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ENTREVISTA
Carmen Martín, candidata de Sumar al Congreso en Cantabria

Carmen Martín: “Hay que ponerse al otro lado del mostrador para dar respuestas reales a las necesidades de las personas”

Carmen Martín, cabeza de lista de Sumar en Cantabria el 23J.

Javier Fernández Rubio

9 de julio de 2023 21:33 h

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Carmen Martín (Santander, 1972) es una luchadora. Antes de ser candidata en Cantabria del movimiento Sumar al Congreso de los Diputados en las elecciones del 23J ha sido durante 30 años una activista contra la exclusión y la protección de los más débiles, pero también ha luchado personalmente contra el VIH, una lucha que ha solventado con éxito, de la misma manera que está satisfecha con su activismo en movimientos sociales. No se arrepiente de nada, pero Martín, que es portavoz autonómica de IU, quiere dar el salto a las instituciones, sabedora de que las cosas solo se pueden cambiar desde el otro lado, desde el lado del que coge las riendas y toma las decisiones.

Ella, en definitiva, quiere ser diputada por Cantabria para intervenir en las políticas públicas con los más desfavorecidos, pero no solo ellos. Este es ahora su campo de batalla. La actual portavoz autonómica de IU siempre ha estado muy implicada en el movimiento feminista, es coordinadora de la Asociación Ciudadana Cántabra Antisida (ACCAS) y ha sido presidenta de la Red Cántabra contra la Pobreza y la Exclusión Social, dos movimientos sociales del amplio abanico de organizaciones en las que trabaja de forma incesante desde hace tres décadas.

Hábleme de usted. Me gustaría que se presentara con sus propias palabras...

Soy madre, he nacido en Santander hace 50 años y la mayor parte de mi vida profesional ha estado vinculada al activismo y al movimiento asociativo de respuesta ante el VIH.

¿Cuándo entró en la Asociación Ciudadana Cántabra Antisida (ACCAS)?

En el año 1997, hace 36 años. Empecé como voluntaria de la entidad, entré en la junta directiva y he llegado a presidir la organización. Dejé la presidencia al asumir la presidencia de la Red Cántabra contra la Pobreza y la Exclusión Social, en donde estoy en representación de ACCAS, que tiene representación en Cocemfe (Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica) también. En aquel entonces estaba en un momento personal complicado, porque falleció el padre de mi hijo. Ahora presido Trabajando en Positivo, que es una coordinadora de entidades que trabajan para la inserción social de las personas en situación de VIH y otras en situación de exclusión social. Estoy siempre vinculada a los movimientos sociales, al movimiento LGTBI, a la exclusión social, emigrantes...

¿Eso le ha llevado a dar el salto a la política?

Entro en política porque es absolutamente necesario. Hay que ponerse al otro lado del mostrador para dar respuestas a las necesidades reales de las personas.

¿Cómo lo haría?

Dar agilidad burocrática. Una ayuda de emergencia no puede tardar seis meses. Pero no solo me refiero a personas que estén en situación de pobreza o exclusión, sino a lo que la mayoría social puede ayudar. Por ejemplo, hay muchas personas que por falta de recursos o habilidades no puede acceder por cita telemática y se quedan fuera. La tecnología avanza a un nivel y muchas personas no llegan. La pandemia agilizó trámites pero muchos quedan atrás. Los movimientos sociales dicen a la sociedad las necesidades que hay y creo que el Congreso de los Diputados ha de dar respuesta a todas las necesidades.

También me imagino que proponga medidas estructurales, ¿no?

La estructura en algo tiene que cambiar. No puede ser que haya las mismas retenciones a personas que ganan entre 60.000 y 300.000 euros. Y luego hay personas con rentas pequeñas y retenciones importantes. Hay que establecer mecanismos de reparto de la riqueza para que sean más equitativos. Al que más tiene, un poquito menos no le afecta; pero al que menos tiene, le supone mucho.

Pero me parece que no por tener mucho se quiera renunciar a nada...

Pero es que para tenerlo ¿dónde? ¿Apilado en un banco?

Tal vez alguien diga que ese es su problema.

Es desde las estructuras políticas las que tienen que hacer esa redistribución. Muchas veces me hierve la sangre escuchar discursos que van contra derechos de las personas. Pero ¿cómo son capaces de darse cuenta de que generar desde las instituciones discursos de odio luego se transforman en legtbifobia, homofobia...? España es necesario que viva en la diversidad. No estoy dispuesta a retroceder y lo que el movimiento Sumar pretende es proponer cambios, dar respuesta a necesidades y defender los derechos.

¿Le convence el modelo de Sumar, usted que viene de IU?

No me ha costado porque desde mi experiencia profesional estoy acostumbrada a llegar a acuerdos. Tenemos que pensar en lo que nos une y necesitamos ser aliadas en defensa de las personas más vulnerables. Estamos en un contexto hostil con retrocesos como la censura o retrocesos en derechos y no nos lo podemos permitir. Yo estoy acostumbrada a trabajar de forma conjunta. Además, con Podemos en estos años hemos tenido un buen cimiento de trabajo. Participé con Equo en Marea Cántabra y también hubo una buena relación de compromiso. Y las diferencias programáticas son mínimas.

En un ejercicio de realismo, ¿qué expectativas electorales tiene?

Me veo de diputada. Hay que movilizar para que el voto de izquierdas esté representado el 23 de julio, para establecer derechos y no censuras. Es cierto que disputamos con Vox el escaño y ahí va a estar el debate: derechos/censura, construir/destruir, sumar/restar.

¿Habrá movilización del electorado de izquierdas en Cantabria?

Las familias lo pasan mal. Suben las hipotecas, hay dificultades para llegar a final de mes. Cantabria está esperando una Ley de Vivienda. No la tiene. Estoy convencida de que es el momento y además es necesario que España vuelva a revalidar un gobierno de progreso.

¿Qué balance hace de cuatro años en el Gobierno de Pedro Sánchez?

El Gobierno de coalición se vio, en cuestión de días, con una pandemia, que generó un escudo social. A mí no me hubiera gustado verme en la crisis de 2008. Ha habido ahora ERTES, ayudas a autónomos, ayudas individuales, subida de las pensiones, rebaja del IVA de los productos... Pero creo que quizás comunicativamente ha calado más el discurso en contra.

¿Cómo es que cala el mensaje que pasa por encima de las ayudas del Gobierno de coalición?

En Cantabria ha habido 24 okupaciones frente a 444 desahucios y no se habla de ello. Se habla de las okupaciones. El discurso, el ruido, muchas veces se basa en mentiras, pero cala.

Pero ha habido medidas que no han funcionado bien en la práctica como el Ingreso Mínimo Vital. ¿Es una buena idea que se desarrolló mal?

Es una buena idea que necesita ser más accesible y compatible con el empleo. Se estima que, en Cantabria, el 80% de las personas no han tenido acceso al IMV. Hay cosas complejas como la reagrupación familiar. Hay que estudiar que realmente llegue. Todas las personas tienen que tener ese derecho que te permita subsistir.

¿Tiene medidas específicas para Cantabria?

La reindustrialización del Arco de la Bahía, de la cuenca del Besaya y de Campoo ha de ser una prioridad. La voz de Cantabria tiene que estar en el Congreso de los Diputados. Luego, el transporte, las cercanías. Hablamos de ir a Madrid pero necesitamos movernos aquí con tranquilidad. No es posible que haya retrasos en los trenes, dificultades para llegar al trabajo... Y una transición ecológica que sea de otra manera, consensuada, negociada, pero no propuestas 'marcianas'. A estas alturas volver a hablar de energías nucleares...

Usted fue número 2 en la candidatura Podemos-IU en las pasadas elecciones del 28 de mayo. Me gustaría que me dijera cómo ve los cuatro años de legislatura que se avecinan.

Yo espero que algunos tengan poca mano.

¿Se refiere a Vox?

Estoy hablando de Vox. Me estremece la crueldad cuando se niegan a declaraciones institucionales contra la violencia de género, por ejemplo.

La lista autonómica que encabezaba Mónica Rodero (Podemos) no obtuvo votos suficientes como para entrar en el Parlamento. ¿Cree que la candidatura fue un error?

No. Mónica es muy buena candidata, muy buena compañera, es una persona comprometida. Pero han calado otras cosas, no dependía el resultado tanto del candidato sino de otros mensajes que están ahí y que han tenido más fuerza que los de los derechos, como ha ocurrido en el resto de España.

¿Cree que es posible y necesario reeditar el pacto de Madrid para formar un gobierno del PSOE con Sumar?

Sí, creo que hemos sido un acicate para el PSOE y yo me veo en ese papel porque soy activista.

Un Partido Socialista sin una coalición como la que hay en el Gobierno de España, ¿hubiera hecho lo que se ha hecho?

No, creo que muchas cosas jamás se hubieran hecho. El salario mínimo, la subida de las pensiones, incluso los ERTES.

¿Qué le diría a un potencial votante suyo que tiene dudas de ir a votar?

Necesitamos que muchas personas que un día votaron al Partido Regionalista para que Cantabria estuviera ahí representada ahora apuesten por Sumar. Tenemos que buscar a las personas que quieren que los intereses de Cantabria estén representados en el Congreso de los Diputados.

Pero eso lo puede decir cualquier otro partido. Todos aseguran defender los intereses de Cantabria. ¿Por qué elegirles a ustedes? ¿Por qué no el Partido Popular, por ejemplo?

Porque el Partido Popular defiende otros intereses. Como la alcaldesa de Bezana, Carmen Pérez Tejedor, que ataca los derechos y luego se sube el sueldo un 40%. A mí no se me olvida que Luis Bárcenas fue senador por Cantabria. ¿El señor Bárcenas defendía los intereses de Cantabria en el Senado? Defendía sus 'sobres' y a sus amigos.

Yo soy una activista porque me tocó serlo. Me diagnosticaron VIH hace más de 30 años, una sentencia de muerte. Lo personal es político. No tenía nada que perder. Pensé en un momento dado que estaba aprendiendo a morir y luego tuve que aprender a vivir

Me gustaría que me hablara de su trayectoria personal de lucha.

Yo soy una activista porque me tocó serlo. A mí me diagnosticaron VIH hace más de 30 años, una sentencia de muerte. Mi forma de afrontarlo fue con el apoyo de mi entorno familiar. Preparados para la esquela porque yo pensaba que la muerte estaba cerca y yo quería una relación sana, que mi familia supiera. Creo que lo personal es político y yo tenía herramientas, no solo de comunicación, sino un entorno que me lo ponía fácil. No tenía nada que perder. Es verdad que pensé en un momento dado que estaba aprendiendo a morir y luego tuve que aprender a vivir.

¿Cómo se aprende a morir?

Se piensa mucho en qué se ha hecho de malo.

Ese es un pensamiento muy religioso, ¿no le parece?

Pero empecé a pensar: es que yo no he hecho nada. Es más, todo lo contrario. Necesito irme a la cama pensando que he hecho todo lo que he podido, que he ayudado a alguien, que me he esforzado en mi trabajo, que he escuchado a alguien. Aprendes a morir pensando que tienes que dar lo mejor de ti pensando que puede ser tu último día.

¿Cómo se encuentra hoy?

Feliz.

Me refiero físicamente.

Ya hace mucho años que tengo la carga viral indetectable por lo tanto es intransmisible. He tenido un niño y no le he transmitido la infección. Tuve un embarazo perfecto. Puedo tener una pareja sin miedo a transmitirle la infección. Ya no vivo en el desahucio social. He construido mi vida y soy feliz.

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