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El Día Internacional de las Familias ha sido instituido por la Asamblea General de las Naciones Unidas desde 1994 y se conmemora cada año el día 15 de mayo, haciéndose eco de la importancia que la comunidad internacional otorga a la familia.
Este año la celebración se centra en resaltar el papel que juegan las familias y las políticas orientadas a las familias en el fomento de la educación y el bienestar de sus miembros, en particular, la educación infantil y la formación continua para niños y jóvenes.
Se trata de un día para destacar la importancia de los miembros de la familia que se dedican al cuidado de los otros -sean padres, abuelos o hermanos-
La celebración también tiene por objetivo fomentar el debate acerca de la importancia de “los conocimientos teóricos y prácticos necesarios para promover el desarrollo sostenible”, entre otras cosas mediante la educación para el desarrollo sostenible y la adopción de estilos de vida sostenibles. Sin dejar de inculcar “la importancia de los derechos humanos, de la igualdad entre los géneros, la promoción de una cultura de paz y no violencia, la valoración de la ciudadanía mundial y la diversidad cultural y de la contribución de la cultura al desarrollo sostenible”.
El Día Internacional de las Familias de las Naciones Unidas ha inspirado una serie de actos de sensibilización, que en el caso de Castilla-La Mancha se ha centrado en la II Jornada de Convivencia de las Familias Acogedoras de la región, celebrada en Cuenca el pasado 13 de mayo.
Este encuentro de familias ha sido escenario de la presentación de los soportes audiovisuales y gráficos de la nueva campaña de fomento del acogimiento familiar que desde el Gobierno de Castilla-La Mancha hemos iniciado, para aumentar el número de familias que colaboran con nuestros técnicos en el acogimiento familiar de menores tutelados.
Es evidente que desde la segunda mitad del siglo XX, las estructuras familiares han experimentado una profunda transformación: hoy encontramos hogares más pequeños, matrimonios y nacimientos más tardíos, aumento del número de divorcios y de familias monoparentales. La mujer, afortunadamente, se ha incorporado al mercado laboral y todos, en mayor o menor medida, hemos sufrido los efectos de llamada “globalización”.
Ante todos estos cambios sociales, algunas familias experimentan dificultades a la hora de cumplir con sus responsabilidades y les cuesta cada vez más ocuparse de los niños y de las personas mayores, así como de ayudar a que los niños aprendan el funcionamiento de la vida en sociedad.
El artículo 16 de la Declaración Universal de Derechos Humanos establece que «La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado». En Castilla-La Mancha lo sabemos y hemos querido adaptarnos a las necesidades de nuestro tiempo creando una Dirección General específica de Familias y Menores, desde la que hemos impulsado el Plan CUIDA, para la protección y apoyo a las familias de la región.
A través de las Aulas de Familia, de los programas de formación a las familias que lo necesitan, estamos impulsando una serie de acciones de fomento de la parentalidad positiva. Junto a ello, hemos puesto en marcha, por primera vez en nuestra tierra, a partir del Teléfono del Menor y de las Familias 116 111, un programa integral para la prevención, detección e intervención en situaciones de acoso a los menores de la familia, denominado #TuCuentas, en el que todos los miembros de la unidad familiar participan y dan solución a esos casos, siempre con el apoyo profesional.
Otro aspecto que estamos tratando de evitar es que la pobreza se transmita de generación en generación. Para ello contamos con una acción de formación específica con las familias más vulnerables, denominada “Aprender juntos, crecer en familia”. De forma paralela, las distintas modalidades de ayudas económicas que desde el Gobierno de Castilla-La Mancha hemos articulado, tanto de Emergencia Social como de Pobreza Energética, se han mostrado útiles para reducir la pobreza severa en nuestra región, al tender una mano a quienes peor lo están pasando.
Con el esfuerzo de todos, las familias seguirán siendo el “lugar común” de la educación y del bienestar de futuras generaciones.