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Mochila Sopris 20 de Osprey

Osprey

Por: Marta Mónico Castillo

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Osprey es la marca de mochilas referencia en Estados Unidos junto con Gregory y The North Face. Son especialistas en mochilas y hay que reconocer que lo hacen muy bien.

Nosotros somos fans reconocidos de sus mochilas, para qué negarlo. En cada test realizado, la sorpresa positiva está garantizada, y en este, no ha sido distinto. Sí ha vuelto a sorprendernos la mochila, tanto por su acierto a la hora de equipar a la freerider, esquiadora de montaña, etc., como las múltiples posibilidades de uso gracias a sus cuidados detalles.

Y ojo que, en todo momento nos referimos al usuario en femenino, pues en este modelo se ha buscado proporcionar a la mujer de una mochila de alta gama, con todo los detalles necesarios y útiles para la práctica deportiva, teniendo en cuenta, claro está, su particular fisionomía.

Pensada para la nieve

La Sopris 20 es una mochila pensada en su uso por y para la montaña nevada, ya sea teniendo bajo los pies dos tablas o una sola. Creada para resistir las condiciones más extremas en la montaña, o el roce en los remontes de las estaciones invernales, la Sopris garantiza unos niveles de protección y resistencia máximos. Todas sus características se basan en los 17 años de experiencia en el diseño de mochilas de esquí de Osprey, consolidando sus prestaciones y asegurando el acceso fácil y un ajuste preciso.

Su cubicaje de 20 litros está muy bien aprovechado, pudiendo utilizar hasta el último hueco gracias a su estructura y acceso mediante cremalleras.

Una cosa que tenemos que tener claro desde un principio es que no se trata de una mochila minimalista y ultratécnica para alpinismo o montañismo. Nos encontramos ante una mochila específica para el esquí de montaña, snowboard de montaña, o freeride, con un peso de 1.000 gramos. Si bien con 1kg de peso, efectivamente no es de las de competición y de las de correr carreras de “skimo”, nos garantizará una comodidad y capacidad de carga tal, que podremos hacer actividades de día de esquí-alpinismo sin escatimar nada.

Además, ese peso se traduce en una robustez increíble, y unos detalles pensados para aguantar las más duras condiciones y penosos porteos.

Loa detalles

Comenzaremos la descripción de la Sopris 20 por las hombreras, punto esencial de las mochilas por ser donde se descarga sobre el cuerpo la mayor parte del peso de la misma. En este caso son anchas para repartir la carga, con acolchado grueso y moldeable para el perfecto ajuste a nuestra forma de los hombros. Regulables en longitud para adaptarlas a nuestro cuerpo. Ajustables en distancia a la mochila a la altura superior de los hombros, para equilibrar perfectamente la mochila. Poco más se puede decir de las hombreras, y poco más se les puede pedir, pues cumplen a la perfección su cometido, incluso con la mochila totalmente cargada con material pesado y esquiando fuerte con ella puesta.

Con el tensor pectoral regulable en altura terminaremos de ajustar las hombreras perfectamente a dicha zona. Un detalle muy útil que tiene la banda pectoral es un silbato integrado en la pieza de cierre, que nos puede sacar de un apuro o avisar a alguien.

El cinturón lumbar es fino y básicamente sirve para ajustar la mochila a la cintura y que no haya desplazamientos de la carga. El ajuste es perfecto, y pese a no descargar apenas del peso de la mochila de los hombros, consigue que esquiando la mochila sea solidaria a nuestro cuerpo, evitando que nos desplace en los virajes con facilidad.

La espaldera está formada por un panel de espuma muy fino, a la par que muy cómodo, adaptable, y que evita que nos clavemos en la espalda lo que transportemos en el interior de la mochila.

El ajuste es muy preciso y proporciona una comodidad excelente permitiendo que nos movamos con total libertad, incluso realizando un esquí agresivo, manteniendo el peso muy equilibrado y pegado a nuestra espalda.

En los porteos de tablas notaremos incluso con viento que tiende a movernos a nosotros, no solo a la mochila, con lo cual evitaremos en sitios delicados esos “zarandeos mochileros” que si nos pillan por sorpresa pueden darnos un buen susto o disgusto al perder el equilibrio.

Construcción

El cuerpo de la mochila es de forma clásica, una mezcla entre rectangular y ovalado. Dispone de un compartimento principal separado de uno secundario específico para el kit PS para aludes (Pala y Sonda) y material de seguridad. El DVA no lo mencionamos porque entendemos que en caso de estar en terreno nevado se ha de llevar sobre el cuerpo siempre y en emisión.

El compartimento principal se abre mediante una resistente cremallera con un tirador doble sobredimensionado para poder ser utilizado con guantes sin problemas, y dispone del mayor espacio de la mochila. En su interior encontraremos un bolsillo para guardar efectos personales delicados con un mosquetón portallaves incluido.

En el propio compartimento principal hay un tensor para la bolsa de hidratación en la parte superior de la mochila. Lo que no tiene es salida para el latiguillo de la misma. !Atención a los fanáticos de las bolsas! Así mismo, hay dos bolsillos interiores en los laterales, donde podremos guardar objetos que deseemos tener a mano o la radio, por ejemplo.

El compartimento secundario nos permite, por una parte tener a mano el material de seguridad para aludes, y por otra, en caso necesario, tener la indumentaria o el material mojado separado del resto. Tiene dos bolsillos longitudinales, donde ubicar la sonda y el mango de la pala, y la propia pala. También caben crampones, cuchillas y las pieles de foca.

Entre los dos compartimentos, en la parte superior, nos encontraremos un bolsillo amplio, con su interior de suave forro polar. Su misión no es otra que guardar la máscara o las gafas sin que se rayen y golpeen. Un acierto que se agradece cuando no necesitamos llevarlas puestas, o si en caso de tener que llevar la máscara de ventisca guardada no queremos encontrarnos con la pantalla desencajada del cuerpo por aplastamiento.

En la parte frontal hay otro bolsillo, pero relleno. En su interior hay una rejilla, destinada a portar el casco en la parte frontal de la mochila, enganchada con dos presillas a sendos cordinillos en los laterales.

El sistema de fijación del piolet o bastones no es del tipo clásico de lazo inferior, sino que se introducen en un alojamiento que evita que el pico esté al aire. La sujeción superior la realizaremos con la cinta porta esquís directamente.

Los porta esquís o tabla son dos potentes correas paralelas, reforzadas con goma, que nos permitirán transportar de diversas maneras nuestro material. Así, los esquís se pueden transportar de dos formas diferentes. Porteo tradicional en los costados, pasándolos por dos robustas cintas cosidas inferiores y ajustándolos por sendas cintas cerradas por tridentes en la parte superior. O porteo diagonal, pasándolos por una de los laterales de la cinta inferior, y por el lado contrario de la cinta superior.

La tabla se pasa directamente por ambas cintas, inferior y superior, cerrándolas mediante sus tridentes. El ajuste en todas las modalidades de transporte es excelente merced a varios tensores dispuestos en las cintas.

En definitiva, la Sopris 20 nos parece una mochila ligera, muy práctica y cómoda para su uso en deportes de nieve, como el esquí de montaña o con la tabla de montaña, ya sea splitboard o no. Con un acierto incontestable al haberla adaptado a la fisionomía femenina, el equilibrio y comodidad a la hora de movernos porteando nuestras herramientas está, sin duda, confirmado. De una robustez incontestable, y con unos detalles pensados al máximo para el disfrute del deporte en montaña, nos parece una mochila muy buena para actividades de jornada de esquí o snowboard de montaña, y excelente para el freeride.

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