El curso arrancará en Catalunya con 815 maestros más después de cuatro años
Las escuelas e institutos públicos catalanes incorporarán nuevos maestros después de cuatro cursos con la plantilla docente congelada o recortada. En total serán 815 maestros -en calidad de interinos- los que se añadirán a partir del curso 2014-2015 al grueso de docentes del sistema educativo público, que pasarán de 63.962 el curso pasado a 64.777 en el actual. “Es una mejora sustancial”, aseguró la consejera de Enseñanza, Irene Rigau. A la vez, sin embargo, aumenta también el número de estudiantes: habrá 12.000 alumnos más que el año pasado en el conjunto de la población escolar (en total, 1.552.058), que incluye las enseñanzas de régimen general, desde infantil hasta bachillerato y FP, y los de régimen especial y de adultos.
“Es un cambio de tendencia, empezamos a subir lentamente y con prudencia”, ha asegurado Rigau sobre la entrada al sistema de los nuevos docentes. El último año en que se contrataron maestros fue en 2010 (se llegó a 67.054), y desde entonces los centros educativos han tenido que hacer frente al inicio de curso con los mismos profesores -o menos- y decenas de miles de alumnos más. Desde el recorte de 3.000 docentes en septiembre de 2012, la plantilla se había mantenido hasta ahora en 63.962 dotaciones de personal. Todo ello teniendo en cuenta un aumento progresivo de unos 40.000 alumnos más desde entonces.
El aumento de la plantilla coincide este inicio de curso con la aplicación en la práctica del decreto de provisión de plazas, la medida aprobada la pasada primavera por la Generalitat que abría la puerta a los directores a elegir perfiles concretos de profesores para su centro, como podrían ser el dominio de lenguas extranjeras o nuevas tecnologías. De 22.000 nombramientos que se han ejecutado este curso, 16.906 ya han sido designaciones asignadas por los directores de centros. Según los datos del departamento, hasta 6.151 de estos docentes han podido continuar ejerciendo en el mismo centro que el año pasado –casi el doble que el curso anterior–, un nivel de permanencia que, según Rigau, debería “disipar los temores” de sindicatos e interinos, que denunciaban que el sistema abría la puerta a arbitrariedades y favoritismos por parte de la dirección.
Más becas comedor
En la línea de demostrar gestos de recuperación después de años de recortes y estancamiento de algunas partidas, Rigau ha querido destacar un aumento en la previsión de beneficiarios de las becas comedor. Hasta 69.000 alumnos se prevé que la reciban (67.364 el curso pasado), un incremento que supondrá pasar 40,2 a 42,8 millones de partida. Pero lo que se notará sobre todo es un aumento en las ayudas que cubren el 100% del precio del servicio -que ronda los 6 euros diarios-. Serán 9.500 los que tengan acceso a ellas, 2.850 más que el curso pasado.
Las familias vienen denunciando desde hace algunos cursos la falta de ayudas suficientes para todas las solicitudes de becas. También se quejaban de que las familias en alguna casos, en función del Consejo Comarcal que lo gestionara, no recibían la notificación de que se les había aceptado la ayuda hasta bien entrado el curso. Aquellos meses de incertidumbre alejaban las familias más necesitadas del comedor -por miedo a no terminar recibiendo la compensación-, pero esta vez, con la unificación reciente de criterios, la Generalitat se ha comprometido a completar la totalidad de las notificaciones el 15 de septiembre.
La LOMCE: Cumplirla sin que afecte en clase
Después de múltiples recursos por parte de la Generalitat a la ley Wert que se aplica a partir de este curso, la consellera Rigau ha aceptado que se deberá “cumplir administrativamente” con la norma, pero evitando que afecte al día a día y el contenido de las clases. Esto quiere decir, ha precisado Rigau, que deberán adaptarse a aquellas medidas que afecten directamente a la validez de las titulaciones de los alumnos, como por ejemplo la asignatura de Religión o su alternativa, que computarán en la nota, pero que evitarán aplicar a otros como por ejemplo la Formación Profesional Básica.
En el caso de la FP Básica la consejera ya adelantó que se mantendrían los PCPI, aunque pasarían a llamarse programas postobligatorias para la formación y la inserción. El acceso a esta nueva FP impuesta por la LOMCE depende de un proceso de recomendación de los maestros, ya que está destinada a jóvenes menores de 16 años con problemas para superar la ESO a partir de 3º curso. Al depender del consejo de los profesores, la consellera Rigau ha considerado que no es obligatoria su aplicación.
Entre otros aspectos de la LOMCE, que se aplica inicialmente a 1º, 3º y 5º de Primaria, hay recortes de las funciones del consejo escolar o los nuevos currículos. Sobre los primeros, Rigau afirmó que, aunque los consejos pierden su poder de decisión, garantizará que hagan un informe preceptivo a la dirección. Y en el caso de los currículos dio órdenes a los centros de no cambiar por ahora los contenidos y metodologías de la docencia.
