“Nos falta aprender a trasladarle al consumidor final del vino lo que nos está demandando”
Los cargos que ocupa Ángel Villafranca son numerosos y hace tan sólo unos meses ha sumado el de presidente del Grupo de Dialogo Civil de Vino de la Comisión Europea, del que hasta ahora era vicepresidente. Un total de 35 expertos integran este organismo donde están representados la industria, el comité vinos, las organizaciones agrarias y cooperativas (COPA-COGECA) los consumidores, organizaciones de jóvenes agricultores y gente de nueva incorporación.
A esta nueva responsabilidad se añade su actividad como presidente de Cooperativas Agro-alimentarias Castilla-La Mancha y de España y representante del sector de Vino. No exageramos si decimos que este almoradiense es una de las personas que más saben del vino y que más trabaja para sacar adelante las necesidades de este sector tan importante para la economía española y regional.
¿Cuál es la misión de este Grupo de Dialogo Civil de Vino de la Comisión Europea?
Los grupos de dialogo civil son, en los distintos sectores dentro de la DG Agri (Dirección General de Agricultura y Desarrollo Rural), los encargados de la interlocución con la Comisión. El Grupo es el que lleva toda la interlocución con la Comisión, despachamos con la DG AGri, con la unidad de vinos y cualquier reglamentación que se va a sacar la Comisión siempre nos lo consulta. Hay un mínimo de dos reuniones al año y puede haber hasta tres. El mandato es para dos años y normalmente hay alternancia entre la industria y la producción. Como presidente tienes labor de coordinación
¿Qué puede hacer Ángel Villafranca desde este lugar por el vino de la región?
Lo más importante es trasladar a la Comisión las necesidades que demandamos como vino de España. Es una faceta que siempre la hemos trasladado pero a través de otros representantes. Ahora tenemos línea directa con la comisión y con el Parlamento, en un momento donde se va a discutir la reforma de la PAC, el presupuesto; donde estamos inmersos en un debate sobre nuevo etiquetado, las presiones de algunos países contra la lucha contra el alcohol y meten al vino dentro de eses paquete. Ahora hay un interlocutor más directo y más cercano.
Es un momento complicado, con la negociación de la reforma de la PAC sobre la mesa. ¿Qué tiene que defender sector vitivinícola en esta negociación de la PAC?
Nuestra apuesta está clara, mantener la especificidad del viñedo, que no se confunda y que sigamos teniendo un programa específico. Aunque ya en la comunicación de la Comisión nos han dicho que va a hacer un recorte del 3,9% del presupuesto del programa de apoyo para el vino, creo que como sector, y así lo hemos trasladado al Ministerio y a Bruselas, estamos en contra de ese recorte. El programa de apoyo viene del primer pilar, de pago directo, y ya hicimos un sacrificio como sector del vino de España donde ya cedimos 140 millones de euros al pago único que hoy se ha difuminado entre todos los pagos únicos de España. Entendemos que el sector del vino no tiene que perder esa parte.
¿Qué se está proponiendo para el nuevo etiquetado del vino en Europa?
El vino como producto alimento está obligado a tener un etiquetado nutricional. Planteamos que en la etiqueta del vino haya un etiquetado más acorde a lo que es una etiqueta del vino. Nosotros, a través del COPA –COGECA, hemos planteado al ponente de Parlamento que está trabajando, una propuesta para que dentro de la OCM única aparezcan las calorías que lleva el vino mediante una ‘E’ de energía referenciado a 100 mililitros y todo lo que es ingrediente vaya en la página web de una bodega donde se pueda redirigir a través de un código.
Como sector de España, estamos trasladando una petición para que el vino que se obtienen a partir de la adición de azúcar figure como ingrediente de ese etiquetado. Sabemos que es una práctica tradicional en Europa pero nuestra obligación es informar al consumidor de que es vino no sólo está hecho de uvas sino también tiene añadido azúcar de otros cultivos.
Desde el Gobierno regional se ha venido trabajando en la integración cooperativas para mejorar la posición a la hora de comercializar el vino. ¿Cuál es el momento que la región vive en este tema?
Se han dado en los últimos años pasos muy importantes. Hay dos decretos que han hecho que el sector cooperativo se movilice en estos últimos años. Uno del Ministerio con las entidades de interés prioritario a nivel supra-autonómico y en la región las cooperativas prioritarias y las agrupaciones de productores. Hay un antes y un después. El camino es el adecuado, nuestra administración lo ha hecho bien en ese aspecto priorizando ayudas muy directas tanto a las cooperativas como industria como a los propios agricultores incentivando.
Tenemos que ser conscientes, en el sector vino y el aceite, que para llegar a los mercados hay que tener dimensión y tenemos que estar agrupados, no podemos continuar haciéndonos las competencias las cooperativas de la misma comarca e incluso el mismo pueblo a la hora de salir al mercado. Hay que unir fuerzas porque los intereses de nuestros agricultores es incrementar el valor de los productos y para eso la forma es coordinarse y trabajar en común.
¿Ha aprendido Castilla-La Mancha a vender su vino?
Hemos dado pasos importantes, tenemos la calidad, sabemos llegar a los mercados, que ahora mismo nuestro vinos puedo competir con los del cualquier región del mundo, pero nos falta aprender a trasladarle al consumidor final lo que nos está demandando. Nosotros somos una región muy grande con muchas posibilidades y con mucha producción pero al mismo tiempo eso nos limita a la hora de lo que hoy busca el consumidor: es un consumidor que busca innovar, nuevos vinos, nuevas variedades, nuevas denominaciones y ese es el trabajo que tenemos que buscar en nuestra región, abandonar la idea de gran volumen, que hay que comercializarlo y sacarle rentabilidad.
Pero, hay que trabajar una imagen de innovación, al mismo tiempo de elaboración artesanal y también la de otra forma de hacer, que transmita impresiones diferentes para incorporar a bebedores ocasionales, de una noche, de una fiesta, y que cada día buscan ese toque diferencial tanto, en el diseño de la botella como en el producto que hay dentro.