'El Solitario', condenado a siete años y medio en Portugal por el atraco frustrado
Jaime Giménez Arbe, El Solitario, condenado en España a 47 años de cárcel, anunció que recurrirá la sentencia de siete años y medio que le fue impuesta este jueves en Portugal por el atraco frustrado que acabó con su carrera delictiva.
Giménez Arbe, preguntado sobre esta condena, dijo que “es una sentencia política influenciada por el gobierno español y dirigida desde el ministerio del interior”.
“Es una injusticia, una condena política”, aseguró mientras abandonaba la sala del tribunal de Figueira da Foz donde fue capturado el 23 de julio de 2007 y donde este viernes fue sentenciado por los delitos de tentativa de atraco, posesión ilegal de armas y municiones y falsificación de matrículas.
La abogada de El Solitario, Ligia Borbinha, explicó que van a apelar a los tribunales de segunda instancia porque considera la sentencia “excesiva” y “demasiado fuerte”.
La letrada se mostró contraria a la condena impuesta por atraco frustrado pero se declaró “satisfecha” por las penas de los otros tres delitos.
El presidente del tribunal, Augusto Costa, leyó durante más de una hora las 42 páginas de la sentencia y explicó que Antonio Miguel Reis, uno de los dos magistrados que le asistieron en el juicio, no estuvo de acuerdo con la condena por tentativa de atraco.
Los jueces, que adoptaron las otras condenas por unanimidad, sentenciaron a Giménez Arbe a un total de once años y medio de cárcel, pero le aplicaron una figura de acumulación de penas que rebajó la sentencia a siete años y medio.
El único cargo formulado por los fiscales del que se salvó El Solitario, detenido en julio del año pasado en una operación conjunta de la policía lusa y española, fue el de resistencia a la autoridad en el momento de la detención.
La extradición de Giménez Arbe a España no podrá producirse, según las autoridades judiciales lusas, hasta que el reo cumpla la pena que finalmente le impongan, aunque su abogada declaró hoy que el cumplimiento de su condena en Portugal “dependerá de lo que decidan los gobiernos, es una cuestión política”.
Tras acabar la lectura de la sentencia El Solitario solicitó al juez hacer una “declaración política” pero el magistrado recordó que no está permitido hacer declaraciones a los acusados.
La sentencia contra Giménez Arbe, de 53 años, mencionó además de los delitos cometidos por el atracador, su adicción al hachís y lo describió como “un hombre capaz de matar para conseguir gran cantidad de dinero”.
También rechazó los argumentos del acusado de haberse arrepentido del atraco en el último momento y de que mantiene una “cruzada política” contra la banca española y recordó que cerca del banco luso que iba a robar estaba la sucursal de una entidad hispana.
Giménez Arbe, que permanece encarcelado en la prisión lisboeta de alta seguridad de Monsanto, fue trasladado este viernes por quinta vez a Figueira da Foza, unos 190 kilómetros al norte de Lisboa, para comparecer en el juicio.
Poco después del inicio de la sesión pidió al juez que se identificara a uno de los policías que le custodiaban porque había sido maltratado, una acusación que ha reiterado varias veces en las cuatro vistas del juicio celebradas en los últimos tres meses y que hoy ratificó su abogada.
La sentencia contra El Solitario le impone cinco años de prisión por tentativa de atraco, cuatro por posesión ilegal de armas, año y medio por posesión de municiones y un año por falsificación de matrículas de vehículo.
El juez explicó que la reducción de cuatro años del total de esas penas se justifica por los atenuantes de que el acusado se declaró culpable de varios de los delitos y por su condición de inadaptado social.
Aunque la justicia de Portugal denegó su extradición a España aceptó entregarlo de forma temporal, entre el 15 de enero y el 31 de julio pasado, para que fuera juzgado por el más sangriento de la treintena de atracos que se le imputan, en el que asesinó a los dos guardias civiles.
Tras la sentencia de este viernes El Solitario aún tiene que comparecer el próximo 15 de enero ante un tribunal de Lisboa que examinará sus denuncias de malos tratos en la prisión de Monsanto.
