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El cierre de un centenar de oficinas bancarias en solo un año ahonda la brecha financiera de la Cantabria rural

Un  cliente saca dinero de un cajero automático.

Javier Fernández Rubio

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Independientemente de la fuente que se consulte, el cierre de oficinas bancarias y la retirada de cajeros automáticos, sobre todo en los pueblos, está ahondando la brecha financiera entre campo y ciudad y también generacional, entre aquellos que se manejan con soltura en las operaciones financieras online y los que no saben, se muestran inseguros, no tienen medios para hacerlo o simplemente tienen miedo. El cierre de oficinas en el medio rural hace que la segunda opción para los que no tengan acceso informático quede descartada.

Según el Banco de España, en Cantabria se cerraron un centenar de oficinas bancarias en 2019, pasando la comunidad autónoma de disponer 400 abiertas en 2018 a tener apenas 300. Pero según los datos de la patronal AEB la realidad es mucho más parca en la oferta de servicios. De las 219 oficinas abiertas en 2010, una década después, en 2019, solo se mantenían con las puertas abiertas 134, lo que retrotrae a una implantación anterior a la que había en los años 70. Si se compara 2019 con 2018, en un año se cerraron 25 oficinas, según cifras de la patronal.

La pandemia por COVID-19 ha acelerado los procesos de digitalización de la vida cotidiana y todavía no se ha evaluado cómo ha repercutido el cierre de oficinas y la retirada de cajeros automáticos en el medio rural. Pero se sabe que ya en 2017, según el Banco de España, 37 de los 102 municipios de Cantabria, el 4,8% de la población, no tenía una oficina en su localidad.

La situación experimentará un nuevo giro de deterioro cuando fragüe la fusión entre Liberbank y Unicaja. Liberbank, marca que engloba a la antigua Caja Cantabria, ya ha dado un amplio recorte a su oferta de oficinas en la comunidad: de disponer 140 ahora tiene abiertas 70, y de tener 1.100 trabajadores ha pasado a emplear a unos 500. Es de prever que la fusión tenga una traducción en recortes de plantilla y cierre de oficinas en Cantabria, como auguran los sindicatos.

El acceso a 'cash', a dinero contante y sonante, configura uno de los servicios básicos para mantener la vida en el medio rural. Lo contrario conduce a la exclusión financiera. Consultorios, escuelas, transporte y servicios terciarios, incluyendo los financieros, configuran una panoplia de necesidades que si se recortan ahondarán en el despoblamiento del campo en beneficio de los grandes núcleos.

A diferencia de otras comunidades autónomas en donde hay también un despoblamiento del medio rural, en Cantabria no operan servicios alternativos como el 'ofibus', que ofrece oficinas ambulantes que recorren los pueblos, ni hay prevista la apertura de cajeros por parte de las administraciones que aglutinen la disponibilidad de efectivo en cuentas de diversos bancos.

La banca española está cerrando una media de cinco oficinas al día desde hace diez años, según el Banco de España, lo que ha ocasionado que más de cuatro mil municipios carecieran de oficinas bancarias hace dos años.

Iniciativa parlamentaria

En este contexto, el PRC acaba de registrar en el Parlamento de Cantabria una proposición no de ley que insta al Gobierno de Miguel Ángel Revilla a negociar alternativas para recuperar los servicios bancarios mínimos en todos los municipios de la comunidad.

En dicha iniciativa se le pide al Ejecutivo autonómico sostenido por regionalistas y socialistas que tenga “un papel activo en las negociaciones con las entidades bancarias con el fin de que se garantice la prestación de unos servicios bancarios mínimos, especialmente de cajero automático, en todos los municipios de Cantabria y en los núcleos de población de más de 300 habitantes, beneficiando con ello la prestación funcional de servicios y apostando por la consideración prioritaria del medio rural como parte del futuro territorial, social y económico de Cantabria”.

Asimismo, se recomienda la prestación de servicios bancarios en itinerancia, “bien mediante oficinas móviles o en dependencias cedidas por las entidades locales y siempre con atención presencial a los clientes, promoviendo convenios con las entidades bancarias o con las empresas que pudieran ofertar estos servicios en régimen de multimarca, como se ha comenzado a realizar en otras comunidades autónomas”. 

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