sí que me pasa más en la industria, con mis compañeros, que está esta cosa de tomarme menos en serio. Yo también soy productora, tengo una productora pequeñita y en ese mundo todavía es peor. Ves mujeres que han tenido que adoptar roles absolutamente patriarcales para poder ser aceptadas y alcanzar un lugar en este mundo. Pero cuando intentas hacer las cosas desde otro lugar, cuando intentas romper un poco esas reglas establecidas, te das de bruces contra un muro.

Si tú también quieres compartir tu historia de machismo cotidiano escribe a micromachismos@eldiario.es.

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Un espacio en el que está implicada toda la redacción de eldiario.es para rastrear y denunciar los machismos cotidianos y tantas veces normalizados, coordinado por Ana Requena. Puedes escribirnos a micromachismos@eldiario.es para contarnos tus experiencias de machismo cotidiano.

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