Los sindicatos del sector metalúrgico catalán y su patronal, Unión Patronal Metalúrgica (UPM), han iniciado la negociación del principal convenio del ramo, el del metal en Catalunya. Ya por la tercera reunión, todavía no se ha avanzado ni un palmo, según fuentes sindicales.
La reforma laboral aprovada por el Ejecutivo de Rajoy el curso pasado fija un límite temporal para la renovación de los convenios y, en caso contrario, todo su contenido pierde vigencia y debería negociarse todo desde cero. El metal barcelonés supone el pistoletazo de salida de un conjunto de negociaciones que sentará un precedente de lo que puede suceder en el futuro en el resto de ámbitos laborales de Cataluña y de España.
José Antonio Hernández, de la federación de Industria de CCOO, es uno de los negociadores por la banda sindical. Después de la tercera reunión con la patronal, afirma que las conversaciones “siguen bloqueadas”. En la mesa negociadora no ha estado presente Pimec, patronal catalana de la pequeña y mediana empresa con poca presencia en el sector
Álvarez, dispuesto a “parar las fábricas”
Para la parte social obtener un resultado positivo en el convenio del metal de Barcelona es clave. El secretario general de UGT, Josep Maria Álvarez, ha declarado con toda rotundidad que si no se llega a un acuerdo “pararemos las fabricas”, dando a entender que los sindicatos se juegan mucho más que fijar incrementos salariales.
La idea sindical es unificar además los convenios provinciales catalanes. Así, en julio vence la vigencia del de Lleida y, si no se renueva, su normativa quedará en nada. La patronal no está de acuerdo en unificar los convenios. Los leridanos defienden su posición en función de la existencia de un acuerdo en su demarcación, pero fuentes sindicales indican que lo que les interesa es mantener las tablas salariales más bajas que en el resto Catalunya.
Además de la guerra entre patronal y sindicatos, los empresarios tienen su propia batalla. Pimec quiere estar presente en la mesa de negociación. El lunes pasado lo intentó al presentarse en el escenario del encuentro con certificados que demuestran que representan al menos el 10% de las empresas. La UPM, organización afiliada al Fomento del Trabajo, les cerró el paso y remitió la decisión final a una resolución judicial.
El convenio del metal de Catalunya puede convertirse en marco de referencia laboral de España. Bajo su paraguas hay 250.000 trabajadores. Sólo en la provincia de Barcelona afecta a 170.000 trabajadores.
@page { size: 21cm 29.7cm; margin: 2cm } P { margin-bottom: 0.21cm }