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Santi Balmes, cantante de Love of Lesbian: “Nos quejamos de que las cosas van mal, pero estamos anestesiados”

Los integrantes de Love of Lesbian, de izquierda a derecha: Oriol Bonet, Santi Balmes, Jordi Roig y Julián Saldarriaga.

Ainhoa Díez

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Con el cambio de siglo Love of Lesbian se convirtió en una promesa en el mundo de la música. Dos décadas, una decena de álbumes y varios premios importantes después, cumplen con creces lo que se auguraba de ellos y se sitúan como un referente indiscutible. Con su décimo disco ‘V.E.H.N. (Viaje Épico Hacia La Nada)’ entraron directos al número 1 en las listas de éxitos, superando una vez más la presión que “siempre existe” de intentar mejorar lo anterior. Este trabajo llega un lustro después del anterior, un lapso temporal cada vez menos habitual en la acelerada industria musical que predomina en la actualidad. Santi Balmes, vocalista del grupo, cuenta en esta entrevista con elDiario.es que mantienen sus propios ritmos de producción “siendo conscientes de que nos falta agilidad y de que se debe a que somos una banda eminentemente de directo”. Por eso es fácil encontrarlos encima de un escenario, como ocurrirá este viernes en Cantabria, junto al faro Cabo Ajo dentro de la programación del ciclo Luz de Música.

En alguna ocasión han comentado que después del primer concierto de Love of Lesbian en la sala Nirvana de Llobregat solo se podía ir a mejor... Echando la vista atrás, ¿se ha cumplido esa predicción o recuerda algún concierto peor?

Nunca jamás ha habido peor concierto que aquel primero. Solamente podíamos ir a mejor [ríe]. 

El próximo escenario que pisarán está junto al faro Cabo Ajo, ¿cómo es la sensación de estar encima de un escenario? ¿Se acostumbra uno en algún momento?

Te acostumbras, lo que no significa que no lo valores. Es un milagro que tan solo una persona del mundo decida acudir a escuchar tus canciones. Hay que estar siempre agradecido porque, la verdad, parece magia.

Aunque luego lo ha desmentido, mucha gente sigue pensando que el origen de la banda es que grabó una película de porno lésbico en la cinta de su bautizo, ¿cuál es la historia real?

No [Ríe], la historia es la siguiente: es un nombre que me vino a la cabeza de una manera inconsciente. Supongo que buscaba extraer aquella parte femenina dentro de mí. Hace 25 años de aquella idea. En cualquier caso, es el nombre de una banda de música, pertenece al ámbito imaginario. Si fuéramos una ONG habría debate, creo. 

Tienen más historias del estilo, cuando alguna declaración ha ocupado los titulares y ha dado que hablar. ¿Hay alguien -un equipo de marketing o de comunicación- que les llame la atención por este tipo de cosas?

Ahora mismo tenemos una gran community [Ríe]. Antes no éramos conscientes de que nuestras declaraciones iban a quedar colgadas en las redes in saecula saeculorum. Hemos dicho mogollón de gilipolleces en un ámbito de confianza con el periodista. Luego lo ves escrito y aprendes que...no [ríe de nuevo].

Ahora no sé si será verdad, pero en la carátula del disco '1999 (o cómo generar incendios de nieve con una lupa enfocando a la luna)', que marca un punto de inflexión en su carrera, cuenta que se trata de una historia real diez años después, ¿es así?

No, es como “cuento de navidad”. Es una historia ficcionada, en la que me imagino qué hubiera sucedido si... En cualquier caso, lo imaginé de una manera tan extrema que la historia me pareció totalmente real. Obviamente también extraje situaciones de mi vida real, pero la facilidad que tengo para proyectar historias en mi cabeza es muy poderosa. Y que la gente las crea.

Con este disco o con los siguientes, ¿le ha afectado la presión de tener que hacer algo mejor que lo anterior?

Siempre existe esa presión. La verdad, no lo llevo demasiado bien, hasta que me doy cuenta de que hemos conseguido mantener el listón. Pero, sí, es mucho más fácil sacar un primer disco porque es cuando nadie espera nada de ti. 

'La noche eterna. Los días no vividos' (2012), su séptimo álbum, se centra en la noche y el anonimato dentro de una gran ciudad. ¿Cómo se lleva esa pérdida de anonimato?

Se aprende a convivir con ello aplicando humor y cierta resignación. El mundo de las redes es enfermizo y hay personas que viven demasiado tiempo en su interior. Yo, la verdad, cada vez menos. No me aporta casi nada, al contrario, miles de horas de dispersión. 

¿En algún momento el escrutinio público ha conseguido que deje de disfrutar la música?

Por ahora no, pero es muy probable que sea un peligro en ciernes. Por tal motivo, mi búsqueda sobre las opiniones que tiene la gente acerca de nosotros es cada vez menor. Coarta demasiado la creatividad. 

Hasta 2021, con 'V.E.H.N. (Viaje Épico Hacia la Nada)' no han sacado ningún disco. ¿Cómo se hace cuando ahora mismo el consumo es tan rápido, la música fugaz y cada viernes hay nuevos éxitos?

Pues llevamos siendo conscientes de que nos falta agilidad y que se debe a que somos una banda eminentemente de directo. Montamos giras largas, y eso hace que al final pierdas la perspectiva del tiempo. Lo compararía a viajar en una nave espacial a la velocidad de la luz. 

En ese disco se incluye la canción de 'Los irrompibles', y a raíz de ella les han preguntado bastante por la frase de “Hasta un idiota hoy en día es policía moral”, pero me gustaría preguntarle por la siguiente: “Murió Peter Pan viendo series en un sillón / ¿Murieron ya aquellos de tu generación?”. ¿Lo ha sentido así en algún momento?

Claro que sí. Consumimos mucho tiempo visionando de ficción, más que ninguna otra generación. Luego nos quejamos de que las cosas van mal, pero la verdad, y me incluyo en ese grupo, estamos anestesiados. Es una autocrítica esa frase. 

¿Habría algo que le hiciese pensar en renunciar a seguir formando parte del mundo de la música?

Sí, que lo nuevo que haga deje de resonar en mi interior. 

¿Es más complicado que funcione un matrimonio o una banda de música?

Un matrimonio es complicado, pero una banda son más personas, con más egos que gestionar. La ventaja que tiene es que no lidias contra la pasión carnal o la falta de ella [ríe]. Así pues, ambas cosas son complicadas. Cualquier relación ampliada en el tiempo lo es, pero también es muy gratificante vivir en un espacio de lealtad, en cualquier ámbito de la vida.

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