Cada vez menos jóvenes de la región se emancipan en solitario
Las altas tasas de paro juvenil en Castilla-La Mancha conllevan una serie de consecuencias directas en la forma en que los jóvenes pueden desarrollar después su vida de manera independiente. Un dato significativo de esta incidencia es el hecho de que cada vez menos jóvenes de la región han emprendido la emancipación residencial en solitario, según datos de 2014 recogidos en el último estudio del Observatorio de Emancipación perteneciente al Consejo de la Juventud de España (CJE).
En primer término, este informe detalla que la emancipación residencial entre la población joven de menos de 30 años de la región disminuyó durante todo el año pasado, de forma que el 21,3% de las personas de 16 a 29 años residen en un hogar independiente al de origen. Las posibilidades de transición a la vida adulta de la población joven de Castilla-La Mancha están “cercenadas” principalmente por su “frágil posicionamiento” en el mercado laboral.
Estas afirmaciones están directamente relacionadas con los últimos datos de desempleo juvenil reflejados en la Encuesta de Población Activa (EPA). Precisa así que la evolución anual de los datos de actividad y empleo muestran un incremento de la inactividad laboral entre la población joven de menos de 30 años y un descenso considerable de la ocupación. Otra consecuencia es que el nivel adquisitivo de las personas jóvenes asalariadas de la comunidad es inferior a la media de España y el nivel adquisitivo de un hogar joven es el más bajo registrado.
En el caso concreto del paso a la vida adulta, en el cuarto trimestre de 2014, Castilla-La Mancha presentó una tasa de emancipación del 21,3%, pareja a la media de España entre la población joven de menos de 30 años. Pero los procesos de emancipación se han retrasado con respecto a un año atrás y cada vez son menos las personas jóvenes que han emprendido la emancipación residencial en solitario. Los expertos añaden que la población joven de menos de 30 años de la región “se caracteriza por un nivel formativo inferior al de la media de España”: el 48,8% de las personas jóvenes de la comunidad tiene estudios secundarios obligatorios o inferiores.
Además, en todos estos factores influyen también los datos de movimientos migratorios en el año 2014, que muestran una pérdida de población joven en la comunidad entre el colectivo de 25 a 34 años. Concretamente, Castilla-La Mancha es la tercera comunidad que más población joven ha perdido como consecuencia de los flujos migratorios con otras regiones de España.
En 2014, fueron más los jóvenes de 16 a 34 años que emigraron hacia otras regiones de España, que los que decidieron establecerse en la comunidad autónoma. La evolución desde 2008 presenta una caída constante de la población joven de 16 a 29 años a consecuencia de los flujos migratorios con otras autonomías. La región “ha pasado de ser receptora de población joven en 2008 a tener una pérdida de población joven constante y cada vez más acentuada”, señala el estudio.
Por último, el Consejo de la Juventud aporta también el elemento de los salarios. Apunta que la población joven asalariada de Castilla-La Mancha tiene una menor capacidad adquisitiva que los jóvenes del conjunto de comunidades y los hogares jóvenes de la comunidad presentan el nivel adquisitivo más bajo de España, un hecho directamente relacionado con los niveles de riesgo de pobreza y exclusión social de la región.