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Un independentismo con signos de desgaste pide a ERC y Junts en la Diada no conformarse con la amnistía

Manifestación independentista por la Diada del 11 de septiembre en Barcelona.

Pol Pareja / Arturo Puente

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El soberanismo de base sigue en pie, pero cada vez más cansado. Decenas de miles de independentistas se han manifestado este lunes en Barcelona para celebrar la Diada, en una concentración que ha mostrado algunos signos de desgaste de la movilización independentista tras más de una década de reivindicaciones masivas.

A la manifestación han acudido 115.000 personas, según la Guardia Urbana de la capital catalana. Con la excepción de las movilizaciones convocadas durante la pandemia, la Diada de este año ha sido una de las que ha congregado a menos manifestantes, casi 35.000 menos que el año pasado. Según la ANC, han sido 800.000 los concentrados.

Los signos de desgaste del secesionismo se han apreciado tanto en la menor asistencia a la manifestación como en los discursos al final del acto, en los que la mayoría de representantes han centrado sus mensajes en pedir unidad al movimiento para luchar contra la “frustración”.

Los dos grandes partidos independentistas se hallan en plenas negociaciones con el PSOE y Sumar para apoyar una posible investidura de Pedro Sánchez. Ese ha sido el telón de fondo de unas marchas en las que se han subrayado diversas reivindicaciones históricas del independentismo: la lengua, las causas judiciales, el déficit en infraestructuras y la falta de recursos económicos.

Con unas negociaciones en marcha, el mensaje transversal de los convocantes ha sido la petición de que ERC y Junts no se conformen con la amnistía, que la mayoría ya ven hecha, y presionen para conseguir también un referéndum de autodeterminación. “Nada se ha acabado ni se acabará hasta que logremos la independencia”, ha insistido la presidenta de la ANC, Dolors Feliu.

Se percibía entre algunos manifestantes cierta sensación de hastío tras más de 10 años manifestándose sin apreciar ningún avance en la autodeterminación. Guillem, Roger y Rubén, llegados de Olesa de Montserrat, explicaban que algunos independentistas están “disgustados” con los representantes políticos. “Son muchos años y a veces ves que en lugar de ir hacia nuestro objetivo vamos hacia atrás”, decía uno de ellos. Algunos de los manifestantes también pedían la dimisión del Govern o reivindicaban la votación del 1 de octubre de 2017.

Unas bases cansadas pero firmes

El azul oscuro de las camisetas de la ANC ha ido llenando desde la mañana las inmediaciones de plaza España, donde han confluido las distintas columnas de la manifestación. Pese a que la afluencia era notable desde el mediodía, el tránsito de coches ha continuado abierto hasta prácticamente el inicio de las marchas, por lo que las aglomeraciones se han concentrado cerca del escenario, en el arranque de la avenida María Cristina.

Los bares de la zona se han ido vaciando y las calles llenándose a menos de una hora del inicio del acto. En algunos puntos han sido los propios manifestantes los que han tenido que cortar el tráfico, sin que la Guàrdia Urbana interviniera. La organización se ha quejado de que la policía local ha incumplido lo pactado porque no estaban cerradas al tráfico varias zonas desde las 15h. Además, han agradecido que los manifestantes hayan tomado la iniciativa de cerrar el paso en plaza España.

La manifestación llevaba el lema 'Via Fora' [Vía Fuera] y ha contado con cuatro columnas de manifestantes salidas de cuatro puntos diferentes de la capital catalana -Ciudad de la Justicia, Escuela Proa, Estación de Sants y Hacienda- que han convergido en la plaza de España. Cada una de las columnas representaba “los valores fundamentales que conformarán la República Catalana: Libertad, Lengua, País y Soberanía”, según la organización.

Como es habitual, a la concentración han acudido independentistas de todas las edades. Desde jubilados hasta adolescentes con sus familias, que se han acercado a Barcelona para celebrar la Diada y pasar la jornada. Este año, sin embargo, se veía a más gente mayor que en convocatorias anteriores.

Assumpció, Pepa, Rosa y Natàlia han llegado desde Lleida en uno de los autobuses que ha fletado la ANC. “Pensaba que habría más gente”, admitía una de ellas, si bien matizaba que aún era temprano para medir la asistencia a la concentración. 

La mayoría de los manifestantes consultados eran partidarios de aprobar una amnistía, pero todos coincidían en que solo debería ser una antesala de la solución definitiva que todos los concentrados quieren: un referéndum de autodeterminación. Heura, de 11 años, había acudido con sus padres y su hermano desde Mollet del Vallès. “Hay que luchar por un referéndum”, explicaba su madre Susana. “Los catalanes tenemos que decidir si queremos la independencia o no”, añadía.

La presencia en la manifestación de Pere Aragonès, que se ausentó el año pasado, también era uno de los temas de debate entre los concentrados. Algunos estaban a favor de su presencia, mientras que otros la censuraban. “Creo que ERC nos ha engañado”, decía una de las manifestantes llegadas desde Lleida. “Están más por la autonomía que por la independencia”, remachaba.

Aragonès ha participado en la manifestación junto a varios consellers y cargos de ERC sin apenas incidentes. Solo al final, justo antes de llegar a plaza España, ha sido abucheado por un grupo de manifestantes que le han gritado “Puigdemont, president”. El líder del Govern ha abandonado la concentración sin esperar a los discursos finales de la convocatoria.

Las entidades reivindican la “unidad” y la ANC pide declarar la independencia

El común denominador de los discursos al acabar la manifestación ha sido la petición de unidad, un aspecto en el que han coincidido tanto Lluís Llach, presidente del llamado Consell per la República, como Xavier Antich, presidente de Òmnium y Jordi Gaseni, presidente de la Associación de Municipios para la Independencia (AMI). “Tenemos que estar todos juntos, no hay otra manera”, ha insistido Llach.

El discurso más duro lo ha pronunciado la presidenta de la ANC, que ha reprochado a los partidos independentistas que no hayan declarado la secesión en el Parlament. “Los partidos se comprometieron a culminar la independencia durante esta legislatura”, ha espetado, “ha llegado el momento de cumplir con la palabra”.

Feliu ha vuelto a amenazar con formar una “lista cívica” de cara a las próximas elecciones autonómicas y ha criticado las negociaciones de Junts y ERC para investir a Pedro Sánchez si no contemplan el reconocimiento de la votación del 1 de octubre. “Cualquier objeto de negociación que no sea la independencia hace un blanqueo del Estado español ante Europa”, ha asegurado. “Cualquier pacto en Madrid solo sirve si tiene efectos directos para lograr la independencia”.

La líder de la ANC ha pedido a los políticos independentistas que “den paso a otra gente” si no se ven con valor para culminar la independencia y ha sido la única que no ha reivindicado la unión. “La unidad ya existe: está aquí y somos nosotros”, ha espetado.

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