El oso Yogui en Cabárceno

Cabárceno se parece cada día más a 'Jellystone', el hábitat de ficción del oso Yogui. Entre teleféricos y toboganes alpinos aspira a pasar de ser un parque natural a uno de atracciones. Una transición que ha tropezado con un desafortunado contratiempo porque cada vez se parece más a un episodio de dibujos animados.

Hace unos días se convocó una rueda de prensa oficial para, tras una intensa investigación policial, desvelar en directo quién saboteó los frenos de cuatro coches aparcados en el parque después de meses de especulaciones. Allí estaban, con todo formalismo, sentados en una mesa de la sala de prensa la directora de la empresa pública CANTUR, el responsable de Seguridad de Cabárceno y el consejero de Turismo, en el papel del guardabosques Smith, que con cierto ademán triunfante apretó el botón que dio paso a un vídeo. En la pantalla se pudo ver al autor del sabotaje: una marta, un pequeño inquilino del parque que campa por él a sus anchas, como un sinhogar, porque no tiene recinto propio.

“Se acabó el misterio, ha sido un animal”, proclamó el guardabosques Martínez con rotunda satisfacción, como si acabara de pillar al oso Yogui robando la cesta de la merienda a unos turistas. En este caso, uno o varios ejemplares de marta cibelina -a la que hasta ahora solo reconociamos en los abrigos de pieles de nuestras abuelas- se comieron los cables del sistema de ABS de los coches que, al parecer, desprenden un delicioso aroma a tarta de manzana recién horneada que cautiva a las pequeñas amiguitas del oso Yogui.

Lo ridículo de la convocatoria y de la propia puesta en escena eleva una anécdota a categoría informativa de primer nivel, evidencia la falta de criterio de una Consejería que no parece tomarse en serio a sí misma y que justifica un despliegue de medios e imposta la comparecencia de una ceremoniosa solemnidad trivial y superflua.

Que el consejero comparezca para poner el video de las primas de una mofeta metiéndose debajo de un coche roza el esperpento. Más conveniente sería, sin duda, que el Gobierno de Cantabria utilizase la sala de prensa para asuntos más significativos y de los que estamos huérfanos, como explicar semanalmente los acuerdos de los consejos de gobierno para que los periodistas puedan hacer preguntas. Aunque no pongan tanto entusiasmo en la escenografía como en este episodio del Oso Yogui en Cabárceno con el consejero Martínez como actor secundario.