Los canarios de entre 20 y 39 años se resisten a vacunarse pese a liderar los contagios y al nuevo repunte de la pandemia
Los residentes canarios en edades comprendidas entre los 20 y 39 años están siendo los más reticentes a la vacunación contra la COVID-19. Según los últimos datos de la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias, casi el 86% de la población canaria tiene la pauta completa contra la enfermedad generada por el SARS-CoV-2. Dentro de ese porcentaje, el grupo etario que tiene mayor número de vacunados es el de 50 a 59 años, con un 98,6%. Le siguen los de 40-49 años (casi el 80%), los de 12-19 (77,4%) y las personas de entre 60-65 años (67,6%). Los últimos de la lista de vacunación completa son dos de los grupos que se enmarcan dentro de los más jóvenes, los canarios de entre 30 y 39 años (63%) y de entre 20 y 29 (58%).
Los canarios de este rango etario se resisten a vacunarse mientras los mayores de 60 años y el personal sanitario se están empezando a inocular la tercera dosis, tal y como ha informado el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez. Una tercera ronda que coincide precisamente con la campaña de vacunación contra la gripe. Asimismo, la Consejería de Sanidad informó a comienzos de semana que las personas del Archipiélago vacunadas con Janssen ya pueden acudir sin cita previa a los puntos de vacunación para recibir la dosis adicional.
Que las personas de enrte 20 y 39 años tenga el menor porcentaje de vacunación completa tiene una consecuencia directa: son los grupos con mayor tasa de contagios. Desde que comenzó la pandemia, 18,157 jóvenes de entre 20 y 29 años han dado positivo y 16.791 en las edades siguientes hasta los 39.
Aumento de los contagios a las puertas de Navidad
Desde hace días el aumento de la incidencia en las Islas se hace cada vez más palpable. Hace apenas dos semanas, la región gozaba de una situación epidemiológica razonablemente parecida a la situación prepandémica. El aumento progresivo de la incidencia ha provocado que Fuerteventura, la pasada semana, y Lanzarote y La Graciosa, este jueves, hayan salido de esa tranquilidad al subir al nivel 2 de alerta sanitaria. Ambas islas han alcanzado incidencias muy altas, aunque su capacidad asistencial sigue marcando datos envidiables. Esto, según ha aclaro el Ejecutivo regional este jueves, puede cambiar en las próximas semanas, dado que los casos graves tardan de media unos 14 días desde el inicio de los síntomas hasta su ingreso hospitalario.
¿Lo peor?, que algunas islas tienen todas las papeletas de correr la misma suerte en el próximo Consejo de Gobierno. El último informe de la Consejería también indica que Gran Canaria y Tenerife continúan en nivel de alerta 1, si bien en las últimas dos semanas se observa un incremento en el promedio de casos y también se observa una tendencia ascendente en la incidencia acumulada a siete días, aunque en ambas islas este indicador se mantiene en nivel de riesgo medio.
Además, la ocupación continúa su tendencia ascendente en la última semana en ambas islas. Por ello, los datos indican que pueden continuar en nivel de alerta 1, pero apuntan a un aumento de nivel en la próxima evaluación si se mantiene la tendencia al alza de los indicadores, ha asegurado Sanidad.
El aumento de los casos comenzó a mitad de octubre, por lo que el impacto ya se está viendo algo en los hospitales canarios, sobre todo, en planta y en las islas más pobladas, Gran Canaria y Tenerife. El pasado 17 de octubre el número de pacientes por COVID en planta era de 73 y en UCI de 22. El último informe del Servicio Canario de Salud (SCS) refleja que, actualmente, esas cifras son de 152 y 23, respectivamente. No obstante, hay que señalar que durante este intervalo de tiempo, el Archipiélago llegó a registrar 15 ingresos COVID con necesidad de respirador (29 de octubre), es decir, en críticos, por lo que también puede observarse, aunque tímidamente, una tendencia al alza también en ese indicador.
Situación de España y Europa
Hasta hace pocos días, España observaba de lejos la nueva ola de contagios que se está produciendo en el resto de Europa, en la que muchos países están batiendo récords de infecciones y otros están volviendo a implantar restricciones severas para cortar la expansión del virus. “Estamos en condiciones óptimas para tener acorralado al virus a diferencia del entorno europeo”, dijo la ministra de Sanidad, Carolina Darias, dos semanas atrás. Sin embargo, el escenario nacional ya no se antoja tan prometedor. La preocupación ha empezado a crecer al ritmo que lo hacen los contagios en nuestro país.
La velocidad de ascenso se ha acelerado y, aunque los hospitales de momento están a salvo –la vacuna protege frente a la enfermedad grave–, los expertos ven posible que haya que retomar algunas restricciones en las próximas semanas, justo cuando caen las fiestas navideñas. “No es verdad que el virus circule y no pase nada, aunque haya menos personas que terminan en el hospital o en la UCI por estar vacunados. Ya sabemos que vamos a ver un aumento de la incidencia y de los casos hospitalizados, lo que nadie puede pronosticar con exactitud es lo grave que será”, avisa José Martínez Olmos, profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública. Dónde se sitúa el techo de esta ola es la gran incógnita para los expertos.
0