La cifra de alumnos con necesidades educativas especiales escolarizados en centros ordinarios en Cataluña cayó el pasado curso por primera vez en cuatro años, pasando de los 12.031 estudiantes matriculados en 2011 a los 11.657 en 2012, un 3,1% menos. Lo ha revelado este viernes a través de un comunicado el Síndic de Greuges, Rafael Ribó, a la luz de una investigación de oficio sobre la educación inclusiva en Cataluña, iniciada después de recibir numerosas quejas por la falta de oportunidades del alumnado con algún tipo de discapacidad.
“Las medidas de austeridad también han comportado reducciones de las horas del personal cuidador asignado a muchos centros públicos”, ha dicho el Síndic, que también ha alertado de una falta de criterios claros en materia de educación inclusiva, lo que fomenta las desigualdades, según lamenta. Durante su actuación, ha constatado que la educación inclusiva que prevé la Ley de Educación de Cataluña (LEC) se ha visto “erosionada” los últimos años debido al impacto de los recortes presupuestarios.
Además de los problemas que se encuentran los alumnos con necesidades especiales en la escuela ordinaria, también ha observado “enormes dificultades” para que los bebés de hasta tres años que sufren algún tipo de discapacidad severa puedan ser atendidos en una guardería pública.
Por esta razón, ha recomendado a la consejeria de Enseñanza de la Generalitat que incremente la asignación de personal de apoyo a estudiantes con discapacidad, una figura conocida como el velador y que garantiza la inclusión de los menores. La recomendación es fruto de la detección de “déficits” de cuidadores en los centros durante el horario lectivo, que se perpetúan en las actividades complementarias y extraescolares.