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La bandera tricolor es la bandera de España, no la de una dinastía reinante que suplanta a la nación en sus símbolos externos. La de España como unión de ciudadanos, libres e iguales.
Es constitucional, pues representó a un estado constitucional y democrático, y por lo tanto representa valores constitucionales. No está vigente, la vigente es otra, pero representa valores democráticos, y por ello puede ondear orgullosa al lado de cualquier otra bandera constitucional.
No es la bandera de un partido, sino la de una ilusión compartida, la de una España democrática, de ciudadanos y ciudadanas, dueños de sus destinos, fraternos y solidarios, donde los seres humanos no sean esclavos ni del dinero, ni de la propiedad.
Como representación simbólica de la libertad y la ciudadanía y de un estado radicalmente democrático, la “Tricolor” puede ondear fraternalmente con las de los otros pueblos o naciones, pues su idea de ciudadanía es fraterna y no niega la identidad de los demás ni lo necesita para afirmarse.
Por ella dieron su vida cientos de miles de españoles de todos los credos e ideologías democráticas, pues sus colores amparan todos los sueños e ilusiones de fraternidad, a todos recoge, a todos abriga, incluso a aquellos que la niegan, pues esa es la grandeza de la idea republicana.
La “Tricolor” es la expresión de un anhelo de libertad, de igualdad y fraternidad que sigue vivo en nuestro pueblo, por eso es atacada, negada, ninguneada, frivolizada, y se sigue atacando la memoria de la Segunda República. Por todo esto, la defendemos y la portamos con orgullo.