“Ni Caja Rural ni ningún veterinario va a consentir el estrés de ningún animal”
Luis Rodríguez es el veterinario que se ocupa de certificar el bienestar de los más de 70 animales que forman parte del Belen Viviente que Caja Rural de Castilla-La Mancha exhibe en el exterior de su sede central en Toledo durante las fiestas navideñas
El Belén es noticia este año porque ha sido criticado por varias organizaciones animalistas que, como AnimaNaturalis, creen que se trata de una “tradición infame” y un “posible maltrato animal” porque, consideran que los animales están sometidos “a estrés y maltrato psicológico de manera injustificada. Además, pasan semanas en condiciones inadecuadas para su bienestar, no les permiten una movilidad natural, están expuestos a ruidos extraños, luces y presencia de muchedumbre”. Otras asociaciones como Apadat Toledo recogen firmas contra esta actividad desde hace ya varios años.
El veterinario, que pertenece a una clínica toledana contratada por la entidad cooperativa, explica que “se cuida a los animales las 24 horas al día, desde que llegan hasta que se van”. En su opinión, y ante las críticas de las organizaciones que denuncian este tipo de exhibición, “los animales no sufren”.
Luis Rodríguez explica que tres semanas antes de la instalación del Belén, el equipo veterinario se desplaza a la granja KOKI, de la que proceden, “para elegir a los animales que están en mejores condiciones, con mejor plumaje, mejor pelaje y los elegimos por parejas para que no haya estrés por separación. Las crías vienen con su madre”.
También se estudia la superficie que tendrá cada 'corral' dentro del Belén Viviente que ocupa los exteriores de la sede central de Caja Rural Castilla-La Mancha. “De acuerdo a esa superficie calculamos el número de animales que deben venir para que estén en unas condiciones de bienestar ideal”.
Entre los cuidados diarios, se les administra pienso dos veces al día y se realiza limpieza cada día. “Tienen su heno y su paja sobrada durante el día y la noche. Cada corral dispone de una caseta con luces que generan calor, como las que se utilizan habitualmente en las granjas para aquellos animales que requieren una fuente extra de calor...Todos los detalles están muy controlados por los servicios veterinarios”.
Luis Rodríguez dice “no entender” a quienes afirman que, en estas condiciones, los animales “se estresan” y asegura que “cualquier persona que se asome al Belén podrá ver que los animales están muy tranquilos, no huyen del bullicio o de las miradas de niños y mayores. Están comiendo o tumbados, durmiendo...”. E insiste en que “ni Caja Rural ni ningún veterinario va a consentir que los animales puedan tener algún tipo de estrés”.
Sobre las críticas que desde Apadat Toledo se han vertido sobre la granja Koki, con sede en Val de Santo Domingo (Toledo) y proveedora de los animales, al asegurar que “cuenta con numerosas denuncias y expedientes sancionadores, incluso en 2007 gracias a las acciones de InfoZoos cerraron su apertura al público”, el veterinario sostiene que “cuenta con su código ganadero correspondiente, sus visitas por parte de los servicios veterinarios oficial de la comarca y si hubiera alguna incidencia debe hacer caso a los requerimientos de la autoridad veterinaria”.
Desde Caja Rural Castilla-La Mancha recuerdan que “se emite por parte de un técnico veterinario colegiado el correspondiente certificado de que los animales se encuentran en perfecto estado”.
Caja Rural asegura que también se dispone de un Código de Explotación de Núcleo Zoológico expedido por la Consejería de Agricultura y Medio Ambiente de la Junta que “certifica la viabilidad de instalar el Belén Viviente con animales”. Un código que incluye una revisión por parte de los técnicos de la propia Consejería. Además, señala la entidad, en los días previos a la instalación del Belén, se cursa la correspondiente comunicación oficial al Ayuntamiento de Toledo, con fechas concretas en las que va a permanecer abierto.
Un Belén con visitas guiadas que inculcan “principios responsables”
El Belén está abierto a las visitas guiadas de unos 45 minutos, en particular para los colegios y asociaciones, que realizan “monitores formados, profesionales” que pertenecen a la empresa Anticiclón. En la visita, señalan los organizadores, “se inculcan principios responsables en el trato hacia los animales, la flora, fauna y el medio ambiente”.
Además, explica también la entidad, cuenta desde hace unos años con un nuevo diseño en su estructura, está adaptado a las personas con discapacidad y ha incluido un pequeño huerto “para que los niños se familiaricen con la comida sana y ecológica”. Este año esperan superar las 110.000 visitas.
El Belén Viviente de la entidad se celebra desde hace 30 años, ocupa una superficie de 1.000 metros cuadrados y al Nacimiento de Jesús con figuras de gran tamaño le acompañan 70 animales entre aves, cerditos, ponis, burros y dos grandes dromedarios.
“Ninguno de los animales pasa frío, de hecho la mayoría de ellos ni siquiera usan las casetas. Hablamos de dromedarios que pueden soportar 50 grados de calor y 20 bajo cero por la noche, de ponis con un pelo impresionante que en la montaña soportan nieve, las aves con su plumaje tampoco...Realmente es que los animales viven a la intemperie, no en el salón de una casa”. Luis Rodríguez quiere zanjar la polémica asegurando que “lo importante es que estén bien alimentados porque con esas calorías afrontan los meses duros del invierno”.