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Sobre este blog

El caballo de Nietzsche es el espacio en eldiario.es para los derechos animales, permanentemente vulnerados por razón de su especie. Somos la voz de quienes no la tienen y nos comprometemos con su defensa. Porque los animales no humanos no son objetos sino individuos que sienten, como el caballo al que Nietzsche se abrazó llorando.

Editamos Ruth Toledano, Concha López y Lucía Arana (RRSS).

El acuerdo por la muerte de Sota que se olvida de Sota

Sota dormida

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¿Qué harías tú si la policía matase a tu perro a tiros en plena calle? Es más, ¿Cuántos disparos has escuchado en tu vida? ¿Cuántos de ellos detonando a pocos metros de ti? ¿Cuántos dirigidos a bocajarro a un miembro de tu familia? Quizás estás pensando que algo así no podría pasarte, que es el tipo de cosa que le ocurre a otra gente. ¿A qué gente?

A Sota, una perra joven cruce de labrador, la mataron de un tiro el 18 de diciembre de 2018 en una céntrica y transitada avenida de Barcelona. El disparo, a la cabeza, fue efectuado por un agente de la Guardia Urbana ante la desesperación de Tauri Ruusalu, compañero humano de la perra, y la mirada atónita de los muchos viandantes que había a aquella hora en la calle. Las imágenes de Sota agonizando sobre su propia sangre, moviendo la cola por última vez sin recibir ningún tipo de atención ni consuelo, no van a borrarse tan fácilmente de nuestras retinas.

Como contamos en aquel momento, hubo concentraciones, tanto en Barcelona como en otras localidades, para expresar la condena unánime de la ciudadanía y la incredulidad ante lo que es, a todas luces, un exceso policial que jamás debería haberse producido. Elegir, entre todas las opciones posibles, la de abrir fuego contra un animal indefenso en una calle bulliciosa, no parece la mejor decisión para alguien cuyo deber es protegernos.

Una larga instrucción

 El procedimiento ha pasado durante estos más de tres años de instrucción -la fase en la que se realiza la investigación de los hechos- por numerosas vicisitudes. En un inicio se personaron como acusación varias entidades, que optaron por apartarse ante la exigencia de prestación de fianza por parte del Juzgado.

Las personas no expertas en temas jurídicos seguramente desconocen que la obligación de prestar fianza, en ocasiones elevada, es un escollo más con el que se suelen encontrar aquellos que desean ejercer la acusación popular en casos de maltrato animal.

En el caso de Sota se impuso, además, la obligación de unificar todas las representaciones en una sola: la de la asociación LIBERA!, ya que fue esta la primera que presentó denuncia. PACMA se mantuvo asimismo en el procedimiento, bajo la misma representación letrada.

 

Un posible acuerdo que cambia el curso del proceso

La instrucción de la causa se ha cerrado ahora, tras una larga demora. En lugar de formular acusación recíprocamente, las representaciones de Ruusalu, titular de Sota, y del Guardia Urbano acusado de matarla, han solicitado al Juzgado suspender el proceso y ser remitidos a lo que se llama una 'mediación penal'.

Este giro de guion no deja de ser sorprendente, ya que supondría que Ruusalu desiste de la celebración del juicio y se daría por satisfecho con un acuerdo privado con el policía que mató al animal. La acusación popular ha rechazado participar en la mediación, ya que considera que la muerte de Sota merece ser esclarecida en juicio, y continuará con el procedimiento cuando acabe dicha mediación y se levante el plazo de suspensión correspondiente.

“Al contrario de lo que consta en la información difundida en numerosos medios, este proceso de mediación no puede acabar con una sentencia de conformidad”, explica Maria José Mata, letrada de la acusación popular. “La mediación extrae la causa del órgano judicial y propicia que las partes alcancen un acuerdo privado en el que se den por resarcidas, sin condena alguna”.

Este tipo de acuerdo supondría entonces que el titular de Sota acepta la reparación que el Guardia Urbano le ofrezca, quizás el perdón, y una indemnización por los perjuicios sufridos. Como si Sota hubiese sido un objeto que se rompió accidentalmente durante la intervención policial y no un ser vivo abatido de un disparo y dejado agonizante en el suelo negándole asistencia y socorro.

La acusación popular continuará con el procedimiento judicial tras el proceso de mediación

La letrada tiene intención de mantener su posición y continuar con el procedimiento judicial hasta el final. “Es de justicia social exigir la responsabilidad penal correspondiente a los dos agentes actuantes, no solo al que efectuó el disparo, sino también al compañero que no hizo nada por evitar la situación y el desenlace”, señala.  

Así, mantendrá su petición de condena con penas que pueden llegar a los 27 meses de prisión, considerando la circunstancia agravante del carácter público de los agentes. Por otro lado, se desconoce si el Ministerio Fiscal, que se ha reservado la posibilidad de formular acusación pese a que las partes lleguen a un acuerdo, lo hará de igual manera que la acusación popular. 

Si finalmente, como está previsto, esta mediación desemboca en un acuerdo entre Ruusalu y el policía que disparó a Sota, esto tendría consecuencias en el procedimiento, ya que a la pena solicitada por la acusación popular se le aplicaría como atenuante la reparación del daño, lo que podría implicar la rebaja de la condena a la mitad.

 

La importancia de la acusación popular para los delitos cometidos contra animales

Es legítimo que las partes lleguen a un acuerdo, ya que es una alternativa que ofrece la ley pero, ¿dónde queda Sota en todo esto? Un pacto por la muerte de Sota que se olvida de Sota y que lanza un mensaje de impunidad a una ciudadanía saturada y harta de que la violencia contra los animales salga gratis.

Esta situación pone de manifiesto una vez más la enorme importancia de la figura de la acusación popular que, como en tantos otros casos en los que las víctimas son los animales, es la última esperanza de que se haga justicia. Estamos de nuevo ante un caso en el que solo una acusación popular fuerte y firme, como la ejercida con Sota, puede significar la diferencia entre la lucha por una sentencia justa y una pantomima.

Cuando he preguntado en redes qué haríais si alguien matase de un disparo a vuestra perra en plena calle me habéis contestado que gritaríais, que la ayudaríais, que os interpondríais, que os volveríais locos, que no os lo podéis ni imaginar. Muchas y muchos de vosotros tenéis claro que os lanzaríais contra el agresor, fuera quien fuera, incluso a riesgo de acabar en prisión. Porque hay dos tipos de personas, las que agreden a los animales y las que los defienden. ¿Tenéis claro a quién preferís tener cerca?

No olvidemos que el caso de Sota no ha sido el único, ni será el último, en el que un animal indefenso ha pagado con su vida. Por eso, es de vital importancia que sigamos exigiendo #JusticiaParaSota.

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