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Crónica

La provincia que se votó a sí misma: “Al menos han puesto a Soria en el mapa”

El centro de Soria, este lunes.

Iñigo Aduriz

Soria —

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“El invierno ha vuelto” a Soria, decían sus vecinos este lunes, solo unas horas después de que la provincia más despoblada de España –8,6 habitantes por kilómetro cuadrado– diera una de las sorpresas de la jornada electoral del domingo en Castilla y León al votar de forma masiva a una plataforma ciudadana con dos décadas de historia, Soria ¡Ya!, ahora reconvertida en 'agrupación de electores'. La apoyaron el 42,6% de los ciudadanos que acudieron a las urnas en la provincia que cuenta con apenas 89.752 habitantes, menos que cualquier barrio de Madrid, y obtuvo tres procuradores en las Cortes.

En la capital, Soria, uno de cada dos electores (el 50,3%) votó a la organización que desde hace 21 años lucha contra los principales males de la llamada España Vaciada: la despoblación –prácticamente la mitad de las personas que nacen en el territorio se ven obligados a emigrar, según el Instituto Nacional de Estadística (INE)–, el envejecimiento ciudadano y la falta de oportunidades para los más jóvenes. 

Pese al éxito de la plataforma en una provincia que, por primera vez, se ha votado a sí misma –o al menos a una formación nacida y desarrollada en su propio territorio–, no se respira ningún clima de euforia por las calles de la ciudad, donde con apenas cuatro grados a media mañana sus ciudadanos pasean y hacen recados encogidos por el frío. Dicen estar acostumbrados a las bajas temperaturas que hay quien afirma que le afectan a su forma de ser.

“Tenemos un carácter un poquito frío, nos cuesta movilizarnos y, a pesar de todo eso, la respuesta con Soria ¡Ya! ha sido tremenda, principalmente porque no se han identificado políticamente con nadie”. Con esas palabras explica la transversalidad de la plataforma un trabajador del céntrico mercado municipal, muy tranquilo por ser lunes, que no quiere identificarse con su nombre. 

“Hay poca población y no se le apoya”

Resulta difícil encontrar a ciudadanos que quieran hablar públicamente sobre el resultado del domingo. “Aquí todos nos conocemos”, se excusan. Una excepción es la de José Antonio Lafuente, jefe de ventas en una empresa, que está en la cuarentena y que pasea por la Plaza de Ramón y Cajal de la capital soriana con dos bebés fuertemente abrigados en un cochecito doble.

Él explica el triunfo de Soria ¡Ya! en “el hartazgo de la ciudadanía” que ha hecho que durante décadas los vecinos hayan dado la confianza a PSOE y PP, que se han repartido los apenas cinco procuradores de la provincia en las Cortes de Castilla y León –con 81 representantes– y que, según él, “no han hecho absolutamente nada” por los sorianos. Ahora, Soria ¡Ya! ha logrado tres de esos representantes, el cuarto ha ido para el PP y el quinto, para el PSOE, el gran perjudicado por la nueva plataforma, que hasta ahora solía liderar el voto en este territorio.

“La gente joven se va y es una provincia muy desfavorecida por el olvido institucional de tanto tiempo, con unas infraestructuras muy empobrecidas y deplorables. Estamos en un sitio con poca población y no se le apoya. Así es difícil que la gente se quede. Aquí no se puede estudiar y, cuando alguien se va, ya no vuelve”, lamenta. Lafuente reconoce que “es complicado tener hijos” en Soria por esa diáspora creciente de la gente joven y también por los empleos precarios que, como en otros lugares del país, frenan a las parejas jóvenes a la hora de pensar en tener descendencia. 

La propia estructura de Soria ¡Ya! sirve de una especie de radiografía de la provincia. De las 30 personas implicadas activamente y de forma estrictamente voluntaria, seis viven fuera del territorio: cuatro en Madrid, uno en Sevilla y otro en Valencia. Todos compaginan sus trabajos –quienes los tienen– con el activismo por la provincia “quitando horas de casa”, según explica Enrique Muñoz, uno de los portavoces de la plataforma que es ingeniero de Montes y trabaja, precisamente, en la Junta de Castilla y León. Él atribuye el éxito de la plataforma a que “la gente está muy cansada de la política tradicional”. “¡Nosotros no somos tan buenos!” ironiza. 

Con la vista puesta en las generales

Muñoz habla tratando de mostrar la máxima humildad, sin alborozo, al igual que el cabeza de lista de Soria ¡Ya!, Ángel Ceña, entrevistado por elDiario.es, que protagoniza al mediodía una multitudinaria rueda de prensa en la que todos, periodistas locales y miembros de la plataforma, parecen conocerse desde hace tiempo. Allí, Ceña anunciaba la intención de la agrupación de concurrir también a próximas citas electorales, con la vista puesta en las generales previstas, en principio, para finales de 2023. También que está dispuesto a apoyar la investidura del popular Alfonso Fernández Mañueco, pese a los 35 años de gobiernos del PP que no han satisfecho las exigencias de muchos sorianos, a tenor del resultado electoral de este domingo.

Los problemas de Soria que llevan tratando de visibilizar desde esta agrupación de electores tienen que ver con “la dejadez de las instituciones” que, según ellos, ha llevado a la provincia al liderazgo de la España Vaciada. En la plaza Ramón Benito Aceña, María, una educadora navarra de 27 años que vive en Soria, explica algunas de esas carencias. “Yo vengo de Tudela y ahí tenemos autopistas a Zaragoza, Logroño o Pamplona y en tren nos plantamos en Málaga en cuatro horas. Sin embargo, no hay nada de eso en Soria, una provincia que yo creo que está muy capacitada y muy bien situada en la península”, señala. “La gente no se puede mover, no hay horarios de autobús y los que quedan los están quitando con la excusa de la COVID. Es una pena”, recalca, mientras uno de sus dos hijos pequeños la escucha con atención. 

Las conexiones de la capital soriana con el resto del país son mejorables. La única autovía que llega a la ciudad es la A-15, que enlaza con la A-2 y que conecta así a Soria con Madrid y Barcelona. Se inauguró hace apenas siete años. No hay conexión por autopista con Tudela, Aranda de Duero (Burgos) o Miranda de Ebro (Burgos) pese a la cercanía, unos 100 kilómetros, lo que permitiría a Soria convertirse en una ubicación estratégica de la península para conectar el norte con el centro y el sur.

Otro ejemplo de las carencias en infraestructuras lo representa la estación de ferrocarril, con una enorme playa de vías que recuerda la importancia ya perdida de antaño. De todas esas vías solo se utiliza una para los apenas dos trenes diarios que salen hacia Madrid. Al mediodía las taquillas están vacías, no se ve a ni un solo trabajador y la estación está desierta y visiblemente descuidada. 

“La ciudadanía se ha volcado, pero ahora a ver qué pasa”

De nuevo en el centro de Soria, Óscar, profesor de unos 50 años, relata que “la falta de infraestructuras hace que no lleguen nuevas empresas” a la provincia y eso “influye directamente en el envejecimiento de la población”. “Los jóvenes tienen que salir fuera y luego no pueden volver”, agrega. Con la irrupción de Soria ¡Ya! cree que “seguramente se escuchará un poco más” a los sorianos y sus reivindicaciones. “Al menos se ha puesto a Soria en el mapa”, destaca, justo enfrente de la imponente fachada de la diputación provincial, de la que cuelga un cartel con otra de las reivindicaciones del territorio: una fiscalidad diferenciada. 

A las puertas del colegio La Arboleda, también en la zona antigua de la capital provincial, Amalia, jubilada que ha ido a recoger a sus nietos, reconoce el trabajo de Soria ¡Ya! como el de “una plataforma ciudadana que lleva años peleando con el apoyo de la ciudadanía de todos los colores, que han ido hasta a manifestaciones a Madrid”.

“La ciudadanía se ha volcado, pero ahora a ver qué pasa”, se pregunta. La esperanza por la irrupción de la plataforma, muy conocida y valorada en la provincia, se combina con una suerte de escepticismo y resignación. “Es la novedad y nada más. Soria no tiene ningún peso en Las Cortes y no lo va a tener ahora”, explica, más pesimista, Antonio, otro señor jubilado, en la calle Mayor de la ciudad, muy cerca de la sede de la plataforma ganadora en la provincia en las elecciones del domingo.

El análisis que hace Amalia, que antes de jubilarse fue técnico de la construcción y que insiste en que es de Burgos, aunque se ha desplazado a Soria, donde vive su familia, es que muchas de las carencias que padece Soria se deben a que “el campo se ha despoblado, pero no es algo de hoy”. “En plena Tierra de Campos, en Palencia, en poblaciones importantes te encuentras a una sola persona a las cuatro de la tarde”, lamenta. “Los tiempos han cambiado, no se puede estar subvencionando el campo siempre. El sistema ha cambiado con mucha tecnología y es imposible tener todos los servicios en todos los municipios. Todo ha basculado hacia las ciudades”. 

El temor a Vox

Entre la mayoría de los consultados se percibe la sorpresa y el temor por la fuerte irrupción de Vox en las elecciones del domingo, y su papel decisivo para la gobernabilidad de la comunidad como posible socio de la primera fuerza, el PP de Alfonso Fernández Mañueco. “Han entregado a la extremísima derecha el Gobierno de Castilla (sic). Tengo Muchísimo miedo”, verbaliza Amalia. 

Lo que más preocupa ahora a los sorianos consultados es que el interés estatal que ha despertado el contundente triunfo de Soria ¡Ya! se diluya en los próximos días como un azucarillo. “No me extrañaría que se volvieran a olvidar de nosotros. Es lo que siempre ha pasado”, lamenta, resignado, José Antonio Lafuente. Las calles estrechas llenas de palacios señoriales del centro de Soria se vacían a la hora de comer. Arrecia un viento frío y húmedo, y está a punto de llover. “Eso sí que no nos lo quitamos”, ironiza un grupo de señoras en una terraza de la Plaza Mayor. 

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