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El CIE de Barcelona no proporciona la atención médica necesaria a sus internos con problemas de salud mental

Entrada al CIE de la Zona Franca de Barcelona

Sònia Calvó

Un estudio alerta de que en el CIE de Barcelona los internos con problemas de salud mental no reciben la atención que deberían por ley. Cuando un migrante entra en un Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE), el servicio médico debe hacerle un reconocimiento, así como un informe de lesiones. El objetivo de este procedimiento es poder identificar a personas enfermas, física o mentalmente, y ver qué tratamiento necesitan o si es preferible que sean trasladadas a un hospital.

Sin embargo, según la Fundación Migra Studium, entidad que visita con regularidad el CIE de la Zona Franca de Barcelona, durante los dos últimos años han encontrado internos con trastornos psíquicos junto a otros que no tienen, una situación que va en contra de la normativa vigente. El Gobierno español ha reconocido este mismo miércoles que no está cumpliendo con el reglamento en este sentido en los CIE de Algeciras y Tarifa, pero a ello habría que sumarle, según Migra Studium, el de la capital catalana. Lo que establece la normativa es la “separación del resto de los internados” de extranjeros que presenten enfermedad física o psíquica.

Además, tal como apunta el informe, la situación de estos enfermos es la causa, a veces, de “graves distorsiones en la convivencia” con el resto de internos, con la policía y con el personal del CIE. Cuando se dan estos conflictos, la entidad denuncia que no se tiene “suficientemente en cuenta” el estado de salud de las personas, ni en la solicitud policial del internamiento ni en la autorización judicial. Por lo que aseguran que hay “graves deficiencias” en la atención médica de las personas con problemas de salud mental dentro del CIE.

En las visitas de la entidad al CIE también han encontrado casos de personas con VIH y enfermedades crónicas. A finales de marzo se dieron a conocer dos casos de tuberculosis, una enfermedad muy contagiosa, en el CIE de Barcelona.

El Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, así como el Relator Especial sobre Derechos Humanos de los Migrantes, avisan que la privación de libertad es perjudicial para las personas con algún tipo de discapacidad física o psíquica. Además, devolverlas a su país de origen interrumpe el tratamiento y el seguimiento que se está haciendo a estas personas. El Síndic de Greuges, el Defensor del Pueblo catalán, considera que el CIE “no garantiza la atención psiquiátrica que requiere el interno”, en referencia a Hoecein, un joven que presentó “ideas suicidas” y que estuvo en tratamiento psiquiátrico en el hospital de Sant Boi.

A día de hoy, se desconoce qué porcentaje suponen los internos con problemas de salud mental dentro de los que duermen a diario en estos centros. En 2016 pasaron 640 personas por el de Barcelona.

Falta de acceso continuado a la atención médica

Otra de las denuncias de Migra Studium es que la atención médica en los CIE está lejos de ser 24 horas al día, algo que estipula el reglamento de estos centros. Deberían estar preparados para una “atención permanente y de urgencia” en el ámbito médico y también farmacológico, pero, en cambio, desde la plataforma Tanquem els CIE aseguran que es únicamente por las mañanas, de 9 h a 15 h, de lunes a viernes.

La no existencia de atención sanitaria fuera de los horarios previstos, el poco tiempo de atención, desconocimiento para la solicitud de visado... Son algunas de las quejas que han transmitido los internos a la fundación y que plasman en el informe. No obstante, en general, y según Migra Studium, los internos valoran como “correcta” la atención recibida.

Sí se quejan de la falta de ropa, calzado y productos de higiene personal. La queja más generalizada y reiterada es en relación a la alimentación, ya sea por repetición de pastas y fritos o por la ausencia de menús adaptados a celíacos, diabéticos o hipertensos. La entidad asegura que muchos internos dicen haber perdido peso debido a la mala alimentación del centro.

Dificultades en el acceso al parte de lesiones

Las últimas protestas en el CIE de Barcelona tuvieron lugar en los meses de octubre y noviembre del año pasado. Des de Tanquem els CIE se pidió una investigación sobre posibles agresiones a internos tras el motín. Dos internos consultados por la plataforma denunciaron agresiones durante el traslado a su celda tras el intento de fuga. De las cerca de 40 personas que participaron en las protestas, 35 estaban siendo visitadas por Migra Studium y, aseguran, que únicamente en un caso pudieron acceder al informe de lesiones. Aunque según establece el reglamento del CIE se debe redactar un informe de lesiones de cada interno, tanto en el momento de ingreso como de salida, los internos relatan dificultades para acceder a su propio parte de lesiones.

267 de las 290 agresiones sufridas por los internos en los Centros de Internamiento de Extranjeros de todo el Estado tuvieron lugar en el de Barcelona, según datos del Gobierno. No obstante, estas cifras no distinguen entre internos que han resultado heridos “como consecuencia de la agresión de otro interno” o por “lesiones causadas en los enfrentamientos con la Policía Nacional”.

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