“Miguel Mihura era más gracioso que los hermanos Marx”
MADRID, 15 (EUROPA PRESS)
José Luis Borau realiza un recorrido por la influencia del séptimo arte en el lenguaje cotidiano en el libro 'Palabra de cine' (Ediciones Península), un texto en el que basó su discurso de ingreso en la Real Academia de la Lengua (RAE). En este libro, “escrito con cierto humor”, el cineasta maño plantea términos que utilizamos en nuestras conversaciones y que provienen de películas de Hollywood y del cine español y europeo.
“Nadie es perfecto”, “la cagaste Burt Lancaster”, “pintas menos que Grace Kelly en un andamio”, “¡Esto es Hollywood!” “bocata”, “moviola”, “macho”, “días de vino y rosas”, “gay”, tener “una casa de cine”, “gastar menos que Tarzán en corbatas”, ser “un bambi” o un “Charlotín” (como comparó Alfonso Guerra a José Luis Zapatero y José María Aznar, respectivamente), tener un perro Lassie o un “happy end” son sólo una muestra de los ejemplos que Borau destaca en este libro, en el que no pretende recoger todos los casos, pero sí “los más significativos y utilizados”.
En este texto “curioso, entretenido”, Borau no ha pretendido hacer una manual científico, sino constatar que el cine es “una diversión nacional arraigada” y que “genera influencias y cambia el lenguaje”. El texto surge “al observar que en la vida corriente aceptamos términos nacidos en el cine y que incorporamos a nuestra forma de hablar y pensar”, dijo, señalando que “no pasan ni 24 horas” sin titulares en las noticias que aludan al cine.
Entre los múltiples ejemplos, Borau se refirió, a cómo han quedado arraigados los diálogos traducidos o las escenas de las películas de los hermanos Marx. Además de la expresión utilizada en referencia al “camarote de los hermanos Marx” (cuando un sitio está lleno de gente) está la tan utilizada “la parte contratante de la primera parte será considerada como la parte contratante de la primera parte”.
“Los diálogos de los hermanos Marx los traducía Miguel Mihura que era, a veces, mucho más gracioso”, consideró Borau, quien calificó de “estupendo guionista” al creador de 'Melocotón en almíbar' o 'Tres sombreros de copa', autor además de los diálogos del guión de 'Bienvenido míster Marshall“.
EL GUIÓN, LO MÁS DIFÍCIL
Precisamente en el guión es donde Borau cree que está la mayor complicación de una película. “Escribir un buen guión es más difícil que escribir una buena novela”, consideró el Premio Nacional de Cinematografía 2002, que desde julio de 2007 está al frente de la SGAE.
“El guión es como un iceberg y el buen guión es aquel que te lleva a decir, días después de haber visto una película, 'estaba muy bien'”, opinó el responsable de títulos como 'Furtivos' y 'Leo'.
Según Borau, “una buena película tiene que responder a muchas cosas que no se ven hasta el final”. “Sólo en la malas películas los personajes se explican”, dijo, recordando que “hacer un guión como 'El apartamento', de Billy Wilder, es prácticamente imposible de lo bueno que es”.