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La pobreza cambia de cara: más españoles, más mujeres y más enquistada

Un anciano busca comida de un contenedor de basura. |

Isabel Cubría

Hay indicadores que hacen pensar que salimos de la crisis. De hecho, en estos primeros meses de 2016 hay un pequeño descenso en el número de personas que se acerca a las parroquias a pedir ayuda. Sin embargo, la realidad demuestra que las necesidades en atención primaria aumentan y, sobre todo, que el perfil de la pobreza ha cambiado.

Cáritas Diocesana, que este año celebra sus 50 años desde que llegó a Santander y que acaba de presentar su Memoria 2015, ha pasado de atender mayoritariamente a inmigrantes varones en 2010, a tener que volcarse en personas españolas, sobre todo mujeres. Así, el porcentaje de nacionales atendidos en 2010 fue del 40%, mientras que en 2015 esta cifra se situó en el 62% y, respecto al sexo, se ha pasado de atender a un 48% de mujeres, a un 58%.

Desde esta organización alertan de esta “feminización de la pobreza”, con muchas familias monoparentales con hijos a su cargo, y de la “invisibilidad” de los más pobres, que hace que su situación se enquiste porque no tienen herramientas para pedir ayuda. Ha disminuido el número de personas atendidas, pero aumenta el gasto porque los problemas son más duros.

Las dificultades económicas de quienes se acercan a Cáritas no son ni el único ni el principal problema. La falta de formación, los gastos excesivos en vivienda o sus malas condiciones, la precariedad laboral y el alejamiento de la participación política y social, dibujan, entre otros indicadores, el mapa de cronicidad en las personas atendidas.

En este sentido, desde Cáritas recuerdan que un 3,5% de la población de Cantabria se encuentra en situación de privación material severa, lo que significa que más de 20.300 personas que tenemos cerca no pueden permitirse hábitos tan normales como pagar un alquiler, comer carne, mantener su hogar caliente o tener una lavadora.

Actividad anual

Las cifras de la actividad de Cáritas Diocesana en 2015 fueron desglosadas esta mañana por el obispo de Santander, Manuel Sánchez Monge; por el director de Cáritas Diocesana, José Luis Arango Riestra; y por su secretario general, Francisco Sierra. Los tres resaltaron la importancia de los fondos privados que hacen posible las ayudas y que han supuesto, en 2015, un 81,71% frente a los 18,29% de fondos públicos. También, el trabajo desinteresado de los 643 voluntarios.

El total de recursos invertidos fue de 2,9 millones de euros. La partida más importante es la del servicio de Atención Primaria, con un 44,03 por ciento (casi 1,3 millones de euros) en su mayoría para alimentación, ropa, calzado y otros enseres personales y para viviendas y gastos del hogar. A través de este servicio se beneficiaron 14.234 personas.

En cuanto a los ingresos, las principales partidas vienen de donaciones y aportaciones de socios suscriptores, por un importe total de 1,4 millones de euros; de subvenciones oficiales se recibe casi medio millón de euros; y de otras entidades, 251.000 euros, de los que una buena parte, 204.000 euros, fueron aportados este año por la Fundación Amancio Ortega. Otros recursos importantes vienen del Gesto Diocesano de Cuaresma y de Cooperación Internacional.

Reinserción laboral

Los responsables de la institución han llamado la atención sobre “la necesidad de ser solidarios con los más necesitados” y de “contribuir a hacer un mundo más justo”.

Para conseguir esto, la organización se ha implicado en la creación de empleo, con la puesta en marcha de la primera empresa de reinserción laboral de Cantabria. Se trata de Ecolabora, empresa de inserción en pleno desarrollo que combina la generación de empleo con el cuidado del medio ambiente, a través de la reutilización de ropa usada. Una iniciativa que alcanzó durante 2015 los 10 puestos de trabajo, con una inversión de más de 536.000 euros. Sin olvidar otras iniciativas como la Banca Ética o el Comercio Justo, como claras apuestas por una economía solidaria.

Además, Cáritas Diocesana de Santander, tanto a través de las Campañas de Emergencia como de la gestión de lo recaudado a través del Gesto Diocesano de Cuaresma, se ha atendido las necesidades fuera de nuestras fronteras. Así, invirtió en Cooperación Internacional más de 296.000 euros, y llevó a cabo una acción de incidencia junto a otros agentes sociales para que la apuesta por la administración pública en cooperación supere las partidas presupuestarias de ejercicios anteriores.

Ante las próximas elecciones del 26 de junio, desde Cáritas trasladan “a quien quiera escuchar” el deseo de que siempre es un buen momento para comenzar a construir una sociedad que gire en torno a tres ejes: desarrollo social, bien común y erradicación de la pobreza, algo que consideran posible.

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