El temporal rompe una lápida en el cementerio de San Mateo y deja al aire los restos de un cadáver

Nicho en el cementerio de San Mateo con la lápida abierta

Iago Otero Paz

San Mateo —

El temporal de viento que afectó este fin de semana a Canarias provocó un incidente escabroso en el cementerio municipal de la Vega de San Mateo, situado en el casco del pueblo, cuando una rama de un árbol golpeó a una lápida, la partió y dejó a la vista los restos de un muerto.

Según explican desde el Ayuntamiento, el suceso debió suceder durante la noche. Cuando el encargado de la instalación se percató de lo ocurrido avisó a la Policía Local y a la Guardia Civil, esta última clausuró el camposanto y realizaron diligencias personales ya que, al verse una bolsa en la que se guardan restos óseos, las primeras sospechas fueron la de una profanación, cosa finalmente descartada.

No obstante, la Benemérita contactó con los familiares dueños del nicho para informarles de lo sucedido. Así, los agentes llegaron a la conclusión de que el origen de este incidente pudo estar cuando se abrió por última vez el sepulcro para enterrar a otro familiar lo que, debido a que se cerró mal la tumba y unido al mal estado de los tirafondos, provocó que el golpe de la rama caída del árbol por las fuertes rachas de viento de este domingo, que en algunos rincones del Archipiélago superaron los 140 kilómetros por hora, partiera la lápida y dejara al descubierto el interior de la hornacina.

El temporal se ensañó con las instalaciones del cementerio ya que este mismo lunes estuvieron durante varias horas el personal del servicio de limpieza y el encargado de la instalación adecentando y recogiendo los restos de hojas y ramas de los árboles.

Así mismo, en San Mateo sucedió una de las imágenes más compartidas en redes sociales este fin de semana ya que la rama de un árbol aplastó el capó de un vehículo. También un árbol cayó en una vivienda del municipio, otro dañó la línea eléctrica en La Lechuza, la caída de otro árbol provocó el cierre de una carretera, y un eucalipto partió tres postes de luz.

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