Los vecinos del Cabildo reclaman una mayor implicación municipal en el barrio
A escasos cien metros del Ayuntamiento de Santander y de algunas de las principales arterias urbanas de la capital de Cantabria, la herida abierta en el barrio del Cabildo de Arriba sigue sin cicatrizar. Las reiteradas denuncias de los vecinos no generaron la alarma suficiente en las administraciones públicas, que solo fijaron su mirada en esta zona popular de la ciudad cuando el derrumbe de un edificio en diciembre de 2007 segó la vida a tres personas. Desde entonces, las promesas y actuaciones parciales no han cesado, pero siguen sin ser suficientes para cambiar la cara definitivamente al Cabildo.
Por este motivo, los vecinos vuelven a levantar la voz para reclamar que se cumplan los compromisos adquiridos. Y vuelven a denunciar lo que vienen repitiendo año tras año, ante la pasividad de las administraciones implicadas: los responsables políticos no han sido capaces de llevar a cabo una rehabilitación integral de la zona. La restauración, renovación y reforma de los edificios en mal estado sigue pendiente de ejecutar y el nuevo consejero de Vivienda, José María Mazón, reconoce que está “bastante preocupado” porque “no hay nada hecho, ni un convenio firmado”.
Mazón se ha hecho cargo de la Consejería de Obras Públicas del Ejecutivo autonómico hace escasas semanas, pero es un veterano en este departamento. De hecho, ocupó las máximas responsabilidades en este área entre 2003 y 2011, en el anterior bipartito PRC-PSOE, y había formado parte del equipo del actual presidente Miguel Ángel Revilla previamente como director general.
Además, el consejero no necesita ir muy lejos para conocer los problemas que sufren a diario los vecinos del Cabildo. Le basta con mirar por su ventana o salir a la calle, puesto que su despacho está enclavado en pleno barrio, a unos metros de la sede del Parlamento de Cantabria, donde ha desempeñado su trabajo como diputado autonómico durante la pasada legislatura.
Este martes, para ahondar en las necesidades de la zona, Mazón ha mantenido un encuentro oficial con la representantes de la Asociación de Vecinos del Cabildo, en una reunión que ha supuesto la primera toma de contacto entre ambas partes. El responsable de Obras Públicas y Vivienda ha trasladado su apoyo para gestionar el Área de Regeneración y Renovación Urbana (ARRU) que está pendiente de desarrollo en esta zona de la ciudad al presidente de la organización vecinal, Carlos Calzón de la Rosa.
Una degradación evidente
Según ha explicado Mazón, el ARRU es una figura que depende del Ministerio de Fomento y ha tenido un desarrollo “muy tardío” y del que “no está ejecutado nada”. “Solo hay que pasar por el barrio para verlo”, ha lamentado el dirigente regionalista. Por eso, se ha ofrecido a prestar asesoramiento a los vecinos o incluso a tomar la iniciativa para acometer actuaciones de regeneración y renovación urbanística en este barrio de Santander.
En este sentido, la mayor preocupación llega ante la proximidad de la fecha límite para recibir las subvenciones, más teniendo en cuenta que “no hay nada hecho”, ya que “ni siquiera se ha firmado el oportuno convenio a tres bandas” -Ministerio de Fomento, Gobierno de Cantabria y Ayuntamiento de Santander- de cara al desarrollo urbanístico y la recepción de las ayudas. Mazón ve así “muy difícil” que las comunidades de vecinos puedan conseguir unas subvenciones que son “imprescindibles” para renovar sus viviendas y dar un nuevo impulso al barrio.
Este es un nuevo jarro de agua fría para los propietarios, que no se resignan. De hecho, el portavoz vecinal ha insistido en que espera que se puedan “dar pasos hacia delante” para conseguir un “futuro mejor” y confía en que se aceleren unas gestiones que van “muy lentas”. Aquí ha señalado hacia el Consistorio de la capital, al que solicita una mayor implicación en el barrio. A su juicio, la solución pasa, en gran parte, por un “liderazgo” del Ayuntamiento de Santander que no ha ejercido hasta el momento.
