40 millones y 32 meses de ejecución: adjudicadas las obras de la nueva torre del Materno Infantil de Gran Canaria

Materno Infantil de Gran Canaria

Iván Suárez

Las Palmas de Gran Canaria —

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La mesa de contratación ha propuesto adjudicar las obras de ampliación y reforma del Hospital Insular Materno-Infantil de Gran Canaria a FCC (Fomento de Construcciones y Contratas) y Satocan. Esta Unión Temporal de Empresas (UTE) ha sido la elegida de entre las seis licitadoras que aspiraban a hacerse con el contrato para la construcción de una torre de nueve plantas (dos bajo rasante y siete en altura) que albergará diferentes servicios de asistencia pediátrica. Los profesionales del centro y las familias llevan años denunciando el estado de deterioro de las actuales instalaciones, construidas en 1982, así como el incumplimiento de la Carta de los Derechos del Niño Hospitalizado por la falta de espacio y el hacinamiento de menores y adultos en una misma habitación.

El pasado mes de septiembre Sanidad sacó a licitación las obras por segunda vez (la administración desistió del primer concurso por un error en los pliegos). El presupuesto del contrato ascendía a 43 millones de euros (más otros cinco para gastos de liquidación e impuestos) y el plazo previsto de ejecución era de tres años. La UTE que ha resultado adjudicataria presentó la oferta con la mayor baja económica. FCC y Satocan se han comprometido a construir la torre por 40 millones de euros, tres por debajo de lo presupuestado. El resto (Comsa, Ferrovial, OHL, ASCH y Acciona) plantearon propuestas por encima de los 41 millones de euros.

Con respecto a la ejecución de las obras, la oferta de la adjudicataria estima un plazo de 976 días (32 meses). Sin embargo, tal y como consta en un informe del servicio de Infraestructuras del SCS, en el diagrama de trabajo aportado por FCC y Satocan hay un “cierto desfase” con respecto a la propuesta, ya que contempla un mes más. Es por ello que, a la hora de baremar este criterio, Sanidad lo fija en 33 meses (1004 días), un periodo más prolongado que el ofertado por el resto de los licitadores (todos ellos entre 957 y 984 días). En cualquier caso, esta circunstancia no ha penalizado a la empresa elegida, ya que ha obtenido todos los puntos de este criterio, el de reducción de plazos.

El informe del servicio de Infraestructuras ya precisaba que, en caso de que, como finalmente ha sucedido, resultara elegida, a FCC y Satocan se le exigiría una planificación de obra acorde al tiempo ofertado en ese criterio, el número seis. Es decir, que deberá acabarla en 32 meses, cuatro por debajo de lo previsto en los pliegos.

Aparte de la baja económica en la oferta, otro de los aspectos que ha acabado decantando la balanza hacia la oferta de la UTE de FCC y Satocan ha sido el criterio que baremaba la reducción del consumo de agua durante la construcción de la nueva torre.

Desistimiento del primer concurso

El Gobierno de Canarias se había comprometido a adjudicar las obras en el primer cuatrimestre de 2022 para que el nuevo edificio pudiera estar operativo en 2025. Ese anuncio se ha retrasado unos meses después de que la propia administración tuviera que desistir del primer concurso, convocado en diciembre de 2021, después de que la mesa de contratación advirtiera de un error en los pliegos precisamente a raíz de las alegaciones presentadas por quien finalmente resultaría adjudicataria, FCC y Satocan.

La UTE había solicitado la anulación del procedimiento por una irregularidad en el criterio que valoraba la calidad técnica de la oferta y el conocimiento del proyecto, ya que incluía “un juicio de valor”. Y es que ese apartado conminaba a las empresas a detectar “las carencias” del proyecto, las partidas que fueran realmente necesarias para ejecutar las obras pero que no estuvieran contenidas en el presupuesto.

El jefe de servicio de Infraestructuras concluyó que ese criterio conllevaba una “valoración previa subjetiva” y que, por ello, se podía incurrir en una actuación contraria a los principios que rigen la contratación pública. Con este informe, la Consejería de Sanidad decidió desistir del concurso (en junio) y volver a convocarlo en septiembre.

La nueva torre pediátrica del Materno Infantil es una vieja aspiración de los profesionales del complejo. La idea surgió en 2017, durante una visita del entonces consejero de Sanidad, José Manuel Baltar, al centro. Las obras se han adjudicado cinco años después y tras las reiteradas denuncias de los sanitarios, que han llegado a contar que en una misma habitación podían pernoctar hasta ocho personas (cuatro niños y cuatro adultos) o que en plantas con capacidad para 16 camas tan solo había tres baños.

El nuevo edificio albergará las unidades de neonatología, atención integral de oncología y hematología, hospitalización breve infanto-juvenil, mama, rehabilitación, así como las plantas de hospitalización de lactantes, pediatría y quirúrgica, entre otros servicios, y se conectará con los ya existentes. El proyecto está cofinanciado en un 85% con fondos de la Unión Europea.

 

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