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La Junta de Personal docente de la provincia de Cuenca denuncia la estafa que supone el Plan de Plurilingüismo del gobierno regional, tanto para el profesorado como el alumnado. Según el consejero de Educación iba a ser el Plan bilingüe más ambicioso del país, pero la realidad es que ni siquiera cuenta con una memoria económica. No se ha dotado de recursos ni se está invirtiendo en un adecuado plan de formación para el profesorado. Hasta febrero la Administración debía cinco meses de complemento al profesorado, momento en el que pagó tras las denuncias recibidas. El Plan estrella de Cospedal hace aguas.
Desde que el Gobierno regional anunció la puesta en marcha de este programa todas las organizaciones sindicales con representación en esta Junta de Personal criticamos su apresurada implantación, sin consensuar con el profesorado, que mayoritariamente mostró su rechazo. En medio de unos brutales recortes en la enseñanza pública, tras miles de despidos, la Administración anunció que en cinco años todos los centros de la región contarían con una sección bilingüe. Casi dos años después de dicho anuncio se pone de manifiesto que dicho programa es una estafa, y que las bondades del mismo no son tales.
En primer lugar, ni el profesorado ni el alumnado de la región estaba preparado para este programa. La propia Administración estimó en 6000 el número de profesores que necesitaba mientras que solo contaba con 2500 que tuviesen la titulación B2, requisito estipulado en CLM para impartir docencia en inglés. La Consejería reconocía que no podía exigir un nivel C1, como en otras regiones, porque no podría poner en marcha el programa (cuando es el nivel de inglés al que equivale la titulación del profesorado especialista). Se ha impuesto un programa sin analizar el funcionamiento de la enseñanza bilingüe implantada hasta ahora, es decir, sin pensar si éste es el mejor modelo para el aprendizaje de un idioma.
Es fundamental que se garantice la calidad de los estudios que se imparte, tanto del idioma como los contenidos de las diferentes materias (porque no es lo mismo que el profesorado imparta sus clases en su lengua materna que en una lengua aprendida a veces de forma precipitada y sin tener la soltura suficiente, o que el alumnado sea capaz de seguir los contenidos de la materia a través de otro idioma). Una clase de cualquier materia que pretenda impartirse en una lengua que los alumnos no dominan, se convertirá en una clase de idioma y traerá como consecuencia la no consecución de los objetivos y competencias en la correspondiente materia y etapa.
Además, se ha puesto en funcionamiento sin dar marcha atrás en medidas como el aumento de horas lectivas y subida de ratios (que perjudican muy especialmente la calidad de la enseñanza). No tiene sentido que las clases de idiomas tengan las ratios actuales y se pretenda ¨vender“ este proyecto de bilingüismo como la solución milagrosa para el aprendizaje de una lengua extranjera. 35 alumnos en clase de idiomas en secundaria, cuando una ratio baja es fundamental para la calidad en la enseñanza, más aún en idiomas.
Nos preocupa que no se está pensando en que la selección del alumnado, como se hace en secundaria, genera guetos y destruye la igualdad de oportunidades, que debe ser el principio básico en el sistema educativo. Comprobamos que con la implantación del programa, se dan situaciones de segregación del alumnado que no participa o no puede participar quedando relegado a otros centros o grupos, contribuyendo así a la clasificación de los centros en “centros de primera y los demás”.
Por otro lado contemplamos perplejos como la atropellada puesta en marcha del programa bilingüe se pone en evidencia cuando con las últimas normas de admisión del alumnado, se contradice la continuidad que se le presupone al programa. Para el curso 2015-2016, se están produciendo, adscripciones de centros de primaria con programa de excelencia lingüística –es decir, más de dos áreas/materias bilingües- a institutos de secundaria que ofertan un programa de iniciación lingüística –donde una sola materia es bilingüe. Sin olvidar que el alumnado de centros de primaria que no tienen programa bilingüe puede verse desplazado del instituto de al lado de su casa como consecuencia de la mala planificación de esta administración y condenarse a largas caminatas a un instituto que no han pedido.
Como ejemplo del malestar de las familias, algunos padres de alumnos de sexto curso del colegio Isaac Albéniz de Cuenca, han denunciado la situación que viven en el centro, ya que la Consejería de Educación no les «garantiza la continuidad en el programa lingüístico de cara al próximo curso». Denuncian «con impotencia, el engaño al que consideramos hemos sido sometidos», ya que en 2010 «apostamos por este nuevo colegio con un proyecto bilingüe de la Consejería de Educación y se nos aseguró que una vez terminado el ciclo de Primaria, se continuarían los estudios bilingües». Han denunciado también que desde los Servicios Periféricos de Educación en Cuenca, ni se reconoce el problema, ni aceptan las propuestas que les han planteado para garantizar la continuidad en el programa lingüístico de cara al próximo curso.
Otra de las estafas de este programa es la falta de formación para el profesorado. Es ridículo hablar de un plan de formación que en realidad son tres horas a la semana impartido por un profesorado que en muchos casos no son especialistas en inglés, sino de cualquier materia pero con un nivel B2 (cuando en secundaria el nivel del profesorado de inglés equivale a un nivel C1). ¿Es así como se va a conseguir un profesorado bilingüe, que imparta una materia íntegramente en inglés? En Castilla-La Mancha, ni siquiera en las Escuelas Oficiales de Idiomas se oferta el C1. ¿Qué debe hacer el profesorado? Pagarse la formación de su bolsillo, y examinarse en otras comunidades o en entidades privadas. Otra muestra más de que este programa dista mucho de ser el más ambicioso del país.
Gran parte del profesorado se está viendo forzado a ello, ya que de no tener el B2 puede resultar suprimido, desplazado, o simplemente limitarse sus posibilidades de movilidad voluntaria en el Concurso General de Traslados. Se crean plazas con perfil lingüístico mientras que hay profesorado sin asignar destino definitivo. Es decir, el profesorado se ve obligado a participar en este programa al temer que si no lo hace pierda su puesto de trabajo. Esto ocurre especialmente con el colectivo interino, el cual acusa este injusto programa por el cambio sobrevenido de los criterios en la adjudicación de las plazas, en función del nivel de la segunda lengua, en lugar de los criterios de igualdad, mérito y capacidad de los procesos selectivos en los que participaron previamente.