La Fiscalía investiga tres vertidos contaminantes de mascarillas y residuos covid en Barcelona
La Fiscalía de Medio Ambiente de Barcelona ha abierto diligencias para investigar tres vertidos contaminantes de mascarillas y otros residuos covid procedentes de residencias y hospitales, uno de ellos en un basurero al aire libre, durante la pandemia. La investigación, que comanda el fiscal Antoni Pelegrín, se centra en determinar las circunstancias del traslado y vertido de los residuos contaminados sin seguir los protocolos de destrucción establecidos por parte de las empresas dedicadas a la gestión de desechos.
El pasado 30 de marzo, el fiscal de Sala de Medio Ambiente del Tribunal Supremo, Antonio Vercher, encargó reforzar la actuación del Ministerio Público ante residuos sanitarios provocados por el coronavirus y la posible adopción de perros solo para poder salir a pasear durante el estado de alarma que luego podrían ser abandonados.
Si bien Pelegrín no ha detectado infracciones en relación a la protección de los animales domésticos, especialmente los perros, durante el estado de alarma, el fiscal sí ha recibido denuncias por el vertido irregular de residuos sanitarios relacionados con la COVID-19.
Para destruir este tipo de residuos deben transportarse en vehículos especiales y cerrados, distintos a los camiones de la basura, sin mezclarse con otros tipos de residuos. Luego tienen que ser incinerados o tratarse para evitar su potencial contaminante,. Sin embargo, en uno de los casos investigados, los restos fueron arrojados directamente en un vertedero de basura al aire libre.
Según Pelegrín, de confirmarse las irregularidades denunciadas por la Guardia Civil, los responsables de la gestión de los residuos sanitarios podrían haber incurrido en un delito contra los recursos naturales e incluso contra los derechos de los trabajadores, por haber expuesto a los operarios al contacto con los desechos contaminantes sin la protección adecuada.
La lucha contra la COVID-19 y la necesidad de materiales de protección para combatir el virus en entornos sanitarios, sociales y domésticos ha desbordado la gestión posterior de estos residuos infecciosos. Comunidades como Madrid, Catalunya, Asturias o Castilla y León calculan que en su territorio los desechos sanitarios se han disparado, llegando a incrementar alrededor del 300% su volumen desde el inicio de la pandemia.
Según la la Agencia de Residuos de Catalunya (ARC), en la comunidad habitualmente se generaban cerca de 3.300 toneladas al año (unas 275 toneladas mensuales), pero durante las primeras semanas de confinamiento la acumulación de estos desechos se disparó hasta las 1.200 toneladas, 925 toneladas más que en un periodo habitual.
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