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Virólogas, inmunólogos o intensivistas: el año en el que la voz de los expertos acaparó la atención de los lectores

Margarita del Val, viróloga e inmunóloga, durante su paso por la UIMP.

Laro García

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No hay discusión posible acerca de cuál ha sido el tema informativo más importante del año. Quizá tampoco de la última década. O del presente siglo. Y es que ningún acontecimiento reciente ha cambiado el mundo de manera tan rápida y radical como lo hizo a lo largo de los últimos meses el virus SARS-CoV-2. No hay duda de que 2020 ha sido el año de la pandemia. También del confinamiento, la desescalada o las cuarentenas provocadas por el coronavirus. Todas ellas son palabras que hace un año no estaban en nuestro vocabulario y que ahora forman parte de las conversaciones diarias de la población.

Por eso, ante tanta incertidumbre, 2020 también fue el año en el que la voz de los expertos acaparó la atención de los lectores. Virólogas, inmunólogos, intensivistas, investigadores o diferentes especialistas en la gestión sanitaria y la salud pública como Margarita del Val, Marcos López Hoyos, Rafael Tejido, Paloma Navas o Juan Carlos Rodríguez Borregán se 'cuelan' entre los contenidos más leídos con titulares y análisis en profundidad de la situación que estamos viviendo. Todos estos profesionales han aportado durante este año su visión e interpretación de la realidad, han dado consejos y abordado una crisis sanitaria mundial desde su perspectiva y su campo de conocimiento para intentar desentrañar lo siguientes pasos de la pandemia de la COVID.

Mención especial en esta lista de 'notables' merece la experta viróloga Margarita del Val, líder del Grupo de Investigación de Inmunología Viral en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, que durante su paso por los Cursos de Verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) de Santander adelantó cómo sería el otoño y el peligroso alcance de la segunda ola del coronavirus. “Se van a tener que prohibir actividades de muy alto riesgo durante los años de la pandemia”, dijo. “Las grandes concentraciones en interiores se tendrán que evitar claramente porque tenemos que basarnos en la evidencia de lo que ha ocurrido”, subrayó durante una entrevista que se ha convertido en lo más leído del año en elDiario.es Cantabria con cerca de un millón de visitas.

También entre los tres contenidos más leídos de 2020 en nuestro periódico aparece como protagonista el presidente de la Sociedad Española de Inmunología, Marcos López de Hoyos, que hace tan solo unas semanas nos resumía en una frase cómo ve el futuro más próximo: “Vamos a estar todo el año 2021 vacunándonos y con mascarilla”, aseguró en una entrevista uno de los mayores expertos del país y jefe del Servicio de Inmunología del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, que cree que el próximo año habrá que mantener las medidas de protección contra la COVID hasta que el 70% de la población esté inmunizada.

Para el coordinador del Instituto de Investigación Sanitaria Valdecilla (IDIVAL), el objetivo a medio plazo es alcanzar esa 'inmunidad de rebaño', un proceso que acelerará la introducción de las vacunas que vayan desarrollándose. Ante las dudas de quienes teman vacunarse, él tiene dos respuestas, una corta y otra larga. La corta es que él será el primero en ponérsela en cuanto llegue; la larga es la evidencia científica de que no produce infección y de que, en todo caso, las molestias que pueda suponer una reacción, propia de toda vacuna, “no tienen punto de comparación con las que entraña poder contraer la COVID-19 y acabar en una unidad de cuidados intensivos”.

En el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla de Santander, que ha sido centro de atención en Cantabria por su asistencia a los enfermos del coronavirus y que es más que un referente sanitario para todo el país, hablamos con su director gerente, Rafael Tejido. Este médico internista, que pilota desde septiembre de 2019 la última trinchera en el ámbito de la salud que lleva décadas grabado a fuego en el imaginario colectivo de los cántabros y gestiona el 45% del presupuesto de todo el Servicio Cántabro de Salud, explicaba cómo cuando aún las noticias internacionales daban cuenta de manera esporádica de la proliferación de casos de una neumonía atípica en un extremo de Asia, Valdecilla empezó a prevenir por lo que pudiera avecinarse y ello posibilitó después asumir el impacto de la COVID-19 siempre con reserva de camas y materiales.

También advirtió de lo que estamos viviendo estos días: “Tenemos que concienciarnos de que pasaremos una Navidad con mascarilla y distancia social dentro de las casas”, ya que prevé hasta marzo una situación “muy complicada” en la gestión hospitalaria de la pandemia, aunque la cercanía de la vacuna permita ver “luz al final del túnel”.

Y si hay una voz autorizada en Cantabria para hablar de la pandemia, que se ha convertido en una de las protagonistas del año al poner cara a las recomendaciones y también a las restricciones que se han impuesto para contener el avance del virus, esa es Paloma Navas. La directora general de Salud Pública, que ha ejercido como docente y es especialista en Medicina Preventiva, reconocía en una de las entrevistas más leídas del año que “estamos ante una situación tan grave, que los esfuerzos que hagamos nunca cubrirán todas las necesidades que hay”. En aquellos primeros meses de encierro y confinamiento total, cuando todavía las pautas para combatir la enfermedad eran meras hipótesis, señalaba que hay un factor “peligroso” en hacer pruebas de coronavirus antes de tiempo: “Pueden dar negativo, que a los dos días desarrollen síntomas leves y le quiten importancia por haber dado negativo”, reflexionaba.

La encargada de coordinar todo el sistema de rastreo de contactos estrechos en Cantabria ponía además su atención sobre uno de los focos de contagio más peligrosos, los mayores puntos negros de la pandemia por su alta letalidad: las residencias de ancianos. “Estamos teniendo una situación que habrá que estudiar en todo el planeta cuando la pandemia pase. En el futuro tendremos que pensar cómo queremos reforzar la atención no sanitaria que reciben los mayores, y ya hay diferentes sectores que están demandando un cambio de modelo a raíz de esta pandemia. Pero no olvidemos que los residentes también son nuestros padres y abuelos, y es muy duro para todos lo que está pasando”, admitía en esa entrevista.

También ha generado gran interés entre la audiencia conocer de primera mano las experiencias de aquellos profesionales que estuvieron y siguen estando en la primera línea de batalla contra el virus en los centros sanitarios y hospitales de todo el país. Señalar los errores para poder aprender de ellos de cara al futuro es una buena práctica en cualquier ámbito, pero en este caso sirve además para reivindicar los fondos económicos y la atención que en muchos casos no ha sido suficiente para estar preparados ante una catástrofe como la que ha provocado la COVID. “No podemos minimizar lo que ha pasado: ha sido una crisis sanitaria muy grave en la que todos hemos sufrido mucho”, apuntaba Juan Carlos Rodríguez Borregán, jefe del Servicio de Medicina Intensiva del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla de Santander.

Por su trabajo, acostumbrado a tratar en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) a los pacientes más críticos, está preparado parar abordar situaciones complicadas, pero reconocía en pleno verano, cuando parecía que el coronavirus daba una tregua en toda España, que lo vivido en los últimos meses en el sistema sanitario desbordaba cualquier previsión. Insistía a su vez en que no solo ha sido una cuestión laboral, sino la implicación personal y el desgaste anímico lo que ha dejado tocados a muchos que han combatido con el virus en los hospitales. “El cansancio sale ahora. Ojalá el virus nos deje descansar. Los profesionales necesitan un poco de descanso, evadirse un poco, pensar en otras cosas y reponerse”, concluía poco antes de que la segunda ola golpeara de nuevo con todas sus fuerzas.

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