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Uno de cada 6 recurrentes de TMB contra Transparència tiene familiares trabajando en la empresa

Indicador conjunto de TMB y Rodalies

Arturo Puente

Los Bernal son una familia muy conocida en TMB. El patriarca, Francisco Bernal, fue trabajador de la empresa y líder del sindicato SIT durante décadas, hasta su jubilación. Ahora en TMB trabajan sus tres hijos, además de la esposa de uno de ellos. En total, cuatro personas de esta familia trabajan actualmente en la empresa de capital público, cinco han trabajado. Este no es ni mucho menos un caso aislado, sino que forma parte del ADN de una empresa cimentada en base a relaciones personales y poder político.

De los 163 trabajadores que han llevado al TSJC la resolución de la Comisión de Garantía de Acceso a la Información Pública, este medio ha podido contrastar que al menos 27 tienen familiares directos trabajando en la empresa. Hermanos o hijos, en la gran mayoría, pero también cuñados o cónyuges nutren una lista que explica en buena medida la batalla legal que este grupo de personas, en su mayoría directivos y cargos en la jerarquía empresarial, están llevando a cabo en contra de la transparencia en la empresa. 

El hermano mayor de los Bernal, Francisco, es uno de estos 163 nombres. En su ficha figura que es responsable de explotación en Autobuses, y que entró a trabajar en el año 1988, con 22 años. Su hermana entró después como técnica en el Metro, en 1995, con 21 años, y el tercero no lo hizo hasta el año 2005, tres meses antes de que lo hiciera su pareja.

También recurrió contra la agencia de Transparència el responsable de unidad de la red de Metro, Emilio Ciércoles García, cuyo hermano fue hasta hace poco miembro del comité de empresa por la CGT. La esposa del sindicalista también es trabajadora del metro, y la hermana de esta. En total otros cuatro miembros de la misma familia, pero el caso de los Ciércoles, por haberse incorporado los cuatro antes de 1981, es más un ejemplo de una forma de hacer las cosas, conforme al reglamento de la empresa, que un caso de nepotismo.

Una costumbre arraigada

En TMB, empresa antiguamente conocida como “Transportes”, hasta el año 1981 la provisión de puestos de trabajo se hacía tirando de familiares de los ya empleados. Los códigos de la empresa así lo preveían, y respondía a una costumbre muy arraigada en la España franquista. Este es el origen de una manera de hacer que 35 años después todavía no se ha eliminado y que da como resultado una composición de plantilla basada en buena medida en el enchufismo.

Para muestra, el botón que ha salido a la luz con los 163 nombres de recurrentes contra Transparència. Entre ellos se encuentra el director de Ingeniería y Taller de Telecomunicaciones, Josep Maria Armengol Villa, cuyo hermano, Ignasi, fue director general de Bus hasta que Xavier Trias lo convirtió en el director general de Barcelona Serveis Municipals, otra empresa pública municipal.

Así hasta 27 personas en total, de las 163 que firmaron el recurso contencioso-administrativo presentado ante el TSJC, que suman más de una treintena de familiares directos trabajando en la empresa cuyas relaciones este medio ha podido contrastar por vía doble.

Expedientes e investigación por enchufismo

Las acusaciones contra directivos de TMB por enchufar a familiares y contratación irregular han sido recurrentes en los últimos años. En noviembre del año pasado una inspección de Trabajo abrió un expediente contra la empresa por haber contratado a dedo a familiares de varios sindicalistas de UGT y SIT, sindicatos con los que la empresa había pactado un preacuerdo de convenio colectivo. 

CGT llevó el caso a los juzgados y la Audiencia de Barcelona abrió una investigación sobre el caso en marzo pasado, imputando a la responsable de selección de personal de tráfico de influencias.

Catalunya Plural hubiera preferido realizar esta investigación sobre las relaciones de nepotismo en TMB con el conjunto de los nombres de la plantilla, información que se reclamó en febrero, y no solo con los recurrentes. Pero la reiterada negativa de la empresa a facilitar estos datos, en primera instancia, y la desobediencia de la dirección de la empresa a la resolución que le obliga a facilitar los nombre del personal fuera de convenio, en segunda, han imposibilitado que este medio haya podido realizar el trabajo periodístico en las condiciones deseadas.

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