No es una falta de ortografía, he puesto ‘lábico’, si el corrector me deja, claro, por lábico de labia, no de lava, pues ese es el mayor delta que ha generado el volcán, ya que el palique, el figureo y la soba verbal que ha dado el volcancito palmero parece que no tienen freno. Mientras los afectados por el volcán siguen esperando soluciones reales, gentes de la televisión se lucen con submarinos estudiando el delta lábico, perdón, lávico. Y todo el que viene a La Palma a manifestarnos su compromiso y su solidaridad, de lo cual no dudo, pues me crié en Mazo, donde entonces la palabra era sagrada, viene digo con una cámara pegada a la espalda, curioso, ¿ verdad?, y es que a mí, también en Mazo me enseñaron aquello de que tu mano izquierda no sepa lo que da tu mano derecha, o ¿era al revés?, y ahora cuando hablamos de mano izquierda o derecha parece que estamos hablando de política y nada es malo si la gente no se entera y nada es bueno porque no es noticia. Me imagino al personal del Valle asombrado viendo el show del submarino en aguas turbulentas mientras se preguntan cuándo podrán volver a Puerto Naos, y sobre todo, cómo sobrevivir a volcanes a todo gas y soluciones a medio gas.