Rectificación de la Sociedad Española de Anestesiología, Reanimación y Terapéutica del Dolor (SEDAR)
- Réplica en ejercicio del derecho a rectificación sobre la información publicada el 10 de noviembre de 2020 en la edición regional de Castilla y León de eldiario.es con el título ‘El Hospital Río Hortega de Valladolid empieza a suspender operaciones porque los quirófanos ya hacen de UCI para enfermos COVID’.
1.- No existen unidades de primera y de segunda. Las unidades de reanimación (REA) son unidades de cuidados intensivos y anestesia que están a cargo de médicos anestesiólogos, cuya formación es adecuada y tienen las competencias necesarias para tratar a los pacientes críticos. Como se hace de forma habitual y como ya se hizo durante la primera ola de la pandemia, las unidades de reanimación tratan pacientes críticos, habitualmente quirúrgicos pero también médicos, con las mismas garantías de calidad y supervivencia que en cualquier otra unidad de cuidados intensivos llevadas por intensivistas primarios. No existen diferencias en cuanto a la morbimortalidad de los pacientes que han sido atendidos en una u otra unidad de cuidados intensivos a cargo de anestesiólogos o intensivistas. Es un flaco favor que se le hace a la población alarmándola, diciéndole que si una persona entra en una unidad de reanimación va a tener una asistencia de peor calidad que si lo hace en la unidad de intensivos. Es totalmente falso.
2.- Respecto al Hospital Clínico Universitario dice que en la unidad de cuidados intensivos tiene 8 médicos y tratan a 20 pacientes y que la unidad de reanimación tiene 47 médicos. Eso tampoco es cierto. Las unidades de REA pertenecen al Servicio de Anestesiología y es el servicio el que tiene 47 médicos para tratar no sólo a los pacientes que ingresan en unidades de reanimación, sino también a aquellos que son intervenidos, consultas, trasplantes y unidad del dolor. Supone una tergiversación la afirmación d qu los intensivistas son pocos y están desbordados y cuando no están ellos la atención es de peor calidad y se da por médicos no formados: eso es absolutamente falso.
Creemos que en esta situación excepcional hay que sumar esfuerzos y capacidades para salir adelante y no promover conflictos entre profesionales que solo impiden trabajar adecuadamente y, en este caso alarmar de forma estéril a una población ya de por sí suficientemente alarmada.
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