“I believe that clear thinking and clear statement, accuracy and fairness are fundamental to good journalism”.
Walter Williams, 1914.
Degà de la primera escola universitària de periodisme a Columbia Missouri (EUA)
El periodismo deportivo 'con camiseta’, entusiasta y partidario, que sorprendió al argentino Gerardo Martino durante su temporada como entrenador del Barça, no es novedad en la información política.
Camiseta real -como la de Asamblea Nacional Catalana que lució un conocido comentarista y tertuliano en TV3 el día 11 de septiembre de 2014-, camisetas figuradas pero no menos visibles, las que llevan numerosos periodistas e incluso medios. Se ha vuelto a una politización partidaria del periodismo del todo comparable a la de los años 1930, con la diferencia que no acaba de ser periodismo de partido.
Los dos principales diarios en catalán son paladines militantes del proceso soberanista y del independentismo. La definición política es más variable y menos definida en los otros dos diarios de Barcelona, ahora bilingües y los de mayor difusión. La radio y la televisión pública catalanas han sido agentes activos de las movilizaciones. Los principales medios españoles también ya se habían volcado antes, con geometría variable, en esta nueva vocación de influencia e intervención política.
El periodismo de partido había quedado atrás en toda Europa después de la Segunda Guerra Mundial, con la excepción de la gran cadena oficial española de la prensa del Movimiento, el único partido aceptado y presidido por Franco.
La prensa nueva y renovada de la Transición se dirigió a segmentos amplios de público, conservadores o progresistas, en línea con los grandes periódicos internacionales, pero pronto se marcaron ciertos alineamientos, acentuados con las grandes batallas del final del felipismo y el ascenso del aznarismo.
El reforzamiento de las posiciones políticas ha coincidido con la entrada en crisis del sistema político de la Transición, pero también con el descenso de difusión de la prensa diaria. Para un diario pequeño, la opción partidaria puede ser interesante para fidelizar a un público. Para un diario de gran difusión -cada vez más relativa-, es cuestión de más equilibrios.
Hay un efecto colateral bastante visible: el peso ganado por los espacios, los articulistas y la contundencia de la opinión. Puede haber un segundo efecto colateral: una eventual reducción de la mirada informativa, demasiado centrada en los objetivos políticos a defender.
Sobre este blog
“I believe that clear thinking and clear statement, accuracy and fairness are fundamental to good journalism”.
Walter Williams, 1914.
Degà de la primera escola universitària de periodisme a Columbia Missouri (EUA)