El Teatro Cuyás no entiende de crisis
Recorte de funciones frente a las realizadas temporadas pasadas, renuncia a grandes montajes que conlleven gastos excesivos, más cabida a profesionales con reconocidos méritos en Canarias... Esas son algunas de las fórmulas que vienen usando los responsables de la Fundación Canaria de las Artes Escénicas y de la Música de Gran Canaria, órgano que gestiona el Teatro Cuyás, para paliar los efectos de la crisis y contrarrestar el perjuicio que ésta podría provocar en la calidad de su programación. Visto lo presentado ayer, el público se puede sentir satisfecho por los dignos resultados.
Sobre las tablas del escenario del Cuyás, dando la espalda al patio de butacas, el director artístico, Gonzalo Ubani, dio la bienvenida a un grupo de amigos del Teatro que no quisieron perderse un acto arropado por algunos de los artistas canarios que tendrán la oportunidad de mostrar sus nuevos trabajos sobre esa misma plataforma. Francisco Santana y Gregorio Figueras, componentes de Piedra Pómez; Severiano García y Soraya González, de Delirium Teatro; Vanesa Medina, coordinadora artística del proyecto pedagógico Across hip hop Las Palmas de Gran Canaria 2013; y Mario Vega, distribuidor en Canarias de la obra de teatro Transición, mostraron su apoyo al esfuerzo que los programadores del Cuyás han hecho para hacer atractiva su nueva propuesta.
“Esta programación es apabullante; felicito a sus responsables porque teniendo en cuenta estos momentos de crisis que vivimos, no es normal que un teatro nos ofrezca esta calidad”, expresó Mario Vega. El director de Una hora menos, productora canaria asociada a Teatro Meridional, participó en el acto para presentar la obra Transición, que producida entre Teatro Meridional, Teatro del Temple y el Centro Dramático Nacional, llegará al Cuyás a finales de junio para ponerle colofón a la temporada.
Según avanzó Vega, Transición “no es una historia de política aunque hable de ella; es una historia de emociones y sensaciones”. Bajo la dirección de Carlos Martín y Santiago Sánchez, la obra cuenta con un excelente reparto de actores, entre los que destaca el genial Antonio Valero. “Este”, apuntó Ubani, “es uno de esos espectáculos que hacen grande al teatro”. La obra trata de recrear los principales episodios históricos de la Transición a través de un personaje ficticio que intencionadamente lleva el nombre de Adolfo, como el presidente del primer Gobierno democrático.
Teatro de altura
Antes, por la sala de la calle Viera y Clavijo de la capital grancanaria pasarán otras muestras de ese teatro de altura, ése concebido para emocionar y también para hacernos reflexionar. Babel, dirigida por Tamzin Towsend y con Aitana Sánchez-Gijón a la cabeza del cartel, será el primer bocado de buen gusto de esta nueva programación. Ubani se mostró encantado de poder contar por primera vez en el Cuyás con la consagrada actriz. Vendrán luego montajes como Los hijos se han dormido, de Daniel Veronese; Yerma, de Fedrico García Lorca, bajo la dirección de Miguel Narros y con Silvia Marsó en el elenco de actores; A cielo abierto, de David Hare, con José María Pou haciendo doblete en la dirección y la interpretación; Maridos y mujeres, una versión de Teatro de la Abadía de la película de Woody Allen que en esta ocasión dirige Álex Rigola; Conversaciones con mama, de Santiago Carlos Oves, con otro grande de las tablas, Juan Echanove, asumiendo doble rol de actor y director y acompañado por María Galiana; y Doña Perfecta, una coproducción del propio Teatro Cuyás y el Centro Dramático Nacional que nos brinda la oportunidad de revisar a nuestro insigne Benito Pérez Galdós coincidiendo con la celebración en Las Palmas de Gran Canaria de una nueva edición del Congreso Galdosiano.
En ese mismo apartado de teatro comprometido, se enmarcan dos propuestas con nítido sello canario. Nos referimos a La punta del iceberg, una producción de la compañía tinerfeña Delirium Teatro sobre el texto del dramaturgo palmero Antonio Tabares, y a Un burro volando, una obra escrita por la grancanaria Irma Correa inspirada en Platero y yo, de Juan Ramón Jiménez. Esta última obra está producida por Clapso y dirigida por Quino Falero.
Visto lo visto, el amante del buen teatro de texto no lo va echar en falta, pero es que la programación tampoco ha olvidado contemplar propuestas más ligeras que nos permitan bien echar una carcajada, admirar la destreza del artista o abocarnos al mero gusto de la contemplación sin necesidad de más esfuerzos intelectuales.
Humor y baile
Exponente de esa intencionalidad en favor del entretenimiento, es el dúo Piedra Pómez. Tal como hizo en la presentación con sus chascarrillos sobre la sociedad actual, Francisco Santana y Gregorio Figueras, versus Fefa y Siona, llevan 25 años haciendo reír al público canario. Premio a esa dedicación es la oportunidad que le ofrece el Cuyás para presentar su espectáculo Bobas de plata, un recorrido por esos cinco lustros de humor ingenioso. El show aún está en el horno, pero los dos cómicos prometen muchas ocurrencias.
En el apartado de humor se enmarca también una nueva visita de Los Ballets Trokadero de Monte Carlo. La compañía neoyorquina viene dispuesta a hacernos soltar la carcajada con sus parodias inspiradas en el ballet clásico.
Y bailando, pero pisando fuerte y con mucha garra llegará al Cuyás una de las grandes figuras actuales del flamenco. Eva Yerbabuena presentará Cuando yo era..., una pieza sobre la Guerra Civil en la que confluyen tangos, serranas y bulerías. Siguiendo su estela, pero movidos por sus ritmos particulares adquiridos en la calle, llegarán a la misma sala los 125 jóvenes participantes en la cuarta edición de Across hip hop Las Palmas de Gran Canaria. El público tendrá oportunidad de conocer los resultados de un proyecto pedagógico que durante cuatro meses habrá trabajado valores como el del esfuerzo, la disciplina y el compañerismo entre esos chicos. “Ellos ya están encantados de poder subirse a este escenario”, subrayó Vanesa Medina en la presentación.
Con esa misma ilusión de captar el interés del público recalará en el Cuyás la compañía Luna Teatro Danza que, como su propio nombre indica, combina esas disciplinas artísticas con el humor y los títeres. Concebido para toda la familia, el espectáculo que lleva por título Cenicienta y las zapatillas de cristal forma parte como Un burro volando, de Teatrae, una iniciativa del Teatro Cuyás que tiene como objetivo último crear nuevos públicos.
Terminada la presentación los asistentes tuvieron oportunidad de departir con los artistas sobre el mismo escenario en el que pronto podrán disfrutar de esas 16 propuestas artísticas.