La Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA), que gestiona los medios de la Generalitat TV3 y Catalunya Ràdio, no externalizará finalmente su publicidad, tal y como tenia previsto. Al final el consejo de gobierno del ente ha decidido mantener la titularidad de este servicio y da marcha atrás en la pretensión de privatizarlo.
A primera hora del lunes, 12 de mayo, saltaba la noticia, publicada por economiadigital.com. Después todo han sido rumores que hasta mediodía no se han confirmado. La propuesta ha salido del propio presidente del consejo, Brauli Duart, que ha justificado su decisión en un nuevo planteamiento que debe priorizar las sinergias entre Catalunya Ràdio y los diferentes canales de Televisió de Catalunya.
La rectificación paraliza un proceso que nació en junio de 2013. En aquel momento se justificó con el descenso de los ingresos publicitarios, que habían llegado a caer un 60%, y en las restricciones que conllevaba la decisión del Parlament de Catalunya de restringir hasta suprimir la publicidad en las emisoras de radio de la Generalitat. En ese momento se vivía un punto álgido en las relaciones entre CiU y PP y se explicó la medida como una exigencia de los conservadores españoles.
La retirada del proceso de privatización contradice dos resoluciones anteriores adoptadas por el Parlament de Catalunya, con el apoyo del PSC en favor de la privatización.
La nueva posición de la dirección de la CCMA se basa en un análisis diferente. Por un lado se entiende que han variado las condiciones, ya que los dos grandes grupos televisivos estatales han visto que se reducía su oferta de canales televisivos como resultado de la sentencia del Tribunal Supremo. Además, existe la derogación por parte del Parlament de la disposición adicional segunda de la ley de la CCMA que fijaba la progresiva disminución hasta su desaparición de la publicidad en la radio pública catalana.
Parece que ahora los servicios de publicidad de la CCMA se concentrarán en hacer una oferta multicanal que potencie el valor añadido del grupo. Esto, según fuentes oficiales, ya está dando un buen resultado en estos momentos, ya que se ha notado una cierta recuperación de la contratación publicitaria.
Hasta aquí las explicaciones oficiales. Hay otras: la fuerte oposición que han ejercido los trabajadores de los medios públicos a la pretendida privatización explica la decisión. Una oposición que se ha contagiado también a una parte de la audiencia, que entendía que realizar una operación como la que se dibujaba suponía poner en peligro la supervivencia de la radio y televisión públicas de Catalunya en un momento de gran tensión mediática debido al proceso soberanista.
El PSC , favorable a privatizar
Otro elemento era el escándalo se daba en algunos ambientes, que tenían la sospecha de que el beneficiario de la privatización sería el grupo Godó. Esta operación se entendía como el pago por parte de CiU del apoyo recibido del grupo de comunicación. Todo ello se agravaba por el hecho de que Godó tiene una televisión que hace competencia a la pública catalana. Pero ahora se añade un elemento nuevo. Godó, también estaría tocado por la situación económica y habría expresado, según fuentes laborales, su dificultad para hacerse cargo de las obligaciones del nuevo servicio.
Además, en plena campaña electoral se plantean dudas, como el papel que en este asunto ha tenido el PSC, que contra todas las peticiones para que se opusiera a la privatización, siempre votó favorablemente apoyando a CiU. Y dentro de la coalición gubernamental parecen ganar los partidarios de mantener la situación actual, cuando parecía que la idea de privatizar respondía más a una línea política conformada a partir del acuerdo que CiU precisaba con el PP para mantener la mayoría parlamentaria en Cataluña.