Ignasi Gómez es presidente de Musicop, una cooperativa formada hace tres años por un equipo de músicos de Mataró (Barcelona). Contra lo que se podría esperar en un período de crisis, desde su fundación han más que doblado el tamaño de la empresa en una experiencia que no tiene parangón en Cataluña.
“Nuestro origen está en la Escuela Municipal de Música de Mataró”, explica Ignasi. La escuela se había creado cinco años antes. Tras las elecciones locales el nuevo equipo de gobierno se puso en duda su viabilidad.
¿Y qué hicisteis los músicos?
Nuestra reacción, la del equipo educativo, fue considerar que era un proyecto cultural interesante y que había que mantener. La solución fue crear una cooperativa nosotros, los profesores y al saber que quizás se convocaría un concurso para gestionar los servicios, nos reunimos los 40 músicos que dábamos clases y nos pusimos a trabajar en el proyecto de crear una cooperativa, sin muchas expectativas, pero con toda la ilusión.
¿Así qué pasasteis de asalariados a gestionar su propia empresa?
Todavía no, primero decidimos presentarnos al concurso convocado por el Ayuntamiento de Mataró para gestionar la Escuela Municipal de Música donde estábamos trabajando. Preparamos el proyecto y nos presentamos. Lo hicimos nosotros y otra empresa, y ganamos.
¿Y la cooperativa la creasteis entonces?
De los 40 profesores que éramos, 35 decidimos crear la cooperativa. Antes debatimos a fondo qué queríamos hacer, si sólo queríamos tener un CIF para pagar las nóminas o queríamos hacer algo más consecuente, y optamos por la cooperativa. Esto nos hizo afianzar en nuestra idea de crear un proyecto empresarial que nos permitiera también alcanzar nuestro objetivo: ser músicos dedicados a la educación.
¿Su proyecto es insólito, no?
Desde el principio éramos conscientes de que cooperativas como la nuestra no existían, me refiero a cooperativas hechas por músicos que saben de educación. Por tanto, pensamos que podía tener interés extender este modelo.
¿Tengo entendido que a pesar de conseguir este objetivo tan importante, lograr el concurso de Mataró la cooperativa no se detuvo en aquel punto?
Bueno, primero debo decir que creamos la cooperativa de trabajo. Y cuando la teníamos en marcha nos presentamos a un segundo concurso, que no ganamos. Pero aquello no nos desanimó y desde entonces hemos ido a competir en 6 concursos de los que hemos ganado 5.
¿Por lo tanto, están extendidos por otros lugares aparte de Mataró?
Sí, claro, en la comarca del Maresme estamos, aparte de Mataró, en Cabrils y en el Masnou. Y en el resto del país, en Torelló, Sitges y la Llagostagosta. En estos lugares hemos ganado contratos de prestación de servicios o concesiones. En general lo que había era empresas que después contrataban músicos para prestar el servicio. Nosotros pensamos que no valía la pena tener una empresa sólo para que nos hiciera las nóminas, que eso lo podíamos hacer nosotros, pero es qué además nosotros pensamos que aportamos un conocimiento y unos elementos pedagógicos que valen la pena.
¿Este sería el origen de su rápido crecimiento?
Claro, si se mira así, sí. Actualmente nuestra plantilla son 80 personas de las cuales 35 somos socios y el resto asalariados.
Permítame, ¿qué criterio se sigue para admitir como socios a los asalariados , si es que han pensado?
El criterio que hemos adoptado es que antes de ser socio se ha de estar trabajando al menos tres años y, justo la empresa en mayo hará tres años que la creamos. Pero, no hay una posición cerrada al respecto.
¿Dígame, sabe hay otras cooperativas de su mismo tipo que Musicop?
Yo no conozco, hay algún grupo en local o pequeña orquesta que funciona en el ámbito local, pero de nuestro tipo yo no conozco ninguno. Creo que un proyecto que tenga como objetivo extender unos valores pedagógicos y de aportación a la sociedad no hay ninguno como el nuestro, por lo menos en Cataluña.
A ustedes les debe hacer muy poca gracia la idea del ministro Wert de reducir la presencia de la enseñanza musical..
En el fondo de nuestra acción hay una reivindicación de la validez y de la importancia de la práctica musical. En este sentido, uno de los proyecto que tenemos por la cabeza es como nos acercamos o colaboramos insertando la educación musical práctica, es decir con instrumentos, en la enseñanza general.
¿Os ha ayudado al ser cooperativa en su labor pedagógica?
Yo creo que sí. Porque se quiera o no cuando se está directamente relacionado con una estructura administrativa hay cosas que o no se pueden hacer o deben sufrir un proceso de decisión complicado. Ahora, nosotros, cumpliendo con el proyecto tenemos más agilidad y ser cooperativa nos ayuda a centrarnos en lo que consideramos clave: generar conocimiento. En el fondo nuestra es una acción que reivindica la validez práctica de la enseñanza musical en la escuela secundaria.
Si fueran otro tipo de cooperativa, le debería preguntar por la inversión inicial ...
No tuvimos que hacer una inversión en maquinaria, claro. En cambio sí que tuvimos algunas dificultades de financiación, porque en presentar a un concurso se depositará el equivalente a un 5% de la cifra que supone el total del presupuesto. Para asumirlo hicimos aportaciones por parte de los socios y luego nos ayudaron otras cooperativas, como Visual Sonora, que también es de Mataró y nos ha ayudado mucho, y la cooperativa vasca de crédito, Oinarre.
Esto quiere decir que la intercooperación no es una entelequia. ¿Funciona, pues?
Claro que funciona. Debo decir que Mataró es una ciudad con una gran tradición cooperativa y el hacer cooperativo forma parte de la cultura local en muchos niveles. En este sentido, la intercooperación nos ha ayudado en la aportación de la financiación. Pero también nos ha ayudado en todo lo que ha sido necesario la Federación de Cooperativas de Trabajo y Coop 57, por ejemplo.
¿Cuál es la impresión que le ha hecho una vez estás en el mundo cooperativo, el nivel de trabajo conjunto que os y ha encontrado?
Para nosotros ha sido una sorpresa grata. Por ejemplo, la gente de la cooperativa Visual Sonora nos ayudó desde el primer momento. Ahora mismo son ellos los que nos gestionan todo el apartado empresarial. Nosotros sabíamos de música y de pedagogía, pero no de cómo se lleva una empresa. Y ellos nos dijeron que no nos preocupáramos. Igual ha pasado en el campo jurídico con el Col·lectiu Ronda. Para mí, la cooperativa laboral es la expresión más grande del trabajo en equipo. Y para nosotros el trabajo en equipo es vital.
¿El hecho de ser cooperativa os ha ayudado a diversificar en su dedicación al sector público?
Una cooperativa es la máxima expresión de la inteligencia colectiva, del trabajo en equipo y es evidente que el progreso ha venido en los últimos siglos del trabajo en equipo. Nosotros habíamos sido asalariados y después trabajamos en cooperativa. Ahora, este tipo de organización y su filosofía nos ha ayudado mucho en la creación de propuestas. También, dentro de lo posible, tratamos de hacer proyectos y productos complementarios a nuestra dedicación principal. Esto favorece que nuestros socios y la gente de la empresa, además de dedicarse a las tareas didácticas pueda emprender caminos como la participación en eventos especializados.
Una curiosidad. Al principio, por lo que he entendido, ¿todos los socios eran de la escuela de Mataró. Como lo han hecho para asumir concesiones en otras poblaciones?
Hombre, pues cuando se comienza una nueva tarea en una población diferente envía un equipo de socios que dirige el proyecto en la nueva localidad y crea el equipo que luego se hará cargo del proyecto al nuevo territorio. Si podemos, siempre trabajamos con personas de la localidad...
Antes comentábamos la gran tradición de cooperativismo en Mataró. ¿El hecho de que haya muchas cooperativas quizá hace que los ayuntamientos colaboren más en lo que ahora se llama como la creación de ciudades cooperativas“.
A mí me consta que consistorios como Mataró o Sitges valoran mucho el patrimonio cooperativo de las ciudades. De hecho, los ayuntamientos respectivos han hecho declaraciones de ciudades cooperativas. Por ejemplo, en Mataró está la Unió de Cooperadors, con el local del café del mar como lugar emblemático. Pienso que los ayuntamientos son conscientes de la gran riqueza que tienen en el legado cooperativista. Pero, otra cosa es que sean sensibles a la creación de cooperativas o que favorezcan en las concesiones las cooperativas.
¿Musicop además de dedicarse a la enseñanza ensaya nuevas actividades?
Claro. De entrada, pensamos en ampliar las actividades musicales de forma que no queden vinculadas sólo a las enseñanzas regladas, sino que deben servir también para el disfrute. Y por eso, si conseguimos incrementar las actividades, nos sentimos satisfechos. Pero, además, la cooperativa facilita que todas las acciones que hacíamos individualmente: conferencias, o conciertos, o experimentación, se puedan integrar. Esto quiere decir que quien hace un “bolo” en cualquier lugar que no tenga que dar de alta en la Seguridad Social sino que ya lo pasamos todo a través de la cooperativa. Por ejemplo, en Mataró se ha creado un grupo que se llama Mataró rumba all stars , que lo forman músicos de Musicop que en contacto con los gitanos de la ciudad han creado un producto que funciona en cada fiesta mayo. Estas cosas pasan en cuando se ponen en contacto artistas...
Y ahora que parece que las cosas funcionan, ¿qué proyectos le rondan por la cabeza?
Ahora estamos trabajando en un proyecto muy interesante de coworking que se está creando en Mataró, en Can Fogueroles. Y probablemente en uno o dos meses habrá un espacio que reunirá una quincena de profesionales de muchos tipos, lo que multiplicará las posibilidades que se abren. Habrá desde diseñadores hasta arquitectos, pasando por ingenieros o trabajadores sociales que generarán un enriquecimiento mutuo. De hecho, nuestra sede estará en este coworking, hasta ahora nos alojábamos provisionalmente en los locales de la cooperativa Visual Sonora.